10. El yate

1638 Words
Capítulo 10. El yate El automóvil se detuvo en el puerto y Valentino envió un mensaje desde su teléfono para avisar que ya habían llegado, luego pulsa en botón para abrir el vidrio que los separaba del chofer, -- Señores Rosso su embarcación se encuentra por acá-- les dice una de las anfitrionas al momento de acercarse a ellos, Valentino pensaba que pasarían el día junto a varias parejas de casados, al menos era lo que había leído al momento de hacer la reserva en el hotel, pero lo que no sabia era que este viaje lo había reservado su asistente Antonio cuando hizo la reserva de luna de miel, él se había encargado de contratar personal con indicaciones específicas, este viaje seria una prueba fehaciente para el abuelo de Valentino, de que la boda era real, ya que se tomarían algunas fotografías intimas de la pareja, sin que su jefe lo sepa, la tripulación aprovecharía de todos los recursos para conseguirlas. Además, Antonio ya había tomado las medidas necesarias para eso. Robin y Valentino suben a bordo del hermoso yate, el tamaño era bastante grande, al parecer poseía todo lo necesario para un grupo grande de personas, pero no parecía que fueran a subir otras personas pensaba Valentino, recordaba que cuando tomo el tour en el hotel habían inscritas muchas parejas de recién casados y le pareció que era lo mejor tener que convivir con ellos para entrar en confianza con su esposa, pero ahora que veía el yate tan solitario parecía que se habían equivocado de paseo. Al mirar alrededor también se percató que el yate era bastante elegante, muy a lo que el siempre estaba acostumbrado, así que posiblemente haya sido Antonio quien lo haya programado con anterioridad y él no lo habría sabido, en cambio Robin estaba deslumbrada con todo lo que veía, para ella todo era nuevo y maravilloso. -- Esperamos a mas personas a bordo señor-- pregunta preocupado Valentino, -- Buenos días señor Rosso, mi nombre es Sam Acles y soy el capitán. Ustedes son los únicos pasajeros y el viaje comenzará en estos momentos-- le indica el capitán a Valentino, en ese momento les pide que continúen avanzando y les indica el lugar donde pueden ubicarse, luego se despide y sube hasta donde se encuentra la cabina principal. -- Señores Rosso, soy Mateo su mayordomo a bordo, por favor les indico donde se encuentra su habitación-- les dice el mayordomo y los lleva hasta la habitación que ocuparan mientras estén a bordo, cuando ellos entran Robin se queda con los ojos completamente abiertos al ver la enorme cama redonda que se encuentra en el centro de la habitación, esta tenía forma de un salvavidas y las almohadas eran enormes corazones rojos, Valentino no podía creer lo horrorosas que eran tanto la cama como las almohadas, no podía creer que su asistente haya conseguido este yate, parecía una historia de mal gusto, pero al menos no tendría que pasar mucho tiempo mirándola, solo unos minutos antes de salir y subir a cubierta. -- Una cama redonda-- escucha un grito a su lado y ve a su joven esposa sentándose sobre la cama dando pequeños saltos como si hubiese descubierto algún tesoro o algo parecido, sin comprender bien lo que, hacia la mira con el ceño fruncido por unos segundos, -- Perdón, es que nunca había visto una cama redonda-- le responde sonrojada Robin, al ver que su esposo la miraba raro. Luego los dos salen de la habitación y juntos se dirigen hasta la parte de afuera del yate, ahí los espera unos sillones de cuero blancos pagados al piso y una mesa llena de futas, también hay una botella de champagne y dos copas, el yate ya había zarpado y se encontraba mar adentro. -- Siéntate Robin-- le dice su esposo y la ayuda a hacerlo, luego le quita las sandalias y se acomoda a su lado, toma la botella de champagne y sirve las dos copas, -- Por nosotros-- le dice y ambos beben un poco del delicioso licor, en ese momento un m*****o de la tripulación está tomando fotografías de los recién casados, las copas tenían pequeñas dosis de un afrodisiaco que con el pasar del día comenzaría a hacer su efecto, lo que Antonio necesitaba era que su jefe y su esposa se muestren cariñosos, no quería nada más, así que no era una droga ni nada parecido, solo los calentaría un poco para que se relajen y nada más, si logran alguna foto besándose entonces la paga sería mucho mejor, pero solo eso. Las indicaciones fueron muy específicas, el asistente tampoco quería quedarse sin trabajo o perder la vida cuando su jefe se entere de lo que hizo. La pareja se bebió toda la botella de champagne y estaba bastante