capitulo 4

2380 Words
-Cálmate Bald, todo estará bien hijo.-mi abuela me abrazaba con fuerza.- Te vas a recuperar muy rápido. No sabía que contestar,  mejor dicho no quería responderle nada a mi abuela, solamente  necesitaba llorar y desahogarme por primera vez en  mi vida en brazos de la única mujer que me dio cariño y amor. El dolor físico no fue nada en comparación con la tonelada de sensaciones que tenía atoradas en ese momento, el llanto comenzó a ser más intenso, casi no me dejaba respirar. -Pensé que eras más fuerte Baldrick pero ya veo que no.-fue lo primero que dijo mi padre cuando entro a la habitación, el muy maldito estaba tratando de humillarme. -Déjalo en paz Domenico,  es tu hijo el que se encuentra sufriendo.- Bianca Caruso era la única mujer que podía reprender a su hijo. -¿Ya sabe que su esposa y su hija están muertas? .- Domenico soltó su maldito veneno. -¡CÁLLATE! . - grito mi abuela con rencor. -Quiero estar solo, largo los dos.- me limpie las lágrimas y baje la mirada. -No fue tu culpa cariño, solo fue un accidente.- mi abuela no quería dejarme solo, quería estar a mi lado. -Maldita sea mama, Baldrick fue el único causante de esta mierda.- Domenico me miro directamente a los ojos.- Acéptalo Alessandro, todo fue tu culpa. -Quiero que me dejen solo.- mi voz estaba demasiado ronca.- ¡AHORA, LARGO DE AQUÍ! Los vi salir de la habitación, mi abuela lloraba en silencio no quería que me percatara del dolor que sentía por mí, por otra parte mi padre era el único que le valía tres hectáreas de v***a lo que me sucediera y realmente el me importaba mucho menos. Me entere de la manera más dolorosa posible de la muerte de dos personas demasiado allegadas a mí, tengo que confesar que me dolió demasiado, jamás pensé que esto sucedería de esta forma. Me duele la muerte de mi única hija, una nena que jamás abrace ni mucho menos bese cuando estaba viva. Recuerdo el día de su nacimiento, no fue un acontecimiento que me causara felicidad, al contrario simplemente lo tome como un estorbo más en mi vida, tengo que confesar que siempre estuve al pendiente de todas sus necesidades pero nunca le di el amor que ella se merecía, cuanto me arrepiento de ello. Mi esposa es un asunto aparte, ella acepto casarse conmigo por conveniencia, nadie rechaza a un hombre multimillonario y con demasiado poder, siempre la trate con desprecio y no fui el esposo que ella se merecía, no tengo más que decir por qué ellas dos me duelen y mucho, más de lo que imagine. Comencé a recordar toda mi vida, todas aquellas cosas que he hecho mal y una de ellas es ser adicto a las drogas, el alcohol y el cigarro lo tolero pero las drogas me llevaron al lugar en donde estoy ahora y para ser sinceros no me gusto la forma en la que termine, mi cuerpo está hecho una mierda y bueno mi personalidad también, no sé qué haré más adelante pero no pienso dejarme vencer por nada, jamás he perdido y esta no será la ocasión, un D’angelo  nunca se arrodilla ante nadie y este es el momento de demostrar de lo que estoy hecho, soy y seré siempre un hijo de puta y eso nadie lo va a poder cambiar. Nuevamente voy a levantar esos malditos muros muy alto tan alto que nadie podrá entrar en mi coraza, un hombre frió y calculador es  lo que  necesito ahora, una máscara de hielo que este tan perfectamente elaborada que mis enemigos me teman con solo mirar mi rostro, que aquellos plebeyos se arrodillen ante mí y me supliquen piedad. Un Baldrick Alessandro tan cruel y despiadado es lo que dejare salir, porque es lo que soy, siempre lo he sido, pero lo mantuve oculto. Un demonio protege mis pasos, no tengo por qué temer, fui al infierno, fornique entre las tierras que siempre arden, vi mi futuro y ahora estoy aquí como el rey que siempre he sido, un hombre con sed de venganza y con hambre de poder. Intente moverme pero no pude, intente ponerme de pie y tampoco lo logre, ¿Acaso estoy invalido? No, eso no puede suceder, Asmodeo no permitiría entrar a mi cuerpo si no estuviera completo, ese maldito demonio me jugo sucio pero lo que no sabe es que soy más cabrón que él. Tengo que buscar respuestas y formas de regresar a mi estado normal de salud, no necesito más humillación en mi vida, en verdad que esto de que te limpien el culo no es muy lindo que digamos, como puedo presiono el botón rojo que se encuentra a unos cuantos centímetros de mi mano izquierda, me imagino que es para llamar a una sirvienta o a eso que se le conoce como enfermera. La puerta de mi habitación se abre dejando ver a cinco doctores con batas blancas. -Es espectacular que ya estés consiente Baldrick.- hablo uno de los especialistas. -Sí, si lo que diga.- moví mi mano para que notara que no me interesa lo que me diga.- Lo único que me interesa es saber si podre caminar y recuperar la movilidad de mi cuerpo. -Claro que es posible, tendrás que estar en rehabilitación y consumir medicamentos, además de estar en un plan de nutrición.- respondió un doctor delgado. -Bien, pues adelante necesito caminar lo antes posible.- deje con entusiasmo. -Tenemos que realizar diversos estudios antes de que todo esto comience. –me miro uno de los doctores. -¿Y que están esperando?, mi salud me importa y mucho, así que les exijo que muevan su culo y comiencen a realizar todo lo necesario o para poder irme de este lugar lo antes posible. -Sí señor, enseguida lo trasladaremos a los laboratorios. -Rápido, quiero esto lo antes posible.- me acaricie el puente de la nariz con algo de frustración. Nuevamente me quede solo, en esa soledad que tanto me gusta. Al poco tiempo me quede dormido, mi cuerpo me exigía descansar, no sé por cuanto tiempo dormí pero me desperté cuando sentí el movimiento de la cama donde me encontraba, dos enfermeras me estaban trasladando a los laboratorios para realizarme algunos de los estudios que necesitaba. -Señorita puede decirle a la bola de cuervos de mi familia que se larguen a la chingada de aquí por favor.- le dije a una de las enfermeras. -Pero señor son su familia.- me respondió con un poco de miedo y vergüenza. -Solo haga lo que le pedí o sino me veré en la penosa necesidad de pedir al director del hospital que la despida de su trabajo, ¿eso es lo que quiere?.- soné muy maldito pero no me importo. -No señor, enseguida le comunico a las personas que están en la sala de espera que ya se pueden ir.- con tristeza me respondió. -Eso es, eres una muy buena enfermera. Las tres horas siguientes me realizaron infinidad de estudios clínicos, ni siquiera tengo idea para que quieren tantas muestras, hasta de semen me pidieron, ¡maldita sea! Mi semen es un líquido puro y valioso no puedo andar regalando nada más porque a estos doctorcitos se les antoja beber un poco de mi leche. Esto es frustrante y demasiado irritante, en estos momentos deseo estar fornicando con una bella mujer, fue algo criminal estar en coma durante seis meses y ni siquiera  pude sentir ni una sola mamada, es penoso mi caso, digo, en el infierno si tuve mucho sexo pero eso no cuenta, es como decir que mi alma se dio un respiro de orgasmos. Estoy casi seguro que cuando salga del hospital voy a tener sexo, me importa un carajo que no me pueda mover, contratare a una rica enfermera que me chupe el p**o las 24 horas del día, me lo merezco. Poco después me encontraba en mi habitación, no podía distinguir si era de noche o de día, el cuarto se mantenía en oscuridad y así me sentía mejor. Cerré mis ojos y me sumergí en la oscuridad de un sueño profundo. Abrí mis ojos cuando sentí  una fuerte mano en mi hombro, mi fiel compañero y  mi mejor amigo está conmigo. -Es bueno verte panadero.- sonreí de oreja a oreja. -Guarda silencio pedazo de mierda.- me respondió Albert con una enorme felicidad. -No seas insolente con tu jefe, no somos iguales. -Lo que digas Alessito.- su carcajada resonó en toda la habitación. -Me cagas los huevos.- dije molesto. -Pues con la gran v***a que te cargas cualquier persona se caga cuando se la metas. -¿Me estas rogando que te penetre analmente para que puedas disfrutar de un rico orgasmo?, jamás imagine que llegaras a tanto Becker. -No todo es sexo Baldrick. -No me agás reír por favor, tu eres un maldito pervertido al igual que yo, ¿te recuerdo la ocasión en la que compartimos una mujer?. -Ya entendí la maldita indirecta, ¿quieres callarte y dejar de molestarme?, tengo derecho de disfrutar mi sexualidad. -Hablas como un anciano, oh espera ya eres un anciano, que lastima me das. -Te informo que mañana saldrás del hospital. También adapte la casa de New York para que tengas las sesiones de rehabilitación.- Albert tomo asiento en un sofá que se encontraba junto a mi cama. -Eres demasiado eficiente, si no fueras un macho me casaría contigo. -Espero un  “gracias” de tu parte.-levanto sus manos para que pudiera ver sus quemaduras.