-Puedo sentir... tu corazón latiendo. Puedo sentir... tu felicidad. -Admití, y no tengo ni idea de cómo sabía esas cosas, simplemente las sabía.
Me llevé la mano al corazón para sentirlo bajo mis dedos. Podía sentir cada latido de su corazón como si fuera el mío propio. Sentí su preocupación por mí, él estaba preocupado por si yo saldría corriendo cuando él me contase todo. Él sentía un enorme sentimiento de anhelo y protección por mí, pero más que cualquier cosa, sentí su alegría absoluta por lo que estaba pasando entre nosotros, fuese lo que fuese.
-Mira -continuó explicándole a su primo, aunque sus ojos seguían en mí, al igual que sus manos. -Ella ya puede sentirme. -Rió entrecortadamente, y sus siguientes palabras apenas fueron un susurro. -Wow. No puedo creerlo.
-Eres demasiado joven. -Repuso Adam. -Y ella sólo tiene diecisiete. Ambos sois demasiado jóvenes. ¿Sabes qué? No. -Adam vino una vez más y se puso entre nosotros, y tan pronto como las manos de Fred me soltaron, su latido se fue con él. Estaba empezando a sentirme molesta con Adam, pero no estaba segura de por qué. -Tenemos una cita, y nos marchamos.
-¿Quieres llevarte a mi pareja a una cita? -Preguntó Fred y arqueó una ceja a su primo.
No podía hablar. Simplemente estaba ahí parada, dejándolos pelear.
-Sí, exacto. Si ella es tu pareja, seguirá siéndolo cuando volvamos, ¿no?
-Tenemos que hablar sobre esto, Adam. Tenemos que contáserlo a la familia.
-Lo sé pero he estado esperando todo el año por esto, y creo que puedes prescindir de ella una noche, ya que aparentemente pasarás el resto de tu vida con ella. -Dijo sarcásticamente.
-Adam, no seas así. -Dijo Fred y yo finalmente encontré mi voz.
-Ok, ok, ok. No tengo idea de lo que está pasando. Me siento extraña. Me siento... realmente extraña. ¿Por qué hestáis hablando los dos como si yo no estuviese aquí?
-Emma, lo siento. -Adam se giró para mirarme. -Nunca quise meterte en todo esto. Nunca pensé que esto podría suceder.
-¿El qué? ¿El qué podría suceder? -Dije un poco histérica. -¿De que estás hablando?
-Hay ciertas cosas que tenemos que discutir, pero primero, vámonos, ¿de acuerdo? Podemos alejarnos de aquí y te explicaré cuando hayas aclarado tu cabeza.
-Pero, ¿qué estas...? Quiero decir... no entiendo.
Adam me agarró de los brazos para que mantuviese el equilibrio cuando me balanceé.
-Fred. Díselo. Dile que todo va a estar bien.
Levanté la vista para mirarlo y allí estaba donde Adam me había entregado a él. Era la cosa más bonita que nunca hubiese visto. ¿Cómo no me había dado cuenta de eso antes? Él me miraba de la misma forma a mí. El mismo chico guapo pero ahora diferente. Como si una nueva luz lo estuviese alumbrando. Mi sangre estaba cantando en mis venas porque me tocase. Quería tocarlo a él también, abrazarlo, empujarlo hacia mi para ver cómo se sentía su rasposa mandíbula en la mía. Cualquier cosa. Él sonrió y se inclinó cerca para susurrarme.
-Habrá mucho tiempo para eso. -Jadeé y me ruboricé exageradamente cuando me di cuenta que él había escuchado mis pensamientos.
-Está bien, no te preocupes. -Cerró sus cálidas manos sobre mis hombros y sus dedos rozaron mi cuello, enviando otra sensación de cálida calma a través de mi, que había empezado a pensar que no era una coincidencia. -No siempre será de esta forma. Aprenderás a controlarlo. Sólo escucharé los pensamientos que tú quieras que escuche. Pero por ahora, sigue adelante y vete con Adam. Tiene razón. Necesitas aclarar tu cabeza y yo necesito hablar con mi padre y con la familia de todos modos, y probablemente será mejor para ti si no estás allí la primera vez. Son un poco entusiastas. -Se inclinó para mirar de cerca en mis ojos. -No estés asustada. Sientes que nunca te haré daño, ¿lo sientes?- Lo sentía, alto y claro. Asentí con la cabeza.
-¿Por qué? ¿Por qué siento eso?
-Por que tú eres mi significativa, mi alma gemela. Y yo soy tuyo. Estamos impresos en el otro. Supongo que porque me salvaste... no estoy seguro. Normalmente no sucede cuando se es así de joven. Y no ha estado sucediendo en absoluto con las familias.
-¿Impreso? -Dije con la voz entrecortada.
-Imprimación es cuando sucede un tipo de... sello entre dos almas. Tú estás incrustada en mi, y yo lo estoy en ti. Y es muy raro imprimar con un humano. -Jadeé de nuevo y él sonrió con tristeza.
-¿Humano? Si yo soy humana, ¿qué eres tú?
-Soy humano, pero no del todo. Somos unos Virtuosos, o Embrujados. Nos llamamos a nosotros mismos Aces.Tenemos habilidades una vez que alcanzamos cierta edad después de imprimarnos.
-¿Qué tipo de habilidades? -Pregunté aturdida.
-Muchas. Mira, Emma, voy a contártelo todo, te lo prometo. Pero primero tengo que informar a mi padre. Es el cabeza de nuestro clan, el líder. Tiene que saber lo que ha sucedido y después hablaremos, ¿de acuerdo?
-Así que estamos impresos. -Reflexioné, y pensé sobre lo que podría significar. -¿Como los lobos en una novela sobre vampiros o algo así? -Pregunté y ambos se echaron a reír.
-Un poco. ¿Lees novelas de vampiros?
-A veces.
-Yo también. -Sonrió y luego suspiró. -Ok, Adam. Sabes que tienes que ser cuidadoso con ella. -Miró a su primo severamente. -No la bombardees con información, simplemente espera, es muy frágil. Y no empieces con tu mierda. Es más duro en los humanos...
-Sé todo eso. Crecí con los Jacobson también, lo sabes.
-Sí, lo sé. Lo siento.
-Lo que sea. Vámonos, Emm.
Lo intenté, pero mis piernas no fueron.
-No puedo. Quiero decir, no quiero hacerlo. -Me di cuenta.
-Es simplemente cuestión de la imprimación. Lucha contra él, Emma.
-Hey. -Dijo Fred con dureza. -Eso es sobre lo que estoy hablando, justo ahora. Si vas a desquitarte con ella todo el tiempo porque estás molesto por esto, entonces no te dejaré llevártela. -Adam asintió con la cabeza y suspiró.
-Ok. Tienes razón. Lo siento. La ayudaré, así que podemos irnos.
-¿Ayudarme?¿Qué significa? -Pregunté.
-Es demasiado nuevo. -Explicó Fred. -Es duro para nosotros. Nuestras parejas no quieren apartarse de nosotros. Pero puedo ayudarte diciéndote que quiero que te vayas. Nuestros cuerpos están en sintonía con el del otro. Tengo que cuidar de ciertas cosas aquí, así que quiero que vayas con Adam y saber que estás segura, ¿de acuerdo? Puedo sentirte. -palmeó su pecho -aquí, si me necesitas. No tienes que preocuparte por nada. -Necesitaba que me tocase. Era como si mis venas estuviesen gritando por ello. Y lo hizo. Tomó mi cara en sus grandes manos y ambos suspiramos por el contacto. Oí a Adam murmurando detrás de mi, pero no podía pensar en prestarle atención. -Volveré a ti mañana, ¿ok? Todo estará bien y te explicaré todo. ¿Vas a estar bien?
-Sí. -Dije, y lo sentí. Lo que fuese que me estaba diciendo, fue directo a mi cerebro, apartando todo lo demás. Dice que estaba bien, así que lo estaba. -Sí, estoy bien. No estoy segura de por qué estoy bien, pero lo estoy.
Él sonrió hermosamente.
-Buena chica. -Echó un vistazo por encima de mi hombro. -Te dije que ella estaría bien con esto. No deberías subestimarla.
-Ok. ¿Lista? -Preguntó Adam, aún claramente exasperado pero dispuesto a cooperar.
-¿Vendrás mañana? -Agarré el frontal de la camiseta de Fred sintiéndome extraña por hacerlo, pero tenía que hacerlo. -¿A verme?
Sus pulgares acariciaron mis mejillas enviando embarazosos escalofríos por mis brazos.
-Iré por ti mañana. -Corrigió. -Eres muy especial, Emma. Mi familia estará ansiosa por conocerte. -Asentí con la cabeza.
-Ok.
-Simplemente recuerda. No hay nada de qué preocuparse.
-Ok.
Me besó en la frente y cerré los ojos ante el agradable fuego, sintiéndolo. Dejando su orgullo sobre lo bien que estaba tomando todo mandando sobre mi en olas de calidez.
-Te veré pronto, Emma.
Asentí y mordí mi labio mientras Adam agarraba mi mano y me arrastraba al Audi plata de su padre. Sentí como si mi cuerpo estuviese siendo dividido. No quería irme. No quería irme. Pero Fred dijo que estaría bien. Adam me puso el cinturón y empezamos a bajar por la carretera. Todo el tiempo, los ojos de mi compañero estuvieron fijos en los míos.