Ya era sábado, los días habían pasado sin que los jóvenes de la casa hablaran entre ellos, solo se limitaban a ignorarse y parecía que todo iba a estallar en algún momento, pero eso nunca pasó. Lo que sí sucedió fue que Evan se enteró que Olivia se encargaba de planchar y lavar su propia ropa, como también de ordenar su habitación. Lo primero lo descubrió al pasar por la lavandería y verla allí muy concentrada mientras aprendía las funciones de la lavadora. La segunda cuando Molly se lo comentó un día que Evan la encontró a ella y Olivia hablando en la cocina.
- Es una orden Molly - escuchó decir a la castaña.
- Bueno, veo que ya se cree dueña de la casa - dijo él ingresando a la cocina y obteniendo como respuesta una mirada fugaz de la chica y luego un empujón para abrirse paso al momento de caminar a su lado.
- Niño - dijo con tono de reproche Molly -. Ella solo se opone a que limpie su habitación. Le expliqué que no es molestia, pero al ver que no iba a dar el brazo a torcer terminó diciendo que era una orden - La sonrisa cariñosa de la mujer hizo que supiera que era cierto. Se sintió un idiota en ese momento.
Todo lo sucedido en estos día le hacían pensar que tal vez debería tratar de hacer las paces con la chica, pero la actitud engreída de ella lo llevaban a cambiar de opinión tan rápido como su enojo subía. El sonido de la puerta abriéndose para darle paso a sus amigos, que traían barriles de cerveza en sus manos, lo hizo salir de sus pensamientos y correr a su ayuda. Eran las once de la noche y la gente comenzó a llegar. No había visto a Olivia en todo el día ya que la chica decidió aislarse en su habitación, solo supo que participaría en la fiesta cuando Emma, la chica del café, llegó y subió hasta la habitación de su amiga.
Eran las doce y por fin la castaña decidió dejar su encierro para unirse a la fiesta, su amiga la acompañaba alegremente y luego la rubia se les unió. Las tres caminaban por el lugar disfrutando de la atención que les brindaban, si bien Olivia no estaba interesada en ningún hombre desde, bueno, desde hace mucho tiempo, tampoco es que no gozara de la atención de vez en cuando. No pasó demasiado tiempo cuando Emma se perdió con Ethan en algún rincón oscuro, sabía que a ella le había encantado el morocho desde que comenzaron a hablar por teléfono luego de su visita al café. Lucy debió partir temprano ya que debía regresar a casa a cuidar a su hermano, por lo que estuvo unos instantes sola hasta que vió esa cabellera rizada que tanto quería. Caminó a su amigo para abrazarlo por el cuello y darle un beso en los labios en señal de bienvenida. Si bien cualquiera pensaría que eran pareja ellos no se daban por aludidos, les gustaba esa forma en su trato y no iban a dejar de hacerlo, pero la chica notó que el muchacho se tensó al mirar a un punto lejos de donde estaban, se desprendió rápido de ella, le pidió disculpas y salió a paso veloz hacia vaya a saber Dios donde. Otra vez se encontró sola, por lo que comenzó a caminar por el lugar mientras bebía cerveza, luego de casi cuarenta minutos su vejiga estaba por explotar. Decidió ir al baño del segundo piso, el cual, no solo debía estar desocupado, sino mucho más limpio que los de la planta baja. Subió las escaleras mientras bailaba un poco y al llegar al baño no se detuvo a golpear, solo abrió y sus ojos se abrieron por la sorpresa y vergüenza que la embargaron.
- Perdón, yo… - Miró más atenta a las personas que allí estaban -. ¿Sam y… Adam? - Pasaron unos segundos y cerró rápido la puerta, quedándose de espalda a ella, impactada y con una sonrisa en sus labios. Al fin conocía a ese Adam.
La puerta tras de sí se abrió dejando salir a los dos chicos con la ropa colocada en su lugar.
- Liv - dijo Sam -, este… emm… te presento a Adam - La chica se giró para saludar.
- Sí, lo conozco creo - Ella reía divertida.
- Hola Olivia - dijo Adam avergonzado - yo… este…
- Adam pensó que éramos pareja porque tú me saludaste con un beso en los labios - La castaña abrió grandes los ojos.
- Oooooh… noooo - dijo ella -. Es algo que siempre hacemos, pero si ahora están juntos prometo solemnemente no hacerlo más - Puso una mano en su corazón a modo de juramento.
- Adoro a esta chica - dijo Sam mientras la abrazaba -, pero creo que Adam quiere que hagas otro juramento - Miró al rubio no muy feliz.
- Yo… Olivia nadie sabe que soy… bueno...
- Gay - dijo ella -. Eres gay.
- Todavía no lo acepta - agregó Sam inclinándose a su amiga pero sin dejar de mirar al chico.
- Ah… y supongo que los otros tres…. - agregó ella.
- No saben nada - dijo él avergonzado -. Y por favor no lo cuentes aún, quiero yo hablar esto con ellos.
- Bueno… yo no soy quién para andar divulgando secretos o cosas ajenas, así que respeto tu voluntad, pero - Levantó su dedo índice haciendo énfasis en esta parte - si lastimas a mi amigo yo te lastimare a tí - Lo señalaba seria.
- Entiendo - dijo el rubio rascando su nuca.
- Entonces, hago pipí y me voy para que ustedes vuelvan a lo suyo - dijo entrenado rápido al baño.
- Vaya… esto no me los esperaba - susurró el rubio mirando a la puerta del baño.
- Bien, ya sabes quién es la Liv de la que tanto te hablé- aclaró el castaño con una sonrisa.