-  Yo fui quien te saco del auto. -Gracias hermano, si no fuera por ti en estos momentos estaría muerto. –suspire por lo bajo. -Jamás te dejaría morir. -Pues yo nunca aria nada por ti, no esperes nada a cambio.- lo que dije no fue la verdad, se perfectamente que sería capaz de dar mi vida por Albert, el significa mucho para mí, siempre ha estado en mi vida y es más que mi amigo, es mi hermano. -Me quedare esta noche aquí.-se acomodó en el sofá. -Solo no jodas. Tener a Albert junto a mí me daba un poco de tranquilidad, aunque debo de reconocer que no puedo depender de él, jamás lo he hecho así que esta no será la excepción. No puedo contarle nada delo que viví estos seis meses en el infierno, esa cuestión es algo demasiado personal, pero… nadie va a creerme, seguro estoy que me trataran de loco y no estoy dispuesto a soportar estupideces. A la mañana siguiente me trajeron el horrible desayuno, odio la comida de los hospitales. Mientras comía, Albert se encargó de recibir todas las indicaciones de los doctores y obviamente comprar los medicamentos que debía tomar durante mi recuperación, también se hizo cargo de contratar a los especialistas que me ayudarían en mi proceso de recuperación, incluyo en esa lista que también pasaría por un proceso de desintoxicación de las drogas, no sé cómo tomaría aquello mi cuerpo pero seguramente muy mal, en estos momentos tenia demasiada ansiedad y me urgía una línea de perico para reiniciar mi sistema. Una de las enfermeras me ayudo a vestirme, como odio mi vida desde estos momentos, tengo que recuperar la movilidad en mi columna y piernas lo más pronto posible, no puedo estar en este estado, es denigrante. Después de vestirme me subieron a una silla de ruedas, ¡una maldita silla de ruedas! ¿Yo en una silla de ruedas? No puedo creer lo bajo que caí gracias a las mierdas que me llevaron a tomar malas decisiones. Salí del hospital para dirigirme a un encierro total de cuatro meses, según los doctores ese tiempo sería suficiente para recuperarme totalmente. Me recibieron seis especialistas en recuperación al llegar a casa, no tarde en darle las indicaciones para que comenzaran el tratamiento lo antes posible. Lo primero que realizaron fue darme masajes en el cuerpo y algunos ejercicios para recuperar el movimiento muscular, también un psiquiatra hablo conmigo de muchas mierdas, se perfectamente que lo hacen para ayudarme pero estoy jodido y lo que necesito es volver a caminar. Después de una larga sesión de rehabilitación en todos los sentidos comencé a sentir la necesidad de consumir drogas, la ansiedad se apodero de mi cuerpo, comencé a temblar y a sudar, una de las enfermeras se percató de mi incomodidad y me ayudo a subir a mi habitación, me dio una larga ducha y cambio mis vendas después de poner algunos ungüentos en mi piel para mis quemaduras, fue en ese momento que pude notar todo el daño en mi piel, una pequeña mancha roja se encontraba en mi cuello, también la mitad de  mi teta derecha estaba quemada al igual que mis costillas y abdomen, las cicatrices no eran tan horribles pero si tenían un color rojo, la pierna no estaba tan mal, solo se quemó una parte de afuera ,pero al igual no se veía mal, es más, las cicatrices son para verme más malote he intimidante  ¿no?  me daba algo de personalidad, soy perfecto de cualquier manera. Sentir la suavidad de mi cama fue la mejor sensación hasta el momento, pero la felicidad acabaría cuando fuertes dolores de columna se apoderaron de mí, le incluyo que también tenía ganas de vomitar por la abstinencia a la droga, comencé a  sudar y temblar más de lo normal, la cabeza me daba vueltas, mis manos se movían por si solas. Cerré los ojos, sabía perfectamente que esto pasaría, tenía que soportarlo, mi vida estaría llena de dolor desde ahora. Pasará. Pasará. Tiene que pasar. El dolor es pasajero, no puedo ser débil, Baldrick Alessandro D’angelo no es ningún cobarde, soy un hombre poderoso y jamás me arrodillare ante nadie ni mucho menos me doblegare al dolor. Soy todo lo que he querido ser, lo tengo todo a mis pies, me comeré al mundo a mordidas y tendré en mis manos a la mujer que me fue entregada por derecho y por pacto de sangre, entregare a uno de mis hijos para ver nacer a un Asmodeo que gobierne el mundo con su lujuria, un hijo no significa nada para mí, una mujer no es más que una sumisa en mi mundo.          
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD