CAPÍTULO 5

1417 Words
DAMIEN ROMANOV De pie frente al altar me encuentro vistiendo un traje oscuro a la medida. Recorro la vista encontrándome con la mirada de mi padre. Lev está a mi lado para firmar como testigo. La conversación con Padre ayer terminó en una discusión en la que tuvieron que separarnos por que si Lev no me detenía. Acababa con la vida de mi progenitor. Un matrimonio. Un maldito acuerdo entre ambos clanes para poner un alto al fuego en su guerra. Todos felices, todos en paz y yo qué gano. A una estúpida niña Albanesa mimada como esposa. -La decoración está bien. De eso no te puedes quejar- Lev sonríe. -guarda silencio- rujo enojado. -Pongámoslo por el lado bueno. No tenemos que andar cazando Albaneses en nuestros terrenos y a cambio tendrás a una bella esposa- ¿bella? como algo bello podría salir de un viejo asqueroso como Koci. Su esposa es una mujer insoportable con cirugías y su hija mayor es una dolor en las bolas. -tal vez me convierta en viudo para cuando caiga la noche- espeto a casi nada de largarme de este repugnante lugar. -buen chiste- -¿Alguna vez he hecho alguno?- levanto una ceja. Un sonido de campanas desvía mis pensamientos. Las personas se ponen de pie. Lev se aleja y la jaqueca empieza a partirme la cabeza. No tengo tiempo para estupideces. Es más. Si Padre no me hubiera quitado el arma ya todos tendrían un tiro en la cabeza. Todos. Un vestido blanco es lo primero que captan mis ojos. Deslizo la mirada hasta terminar en un par de ojos verdes como dos esmeraldas brillantes. No está mal. Cabellera castaña. Nariz pequeña de botón y unos labios ligeramente gruesos y de un color rosáceo. Piel ligeramente bronceada. Delgada. Más de lo se espera. Pecho pequeño con pocas posibilidades de hacerme una rusa. Pero lo que más intensifica su presencia es esa mirada perdida, sin vida que baña su rostro. Camina acompañada de su padre haciéndome recordar que es el enemigo. Aunque se haya llegado a un “acuerdo” sigue siendo el enemigo y la causante de mi maldito dolor de cabeza. -Damien. Te entrego a mi preciosa hija como muestra de nuestra alianza- Ambas personas se plantan frente. La mujer tiene la vista en el suelo sin articular palabra. Eron Koci entrega la mano de su hija. Nos volteamos empezando a escuchar la palabrería barata del notario. La mujer a cada minuto suspira como si no quisiera estar aquí. El sentimiento es mutuo malyshka (Niña). -Tú. Elea Koci aceptas a Damien Romanov como tu esposo para amarlo, respetarlo, honrarlo y serle fiel hasta que la muerte lo separe- El silencio es absoluto. La mujer voltea ligeramente observando a su padre. -acepto- Dice enseguida. -Tú. Damien Romanov. Aceptas a Elea Koci como tu esposa para proveer y proteger hasta que la muerte los separe- Es mi turno de guardar silencio. Tenerla será un completo fastidio. Pero cuanto antes termine con esto podré revolcarme con la primera prostituta que vea. Muevo la cabeza dando por terminada mi respuesta. -Entonces por el poder que me concede la ley. Yo los declaro marido y mujer- Me volteo observando como la mujer tiene que levantar la cabeza para verme a los ojos. Es tan pequeña como un ratón y frágil. Los testigos firman. Soy el siguiente. Dejo el objeto a un lado largándome de ese lugar. No paso desapercibida la mirada de Koci. Para lo que me interesa su estúpida hija. Me acerco a la barra tomando un trago e ingiriéndolo de golpe. Las personas empiezan a acercarse a la novia que pone cara de espanto con el más mínimo toque. Malyshka tonta. Camino dejando ese lugar de lado. Mi celular empieza a sonar. -tenemos mierda Albanesa en nuestro terrenos. Al parecer el tratado aún no se ha efectuado correctamente- presiono la mandíbula. Que se podría esperar de una rata astuta como Koci. -¿qué hago con ellos?- -mándalos al infierno- cuelgo. Me volteo encontrándome con mi frágil esposita que se sobresalta al verme. -oh. Lo lamento, pero Padre desea hacer un brindis por la boda- su voz es tan baja que debo inclinarme para escucharla. Baja la mirada enseguida privándome de ese par de esmeraldas. Las ganas de largarme son tan fuerte que tomo la mano de esta mujer. Empiezo a caminar. -espera. A dónde vamos- se retuerce de mi agarre pero soy más astuto llevándola a mi hombro. -¡bájame! ¡Está loco!- el tul de su vestido me obstaculiza la vista. Se sigue moviendo impidiéndome caminar. -¡guarda silencio malyshka!- espeto muy fuerte que tiemble en cuestión de segundos. Por fin se calla. La tiro en la camioneta dando la orden para largarme de aquí. Me quito el nudo de la corbata. -¡no podemos irnos así! ¡padre se pondrá molesto!- empieza hablar. La ignoro. -¡detén el auto! No he llevado nada conmigo. Además..- que mujer mas parlanchina. -¡cierra la maldita boca o te corto la lengua!- el silencio vuelve. El trayecto se vuelve más pacífico. Una vez llegamos vuelvo a sujetar a la mujer y cargarla en mi hombro. Empieza a protestar nuevamente. -¡espera! ¡podemos hablar primero!- subo las escaleras. Ha oscurecido muy rápido. Una vez en mi habitación aviento el cuerpo de la mujer a la cama. Corre a la cabecera cubriendo su cuerpo lo mejor posible. Es acaso tonta. -qué estás esperando. Desnúdate y acabemos con esto- niega al borde del llanto y mi dolor de cabeza crece mas. -me regalaron una esposa así que la usaré para lo que sirve- empiezo a quitarme la chaqueta seguido de la camisa de botones. -empieza a quitarte ese ridículo vestido o te lo arranco yo mismo- no mueve un músculo. Doy dos pasos para quitarle la maldita prenda y acabar con este teatro. Se necesita un heredero y mientras más rápido me acueste con esta mujer lo conseguiré. -no lo vuelvo a repetir malyshka. Quítate el puto vestido o yo mismo lo hago trizas- levanto la voz hastiado de toda esta situación. Empieza hacerme caso. Baja los costados mostrando lo que ya intuía. Su pecho es pequeño. Su torso queda al descubierto. Las lágrimas se siguen deslizando por su rostro. Me quito el pantalón. -voy a darme una ducha. Cuando vuelva te quiero ver inclinada en la cama en posición canina. Cuanto antes terminemos con esto, mejor para ambos- la dejo con su estúpido llanto. Dejo que el agua helada bañe mi cuerpo. Me acostumbré a esta temperatura en DOM. Deslizo una toalla alrededor de mi cintura. La habitación ha perdido claridad pero me doy cuenta que la mujer está en la posición que demandé. ¿Cómo lograré excitarme con ese cuerpo? Dejo caer la toalla tomando mi erección pero lo que ven mi ojos me detienen al instante. Marcas. No una sino muchas. Una tras otra adornan su espalda baja. Su piel se ha tornado en color morado en algunas partes. Son frescas. Recorro la mirada buscando alguna otra pero no hay más. Levanto la mano tocando una y la siento tensarse. -por.. por favor. Podría no tocarme ahí. Duele mucho- solloza y no puedo detener que algo extraño estruje mi pecho. -¿cómo te las hiciste?- calla manteniendo la posición. Su silencio me enfurece más que su llanto así que la levanto encontrándome con ese par de esmeraldas fundidas en un tono rojo. Las lágrimas se deslizan por su rostro y más punzadas golpean mi pecho. Levanto la mano para eliminar ese rastro pero el que se encorve pensando que voy a golpearla responde a mi pregunta. Me alejo empezando a vestirme bajo su atenta mirada. se cubre el pecho retrocediendo completamente asustada. -vístete- Abandono la habitación. La furia me cubre el rostro. Tomo el auto conduciendo a mi lugar de destino. La imagen de su espalda no se me va de la cabeza. Llego en donde se está celebrando la boda. Sin los novios. -Eron Koci- pregunto a la mujer de servicio. -en su despacho- avanzo encontrándome con mi “suegro” que sonríe al verme. -hijo- espeta sentado en su asiento. Avanzo plantándome enfrente y tomándolo de la corbata. Con mi otra mano tomo el abrecartas y lo entierro en la mesa atravesando la prenda. No le da tiempo de responder. -¡¡En tu puta vida vuelves a tocarla hijo de perra!!-
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD