Me Perteneces.

Capítulo 6

Ángel.*

Corrí hacia la entrada el bosque con toda la velocidad que mis piernas lo permitieron aunque se bien lo que tardo en llegar lejos, así es que tengo tiempo para salir de la manada sin que nadie se diera cuenta.

Al entrar en la dificultad para correr comenzó una presentación debido a que hay muchas piedras y las ramas de los árboles se atoran en el traje blanco.

Al no fijarme bien caí de manera brusca al suelo logrando golpearme el estómago y que mi tobillo se doble.

Solté un quejido quedándome ahí tirado un momento ... Mis ojos se abrieron al escuchar un fuerte aullido seguido de unos cuantos más, ¿están buscándome ?, No, imposible, tiene que encontrar a alguien más.

Me puse de pie como pude empezando a caminar a paso rápido ya que el tobillo derecho duele bastante.

Capte ruidos que me hicieron sentir los nervios a flor de piel, comencé a correr una vez más, no puedo dejar que me lleven de vuelta. Una vez más sin darme cuenta pise mal, iba a caer al suelo pero no era así, me enviaron.

Levante la mirada topandome con la suya, recordándome como se vio esa noche que me mordió.

Soltó un gruñido al verme de arriba abajo, quizás le molesta la idea de que él ensuciado el camino y que está rasgado de algunas partes.

- ¿Eres idiota ?, ¿Qué demonios haces ?, Deberías estar más allá en el altar diciéndo: "Acepto" y no aquí sucio y herido. - Gritó molesto tomando mi rostro con su mano libre.

Negué, deja que las lágrimas cayeran lo que ocasionó un fuerte gruñido.

- No llores mar maldita. - Gritó enfado retirando las lágrimas que habían bajado por mis mejillas.

Baje la mirada comenzando a empujarlo, no quiero, deseo irme.

- Déjame, quiero estar lejos de esto, no quiero casarme contigo. - Dije logrando que me suelte.

Me pareció raro que lo hiciera, fijé mi vista en él quien había cambiado su expresión por completo. Sus ojos eran tan sombríos que me hicieron temblar pero la sonrisa llena de cinismo me hizo saber que estaba más que muerto.

Me tomó del brazo con fuerza acercándome a él, me permitió un poco para quedar a la altura de su rostro, ya que es bastante alto.

- Eso es algo que no decide tú, ¿No sabes quién soy y quién eres tú? Solo eres un insignificante humano que no tiene derecho a nada más que callarse cuando su rey se lo ordena. Obedece - Dijo fuerte apretando la mandíbula.

- No me interesa. - Dije apretando los labios y desviando la mirada.

Soltó un suspiro y me colocó una vez más en el suelo, creí que me dejaría ir, iba a mirarlo pero caí al suelo de golpe. Me quedé en shock necesité mi mano a mi mejilla, la sangre salió de mi nariz y labios ... Me dio una bofetada ... Si me da un puñetazo me necesitará mata.

No dije nada y solo se acercó, se agachó y me tomó en sus brazos. Preferiría solo quedarme en silencio mientras él nos dirigía de vuelta a la manada.

Llegamos en menos de cinco minutos haciéndome saber que estuve corriendo en círculos de un lado a otro como menso.

Las personas de la manada me miraban con pena, lastima y tristeza a lo que solo pude esconder mi rostro en su pecho para evitar la vergüenza que me da.

Llegamos a la mansión, la puerta fue abierta por una de las chicas del aseo quien al verme tuvo preocupación.

- ¿Majestad quiere que llame al médico? - Pregunté sin mirar a Ulises.

- No. Quédense en sus habitaciones y no nos molestan. - Ordenó sin más subiendo las escaleras.

Subió hasta el tercer piso, no es ahí donde estaba yo, el segundo piso es donde está la habitación que el estado usando.

Grabado un largo pasillo hasta llegar a una puerta bastante grande, la abrió adentrándonos a ella.

Me quedé sorprendido viendo que es una habitación increíblemente grande.

Mis ojos se concentraron en la cama, aquella que está decorada con pétalos de rosas y hay velas a su alrededor junto a una botella de vino tinto.

- Aquí íbamos a hacer el amor luego de nuestra boda pero como alguien cambia todo los aviones tendrán que ser diferente. - Reprochó caminando directo a la cama.

¿Eso quiere decir que ya no va a suceder ?, qué me dejará en paz y conseguirá a alguien más.

Me recostó con cuidado, creí que sería iría pero no, cuando menos lo pensé sujetaba mis muñecas y desgarró la parte de arriba del camino haciendo que mi torso quedé visible.

- Tranquilo ... Una vez que nos unamos en cuerpo la marca estará completa, podré saber que piensas, que sientes, que quieres, sabré todo sin necesidad de que lo digas, no puedas mentir y mejor aún, nunca te irás de mí lado o morirás. - Dijo sombrío bajando mi pantalón junto a mi ropa interior.

Negué, eso es horrible, es como tener prisionero a alguien ... ¿Esto es lo que le hacían a las chicas ...? Ahora entiendo porque preferiría morir intentando escapar.

Solté un fuerte jadeó, arque mi espalda debido al dolor y deje que las lágrimas salieran. Se quedó quieto un momento para después comenzará a moverse. Niego mientras puedo escuchar sus gemidos y lo pesado que es su respiración.

- Duele ... Duele mucho, sácalo. - Pedí entre sollozos.

No me escucho, soltó un jadeó y soltó mis manos, aproveché para intentar empujarlo pero mis golpes no causan dolor en él. Tomó mis piernas con fuerza abriéndolas un poco más, hice una mueca, siento que va a quebrarme.

Se detuvo un momento, me hizo dar la vuelta, colocó su mano en mi espalda obligándome a pegar el pecho a la cama, alzó mis caderas y volvió a entrar de una sola vez.

- Ya basta. - Suplique derramando lágrimas y aferrándome a la sábanas.

No me hizo caso y tuvo problemas, el rechinar de la cama solo hace que me sienta pésimo, una basura que está siendo utilizada de esa manera tan abominable.

Me hizo volver a la posición con la cualidad y se inclinó a mi cuello besando, chupando mi piel con fuerza a tal punto que dolía. Se enderezó un poco mirándome, eso me hizo sentir aún peor, solo soy un pedazo de carne al que comerá por años hasta que muera.

Llevé mis manos a mi rostro intentando que el pudor sea mínimo, cosa que creo imposible.

Siguió, no se detuvo luego de unos minutos eternos, entró con firmeza soltando un gruñido y sentí como lleno mi interior. Se sintió ahí por unos segundos, después solo sentí que salió de golpe, se perdió y salió de la habitación dando un fuerte portazo ...

Espero que les guste.

Gracias por leer.

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