Gabriel tiene una sensación de vacío en su pecho que no le permite estar bien. Y no es precisamente la enfermedad de su hermano o el hecho de que todavía siga internado luego de una semana lo que provoca ese malestar en él, sino ella, su cuñada Es así como me siente desde que ella ha decidido que la mejor forma de castigarlo por todo lo que le dijo e hizo, es ignorarlo. Definitivamente lo logró. Ya él no sabe si ponerse feliz porque al fin consiguió alejarla o soportar como hombre ese dolor en el pecho al verla tan distante. No ha hecho otra cosa que pensar en eso todo este tiempo. —¿Qué es eso que te tiene así, hermano? —La voz de Lían lo saca de su ensoñación. —Has estado muy pensativo y amargado estos días ¿No es mejor que hables conmigo? —¿No tengo nada que decir, Lían? —Contesta