Tenía náuseas pero estaba hambriento al mismo tiempo. Le daba la impresión de que podría comerse una pila de hot-cakes y una docena de huevos; pero también, de que vomitaría en cuanto terminara de ingerirlos. De hecho, en ese momento supo que estaba a punto de vomitar otra vez. Trató de poner en orden los detalles que recordaba del día anterior. Había visto a Caitlin, eso era indiscutible. En realidad, eso era lo que lo había vuelto loco. Verla ahí. Verla someter a Jimbo de esa manera. El perro. ¿Qué diablos había sucedido? ¿Todo eso pasó en verdad? Volteó y vio el agujero en la pared lateral; por ahí había pasado el perro. Sintió de pronto un escalofrío y se dio cuenta de que todo había sido real, sólo que no sabía cómo explicarlo. ¿Y quién era ese tipo que la acompañaba? Aunque estaba