Baldrick. -¿Qué tal pasaste la noche?.- Albert piso terreno peligroso. -¿Me extrañaste? ¿Necesitabas de la presencia de mi v***a para rezar?. -Pues… te mentiría si te digo que no te extrañe. -Que maricon eres Albert. -Yo no me acosté con un hombre, ¡oh! Mejor dicho… no fui su sumiso por dos días. -Ese fue un golpe bajo.- me reí de lado.- Pero debo admitir que disfrute tener una v***a en mi culo. -¡Que puto asco Baldrick!. -Tú comenzaste con este juego. -No conoces la vergüenza.- Albert se cubrió el rostro con las manos. -No sé qué mierda sea eso.- le di un golpe en la espalda. -¿Los hermanos de Ivette te vieron?. -Sí. -¿Qué te dijeron?. -Nada. Pase a saludarlos y desearles un rico desayuno. -Ya me imagino la mierda que causaste en esa familia.- me miro con reproche. -Cálmat