amistosa, las manos de Valentino cobraron vida propia y comenzaron a untar de bloqueador el cuerpo de Robin, ella sonreía agradecida sin hacer ningún reclamo, al contrario, también se encargó de frotar la crema bloqueadora en el cuerpo de su esposo, ambos se encargaron de alimentar al otro en la boca, y la única foto que lograron conseguir de sus labios unidos fue cuando compartieron un espagueti, lo mejor de todo fue que ninguno de los dos se dio cuenta que algo extraño les había pasado, porque aunque no lo creían el día lo pasaron de maravilla, -- Robin cuéntame de ti, no sabemos nada del otro y si mi abuelo indaga quiero poder responder todo de ti-- le dice Valentino cuando le entrega la copa de champagne a Robin, -- Nunca le he contado a nadie sobre mi vida, en el pueblo nací y viví hasta los cinco años, mis padres viajaron y mamá era una diseñadora muy importante, ella trabajo mucho pero enfermo y papá no quiso que siga desgastando su salud así que volvimos cuando yo tenia catorce, pero al año de haber vuelto, en un viaje de regreso del médico tuvieron un accidente y ambos fallecieron. Desde ese día me quede sola, viví sola desde los quince años en casa de mis padres, me enamore de Marcus el hijo de la abogada de mis padres y bueno el resto de mi historia ya la conoces-- le dice Robin a Valentino, en realidad ella no le cuenta mucho, porque no le dice el nombre de su madre, tampoco le llega a contar como ocurrió el accidente de sus padres, esas cosas fueron muy dolorosas para Robin, ella era una niña y tuvo que afrontar muchas cosas sola, Valentino se dio cuenta de eso y de más, así que prefirió dejar las preguntas por el momento, -- Lo siento Robin, ahora me tienes a mi pequeña. Cuentas conmigo lo sabes, lo que necesites yo te voy a ayudar-- le dice y la abraza, se acerca a ella y le besa la frente absorbiendo el aroma de su cabello, así se queda un momento con los ojos cerrados, imaginándose a la pequeña niña de quince años sola en el mundo, queriendo tomarla en brazos y consolarla, protegerla, -- Gracias-- le dice ella, -- Ahora cuéntame tu-- le pide Robin, la historia de Valentino es mas complicada, y él tiene que tener mas cuidado de lo que debe contar y lo que no debe contar, sobre todo porque ella puede correr peligro si sabe algo que no debe, -- Bueno, ya te dije que mi abuelo por parte de mi familia materna posee una empresa de diseño, y yo soy el único heredero. Pero el único requisito que me pide el abuelo es que me case en un plazo de dieciocho meses, sino lo hago le entregaría todo a un primo lejano. A mi no me interesa tener el negocio de mi abuelo, yo tengo mi propio negocio, pero lo hago por mi madre-- -- Lo entiendo, ¿pero porque no se lo deja a tu madre? -- le pregunta Robin de forma inocente, a lo que Valentino levanta la mirada y de forma dolorosa la mira y le responde, -- Mi madre también esta muerta, ella murió en un accidente también-- Robin lo escucha y se queda asombrada al enterarse que la madre de Valentino también había fallecido en un accidente al igual que sus padres. -- Yo también te ayudare Valentino-- le dice. La relación entre Valentino y Robin había dado un gran paso adelante, el paseo en yate junto a la botella de champagne y la conversación los acerco mucho, ellos llegaron a la isla donde las demás parejas ya habían arribado, -- Démosle la bienvenida a nuestra ultima pareja el matrimonio Rosso-- les dice el anfitrión y todos miran a la pareja que se va acercando, Robin era una chica realmente hermosa, y ella solo tenía dieciocho años, así que llamaba mucho la atención, sobre todo porque su esposo era un hombre espectacular de casi treinta, así que se convirtió en la envidia de las nuevas esposas y el deseo de algunos nuevos esposos, -- Colóquense frente a sus esposas y tomen las pinturas con sus dedos, vamos a pintar sus cuerpos con los dedos-- así comenzó la primera propuesta del día, era pintar el cuerpo de su pareja con los dedos, cada esposo recorría de forma erótica el cuerpo de su esposa con diferentes colores haciendo figuras mientras que la esposa debía mantener los ojos cerrados, luego las esposas harían lo mismo en el cuerpo de sus esposos, y ambos estaban vestidos solo con sus trajes de baño, Robin traía puesto el bikini que Valentino había comprado en la boutique del hotel la noche anterior el cual no dejaba mucho a la imaginación y el que con cada pasada del dedo de él hacia que su piel se erice y sus pezones se levanten dejándola delatada ante la mirada penetrante de él.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD