CAPÍTULO 1

829 Words
ELEA KOCI -los departamentos en la ciudad son la mejor opción de negocio padre. Mi amiga Linda me dijo que si invertía 54,000,000 leks podría conseguir un para mi- Enora se acerca a padre para convencerlo de comprar unos departamentos que obviamente no están a ese precio. Salta a la vista que es una estafa directa. . -mi niña siempre tuvo madera para los negocios. Cierto cariño- mi madrastra bebe el café en la tasa que dice ser la más cara del mundo. -todo para mi preciosa hija- padre besa la frente de Enora y esta vuelve a su asiento. -¡estoy esperando mi huevos revueltos! es que eres una retrasada Elea- Muevo la cabeza volviendo en mi. Corro a la cocina donde me espera Renata. La cocinera principal de la familia. -vengo por..- levanta la mano golpeándome la cabeza con el cucharón de madera. -¡eres una completa inútil! tantos años sirviendo a la familia y aun no sabes nada- me entrega el plato. Empiezo a correr. Dejo el plato en la mesa y me quedo a un lado esperando ser llamada nuevamente. Me llamo Elea Koci. La hija menor de Eron Koci líder de la mafia Albanesa. Desde muy pequeña he sido tratada como una sirvienta más en esta casa. Padre odia que lo llame “Padre” pero cómo más puedo llamar al hombre que violó a mi madre y luego la asesinó frente a mis ojos. El recuerdo aún sigue intacto en mi mente. Es el hombre más sanguinario, cruel y despiadado que puede existir. Mi vida en esta casa ha sido un infierno. Cada golpe que he tenido que soportar me hace cuestionar si realmente soy un ser humano. O si realmente existe un Dios en este mundo. -¡pero qué es esto!- Fabia escupe el plato que acabo de servir. -¡Esto es la cosa más asquerosa! ¡cómo puedes traer esta aberración. Elea!- levanta el plato aventándolo en mi dirección. La porcelana se rompe en mis pies en mil pedazos. -qué más puede hacer la inútil bastarda- Enora sonríe. Padre me escanea en cuestión de segundos. Sé que significa esto. Castigo. -lo siento señora pero solo traje lo que la cocinera entregó- bajo la cabeza. -¿estás contestando?¡ Maldita bastarda!- -no. Es solo que…- -tu madrastra te está reprendiendo y no haces más que contestar Elea- Padre levanta la voz dejando su periódico a un lado. Fabia guarda silencio. Cuando Padre habla. El mundo calla. Ese es el lema de esta Familia. -Lo siento Padre..- me detengo en cuestión de segundos. -Señor- me corrijo pero ya está hecho. El hombre que tengo enfrente se acerca como un torbellino y me toma del brazo. El dolor se instala en mi piel que tengo que tragarme el nudo que se forma en mi garganta. -¡cómo me llamaste!- No por favor. No. -¡¡dije señor. Dije señor!!- empiezo a alzar la voz. Ya es tarde. Padre me arrastra por el comedor tomándome del cabello. Las lágrimas empiezan a salir. -por favor. No otra vez- Las mujeres continúan con su desayuno. Sin importarle que me arrastren como un animal listo para sacrificar. -Estoy harto de ti. ¡Malditamente harto!- Eron Koci me lleva a su despacho y cierra la puerta con llave. Sus ojos verdes se han oscurecido más y es lo que más odio. Tenemos el mismo color de ojos, que es inevitable decir que soy su hija. Una que aborrece y desprecia. -¡Quítatelo!- grita mientras se acerca al mueble y lo abre. Niego mientras las lágrimas se desprenden y no cesan. Me pongo de rodillas empezando a suplicar. -por favor. Lo siento- llevo la frente al suelo pidiendo la piedad que no me da porque presiona con su bota mi cabeza. -No lo vuelvo a repetir. Elea. Quítatelo- levanto la cabeza empezando a quitarme la blusa de botones. Los dedos me tiemblan. Abro el último botón quedando desnuda del torso. Me cubro los pechos con las manos volteándome lentamente. Cual es el peor dolor que he conocido. Este. El primer azote en mi espalda me hace saltar. Llevo las manos al suelo mientras me trago el dolor. La piel me quema. No me da tiempo de reponerme porque el segundo viene con mayor fuerza mandándome al suelo. Me trago los sollozos porque si grito será pero. Siempre lo es. -Necesitas aprender modales Elea. Malditos, putos modales- el tercero me hace enterrar las uñas en la alfombra descomponiendo aún más. Ya no más. Pido clemencia a los cielos. Ya no más. -¿aprenderás a comportarte?- levanta la voz. Mi cuerpo cae al suelo y me hago ovillo asintiendo una y otra vez. -si- pronuncio débilmente. El dolor me desgarra la piel. Es un infierno. La muerte será mi única recompensa. -si. Qué- levanta la voz. El llanto me impide hablar. -si Señor-
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