Gabriel se mira a través del espejo con el entrecejo fruncido. Definitivamente, él no nació para este tipo de protocolos, lo suyo es más bien un estilo informal, con jean o pantalón de Sport, no solamente por la comodidad, sino porque así siempre le ha gustado, aunque si usa sacos en combinación.
—¡Por Dios! Ese color te queda hermoso, mi vida —dice Mara, entrando a la habitación de su hijo. —Serás el hombre más guapo de toda la fiesta.
—No voy para impresionar a nadie, mamá —dice él con una mueca de descontento en el rostro mientras acomoda las mangas de su traje azul. — Solo es una cena.
Todavía no entiende cómo pudo aceptar acompañar a su cuñada a esa dichosa inauguración cuando claramente había dicho que no lo haría. Tal vez fue el hecho de que su hermano haya pedido a un tal doctor
