Ivette. , no puedo creer que lo haya hecho. El señor D’angelo salió de mi casa como si nada, mi familia casi se infarta al verlo salir. Edwin fue el más consternado de todos, Gael solo miro la espectacular escena que daba mi Amo… un cuerpo musculoso y grande en un abrigo n***o que le llegaba hasta las rodillas, -¡¿Qué significa esto Ivette?!.- y el reclamo de mi hermano se hizo presente. -Pues…yo…- no sé qué le voy a decir a mi hermano. -Ya no te conozco Ivette, te estas comportando de una manera muy extraña.- mi madre se puso de pie. -Ya déjenla en paz, ella también tiene derecho de disfrutar su vida.-Gael salió a mi rescate. -¡¿Disfrutar la vida?! ¡¿Con su jefe?!.- Edwin está muy molesto. -No lo puedo creer Hija. -No tiene nada de malo, Edwin.- el estúpido tenía razón. -No, cl