- ¡Te odio! - gritaba Olivia a su auto -. No, bueno, mentira, te amo, pero en este momento te odio… Necesitaba ir a esa cena y mostrarle al imbécil de mi nuevo hermano que me importa una mierda sus complejos de “quieren aprovecharse de mi papá” - Se sentó frustrada en el capot del auto.
A lo lejos una luz la cegó. El auto que venía de frente se detuvo al otro lado de la calle y un chico de cabello alborotado y rizado se bajaba de él sonriendo mientras cruzaba la calle.
- Te dije que le revisaras esa pérdida - La regañó apenas estuvo a su lado.
- Sí, sí… muy sabio lo tuyo - dijo frustrada mientras se cruzaba de brazos.
- Si no bajas tu enorme culo del capot no voy a poder revisar nada - ordenó el castaño con una sonrisa en los labios, ella obedeció.
- Tendré culo grande pero por lo menos tengo… no como otros - Y miró hacia esa zona del cuerpo del chico.
- Ok, tema sensible para ambos - dijo él mientras abría el capot para comenzar a arreglar el motor -. Por cierto, vas muy sexy, ¿a qué se debe? - La miraba por encima de su brazo con una ceja levantada.
- Si no fueras súper gay, diría que me quieres conquistar - dijo ella riendo.
- Si no fuera super gay, ya estarías en mi cama desde hace tiempo - dijo volviendo a revisar el vehículo -. Bien, ahora probemos - exclamó luego de un rato, giraron la llave y el motor volvió a funcionar.
- Eres el hombre perfecto Sam Williams - exclamó dándole un pequeño beso en sus labios -. Podré dormir en casa esta noche y no dentro del auto - Se apartó de él -. ¿También vuelves a casa? - preguntó ella notando que su amigo tenía una remera manchada con aceite de auto encima de lo que parecía ser una camisa.
- Adam por fin aceptó mi invitación - dijo él mirando al piso con una enorme sonrisa. Realmente si no fuese gay ella estaría completamente enamorada de su amigo. Adam era un chico a quien ella no conocía pero sabía que su amigo realmente estaba muy interesado en él. Le alegraba verlo así ya que siempre estaba saliendo con un chico luego del otro, sin involucrarse realmente con ninguno y sintiéndose muy mal luego, o eso trataba de demostrar, realmente ella no sabía muy bien si era tan así.
- ¡Sam eso es genial! ¡Y yo te hago perder el tiempo y ensuciarte! - gritaba entusiasmada - ¡vete antes que se te haga tarde! ¡Usa preservativo! - gritó mientras el chico corría al otro lado de la calle para subir a su auto.
Vió el n***o auto de su amigo partir y ella decidió hacer lo mismo con el suyo para por fin llegar a casa. Entró por el portón y dejó su vehículo rojo en la entrada, realmente estaba cansada, el turno en el café fue eterno, más los nervios de estar sola en una oscura calle, con un auto que no le brindaría seguridad en su interior, habían acabado con todas sus energías.