-¿Y por qué yo estoy bien con todo esto? Quiero decir, ¿me acabas de decir que no eres humano? Creo que normalmente me asustaría por eso.
-Eres uno de nosotros ahora -dijo en voz baja.
-¿Qué? ¿Quieres decir que soy un as o lo que sea?
-Sí. Mira -me observó rápidamente. -Me gustaría explicarte todo, pero Fred tiene razón. No puedes manejarlo en estos momentos. Tu cuerpo está atravesando demasiado como para estar lejos de él.
-No lo entiendo.
-Tú eres su amiga, la única, su compañera, su alma gemela, la persona con la que va a estar para siempre. Haz tu elección. -movió su mano en el aire.
-Pero acabo de conocer a Fred. Yo ni siquie...
Estaba a punto de decir que ni siquiera sentía nada por él, pero eso era una mentira. De hecho, sólo decir su nombre me traía una ronda de histeria. Mi corazón se encogía, mis manos sudaban y hormigueaban. Tuve la extraña necesidad de agarrar la manija de la puerta y tomar un descanso.
Y yo sabía que era una locura, pero no podía dejar de pensar en eso.
-¿Por qué me siento así? ¿Por qué...- me detuve y traté de respirar. Fred me dijo que todo iba a estar bien. Yo sabía que lo haría, pero no tenía ni idea de cómo o por qué. Adam agarró mi mano.
-¿Por qué lo quieres? ¿Eso es lo que ibas a decir? Es porque te imprimaste. Es como que... sus almas se vieron y decidieron que se querían el uno al otro. Es algo que ha ocurrido siempre en los clanes. Siempre nos imprimamos para encontrar una esposa o esposo. Por lo general, ocurre cuando eres mayor, como de unos veintidós o veintitrés. Nunca he oído hablar de que se produzca tan joven. Y rara vez ocurre con un ser humano, pero a veces lo hace.
-Entonces, ¿ qué significa eso? ¿Tengo que casarme con él ahora?
Pensé en casarme a los diecisiete años y lo que todo el mundo pensaría de mí, que yo estaba loca, o algo peor, embarazada.
-No, tonta - se echó a reír -Sólo... son la pareja perfecta, ahora. -Se rio otra vez, con tristeza y me apretó la mano.-Justo cuando por fin logré que salieras conmigo, también.
-Lo siento.
-No tienes nada que lamentar. Tú no lo puedes controlar -suspiró -De acuerdo. Dejemos de hablar de esto. No es necesario el esfuerzo y seguramente es deprimente. ¿Qué quieres que haga?
-No lo sé. Estoy bastante hambrienta.
-Está bien. Iremos a lo de Pablo.
Nos detuvimos en el estacionamiento del restaurante y salió, corriendo a mi lado para abrirme. M agarró del codo para ayudarme y me pareció dulce, pero luego me empecé a tambalear. Me sentí mareada y me agarró el otro brazo para estabilizarme.
-¿Qué hay de malo en mí? -grazné.
-Es como retiros. Sólo tienes que pasar por ellos. Van a mejorar.
-¿Los retiros de qué?
-Fred -dijo, y frunció los labios como si fuera un asco. -Vamos. Estás conmigo. Estarás bien. Vamos a divertirnos, pero tenemos que dejar de hablar de él, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Su mano se deslizó hacia abajo, entrelazó sus dedos con los míos, y tuve la extraña sensación de que estaba haciendo algo mal.
-Quédate cerca, ¿está bien? -Abrió la puerta del restaurante y entramos, un fuerte aroma a deliciosa pasta y ajo flotó en el ambiente.
Pablo era el mejor lugar de la ciudad de comida italiana y mexicana.
-Hey, mira. Son Chloe y los chicos.
-Por favor, no. No quiero ver a nadie esta noche. - Le supliqué.
-¿Debido a lo que pasó? Tú estarás...
-No, no por lo que pasó. Tuve una pelea con mi padre y no tengo ganas de estar en una multitud. ¿De acuerdo? Por favor.
-Está bien. Vamos a sentarnos aquí. -Me remolcó hasta la parte de atrás y nos sentamos en una cabina oscura. La camarera se acercó inmediatamente. Era una chica de mi clase de literatura. -Hey, Callie, voy a tomar una cerveza de raíz. ¿Qué es lo que quieres, Em?
-Un té dulce.
Ella nos miró a los dos con una pequeña sonrisa.
-Felicitaciones por graduarse, los dos. No puedo esperar.
-Gracias -murmuró Adam y ella fue a buscar las bebidas -¿Estás bien?
-Sí.
-¿Por qué pelearon tú y tu padre? -preguntó mientras acomodaba su vajilla de plata.
-Él es un idiota.
-Ajá.
-Mi madre se fue, el verano pasado. ¿Lo sabías? Justo antes de la escuela.
-Sí, Daniel me dijo algo al respecto.
-¿Lo hizo? -le dijo con sorpresa.
-Sí, estuvo bastante nervioso por ahí durante un tiempo después de que ustedes rompieron. Claro que lo veía únicamente en la práctica de fútbol y el almuerzo.
-Sí.
-Entonces, ¿por qué rompiste con él, de todos modos? -me preguntó y yo miré hacia arriba para ver que hablaba en serio.
Empecé a decirle la verdad, pero Callie volvió con las bebidas.
-¿Qué van a comer, chicos?
-Voy a elegir la berenjena a la parmesana... -respondió.
-Ravioles de queso.
-De acuerdo. Enseguida se los traigo. ¿Ningún aperitivo?
-No, gracias -le contesté, y tan pronto como se fue, volví mi mirada hacia él. -Daniel rompió conmigo. No quería salir con nadie en su último año, porque sabía que se iba.
-¿Qué? Entonces, ¿por qué estaba tan molesto al respecto? Yo supuse que eras tú... quiero decir, es por eso que yo seguí pidiéndote salir, porque pensé que tú lo habías terminado, lo que significaba que no querías estar con él nunca más.
-Habíamos hablado de ello. Pensó que sería más fácil de esa manera, pero yo no quería hacerlo. Él lo hizo de todos modos.
-Ah, hombre. Qué idiota. De hecho, hasta sentí pena por él.
-Bueno, quiero decir, él tenía un punto, pero supongo que pensé que sería mejor gastar nuestro último año juntos que separados, aunque fuera difícil para él irse, ¿sabes?
-Sí.
-Esta bien, suficiente de Daniel. ¿Dónde irás a la universidad?
-A la buena y vieja Universidad de Tenessee.
-Entonces, ¿ahí es donde toda tu familia va?
-Más o menos. Tratamos de permanecer juntos tanto como sea posible.
-Así que, ¿de dónde es, emm...? -sólo pensar en su nombre me hizo sentir temblorosa de nuevo.-¿De dónde es Fred?
-De aquí, bueno de dos ciudades más lejos. Su familia vive allí junto con el resto de nuestro clan. Nosotros somos el garbanzo n***o
que decidió vivir en otro lugar.
-¿Por qué?
-De aquí es de donde los padres de mi mamá eran. Ella y mi papá son los últimos miembros imprimados de nuestro clan. Algo anduvo mal y es hizo que dejara de pasar. Hay un montón de personas solteras en nuestro clan en estos momentos.
-Así que, ¿nadie en tu familia se ha casado desde tus padres?
-Bueno -él tomó un largo trago de su bebida y se echó hacia atrás. Sus pies no tocaron los míos bajo la mesa, los escabulló de vuelta. -Mi tío se casó, pero fue un gran escándalo. No estaba imprimado, él acaba de casarse con alguien de un clan de quien se enamoró. Un gran no – no.
-Porque podría haberse imprimado mientras ya estaba casado con otra persona -le dije, comprendiendo.
-Sí, quiero decir, él tenía treinta y un años cuando se casó, nadie se imprima tan tarde, pero aún así. ¿Por qué darle la oportunidad? No es algo que puedas controlar. Piensa en lo que su esposa sentiría si se imprima con otra mujer. Él no sería capaz de controlar lo que siente.
-¿ Osea que puedes amar a alguien, incluso no estando imprimado?
-Sí -dijo en voz baja y miró hacia abajo rápidamente, así que traté de actuar como si no me diera cuenta.
-Entonces, ¿ qué sucede después de que te imprimas? Fred dijo algo acerca de las habilidades.
-No. Ese es su territorio. Él tiene que explicártelo.
-¿Otro no – no? -le pregunté, sintiendo que probablemente había que seguir un montón de reglas.
-No, sólo no voy a ser yo quien te lo diga.
-De acuerdo, así que... -una pregunta tonta apareció en mi cabeza, pero creí que aligeraba el ambiente. -¿Qué pasa con los hombre lobos?¿Son reales?
Él se echó a reír.
-No. Ni siquiera cerca.
-¿Los magos?
-No lo creo.
-¿Ángeles?
-Bíblico.
-¿Extraterrestres?
-Ciencia Ficción.
-¿Vampiros brillantes?
-Libros de ciencia ficción para adolescentes. -dijo riendo a carcajadas.
Una pareja de ancianos a nuestro lado nos dio una mirada no muy feliz por su arrebato, y él se rio más fuerte, antes de que empezara a interrogarlo de nuevo.
-Así que, ¿ningún mito es real?
-Ninguno de los que tú piensas. La comida está aquí.
-Eso fue rápido.
-Siempre lo son.
-Aquí tienen -dijo Callie, y puso nuestra comida en la mesa. -Ravioles y berenjenas. ¿Necesitan algo más?
-Nope. Creo que estamos bien. Gracias, Callie.
-De acuerdo. -Ella permaneció allí, viéndose un poco incómoda, haciendo girar el bolígrafo entre los dedos, antes de dirigirse a mí. -Así que, um, tú y Daniel rompieron, ¿verdad?
-Sí -respondí, y esperé que esto no fuera hacia donde yo pensaba que iría.
-¿Te importa si lo llamo? Es decir, los dos iremos a Florida. Voy a estar allí el año que viene. Creí que, ya que lo dejaste, no te importaría si lo invito a salir.
-Por Dios, Callie, ¿siendo demasiado franca? -Dijo Adam, y la miró como si tuviera dos cabezas.
-¿Qué? Ella lo dejó. Estuve todo el año esperando. Él tiene que tener un poco de diversión, para variar.
-Ella no lo dej... -empezó a defenderme pero se lo impedí.
-No, Adam. Está bien. Sí, Callie. Llámalo con los pequeños deseos de tu corazón.
-¿Te estás riendo de mí? -puso su mano en la cadera. -Porque no siempre entiendo el sarcasmo.
Quería suspirar, y tuve que empujar fuera una broma sobre rubias que resonaba en mi cabeza.
-Mira. Llámalo. Si quiere salir contigo, está bien. Gracias por los ravioles. No nos hace falta nada más en este momento.
-Está bien. -dijo ella con cautela.- Vendré a ver cómo están en unos minutos.
Se alejó, y Adam me miró con simpatía.
-Ella es una tonta. Algunas personas no tienen modales.
-No, en serio, está bien. -Tuve una epifanía. Una revelación que hizo que en mis mejillas se extendiera una sonrisa. -No me importa. Por primera vez en un año... no me importa Daniel.
-Es la huella. -Negó con la cabeza. -No te preocupas por nadie más que Fred, ahora -dijo casi a regañadientes.
-Así que, no hay manera de romperlo o dejar de sentirlo... o lo que sea.
-No. ¿Por qué? ¿Quieres hacerlo?
-No -respondí muy rápidamente y él hizo una mueca.
-Sí, no lo creo.
-Entonces -canturreé, sintiendo la necesidad de cambiar de tema. -¿Qué vas a hacer en Tenessee?
-Arquitectura.
Recordé que Fred me había dicho que era lo que estaba haciendo.
-¿Es una empresa familiar?
-Mmmm -murmuró en medio de un mordisco.
Apreté los labios y esperé, pero él no dijo nada más. Así que comimos. Me preguntó acerca de la escuela y por qué se me había dejado todo. Por qué casi no iba a la escuela y por qué dejé de comer el almuerzo con ellos. Todo este tiempo, él pensó que había sido a causa de mi rompimiento con Daniel.
Se lo conté todo. No sé por qué. Sólo lo hice. Cosas que ni siquiera le había contado a Chloe, y ella era lo más parecido a una mejor amiga que jamás había tenido, pero yo aún me sentía alejada de ella últimamente. Le dije que mi madre se fue, llevándose todo lo de valor con ella: todos nuestros platos y fuentes, el dinero, nuestros ahorros, mi fondo para la universidad, la cama de mis padres... Mi padre había dormido en el sofá del estudio durante diez meses. Le dije como ella solía llamarme y traté de explicar lo mucho que había odiado su vida y todo en ella. Le dije que mi padre era amargo y rencoroso ahora, que su vida sólo era en espiral hacia abajo y poco a poco iba a llevarme con él. Le dije lo que tenía que conseguir un trabajo para ayudarlo porque él había perdido el suyo.
Me escuchó en silencio mientras comía. Esperó a ver si ya había terminado, mirándome con atención.
-Lo siento, Em. Todo el mundo asumió que habías terminado con Daniel y simplemente no querías pasar el rato con nosotros. Nadie lo sabía... quiero decir, sabíamos que tu madre se había ido , pero el resto... deberías haber dicho algo.
-Yo no sabía qué decir. ¿Cómo le dices a alguien que tu novio rompió contigo tres días después que tu madre se fue y tu padre se quedó sentado en su habitación y ni siquiera habló contigo? Nadie me hubiera querido cerca, nunca más. -dije en voz baja y miré fijamente a los ravioles que ya no deseaba.
-Yo te quería -admitió en la misma voz baja. Miré hacia arriba y capté su mirada marrón avellana.- Siempre te he querido. Pero sólo se trataba de ti y Daniel. Y ahora, van a ser sólo tú y Fred. Y no sólo eso, sino que voy a tener que verlos juntos, todos los días, porque vas a ser familia.
-Adam -empujé mi plato y comencé a jugar con mi arete.- Lo siento. No sé que decir.
-No.- Él suspiró bruscamente y gruñó.- Lo siento. No debería haber dicho eso. Todavía quiero ser tu amigo, Em. Ahora voy a ser tu primo también.- forzó una sonrisa.- Los Patterson son un grupo raro, te lo advierto ahora, pero son celosos protectores. No tienes que preocuparte de nada más. Tu madre y padre son idiotas por dejarte, pero tú tienes una nueva familia ahora.
Yo no sabía si sonreír o correr ante su comentario, así que sólo me mordí el labio y me reí en voz baja.
-Entonces, ¿estás lista para salir de aquí? ¿Quieres ver una película?
-Por supuesto. No podemos volver a tu casa, ¿o sí?
-No. No esta noche. Va a haber un montón de mierda esta noche en mi casa, con toda la familia ahí. Créeme que no quiero estar allí de todos modos.
Yo podría estar de acuerdo. Fred estaba allí y de todo lo que esta imprimación era, no era una broma. Todavía podía sentir su corazón latiendo si pensaba realmente duro en ello.
-De acuerdo. ¿Qué quieres ver? -Le pregunté mientras él le hacía señas a Callie para que nos trajera la cuenta.
-Lo que quieras, incluso una película para chicas si eso te levanta el ánimo.
Arrugué la nariz.
-No estoy muy metida en cosas de chicas. Soy más una niña de ciencia ficción.
-Ah, vas a encajar perfectamente -sonrió y me tomó la mano para ayudarme a levantar. -Y sé exactamente qué película.
Dejé que me llevara hacia el coche, de nuevo sintiendo esa punzada de culpa por sostener su mano, pero no antes de que Chloe y el resto nos vieran. Sus ojos se abrieron y vi su mirada en nuestras manos. Entonces vi a Daniel, sentado en la parte de atrás del grupo. Debería haberlo sabido. Era por eso que Callie estaba preguntando por él.
Él estaba allí.