La mañana siguiente Valeria se había despertado con una extraña sensación en el pecho, parece que su mente se había encargado de hacerle recordar lo que fueron sus años en la adolescencia y sus 20’s años también, ahora que es una mujer adulta de 30, se siente un poco avergonzada con lo tonta que había sido, esta vez sería diferente, no caería de nuevo en los juegos de los hombres, menos de James, quien ahora que le ha visto de nuevo y sabe que este mantiene negocios cercanos en el pueblo, era inevitable que se vieran frecuentemente o de vez en cuando, sin embargo, Valeria agradecía profundamente el tener a Lucas ahora a su lado, pues, este se encargo de dejarle en claro a su ex (y a cualquiera de aquella reunión) que ahora ella, no estaba disponible. Y si bien es cierto que su acuerdo era algo entre ellos, no significaba que tendrían la libertad de irse por ahí con cualquier persona, claro que no.
Le hacía sentir bien el saber que protegía sus sentimientos, y suspirando nuevamente, Valeria se deja caer en la cama, Lucas le gustaba mas de lo que podía admitir, físicamente claro, y como se conocían de toda la vida, lo hacia mas fácil, sin embargo, ella accedió muy pronto a llevar dicho acuerdo, ¿será que acepto por algo más? ¿y si siempre le gusto Lucas y nunca se había dado cuenta?, aquello era imposible, ¿verdad?
Valeria niega con la cabeza y se recuerda que su relación con Lucas era meramente carnal, pero eso no parecía detener la necesidad constante de Lucas de mantenerla cerca. Era posesivo, controlador, y siempre quería saber a dónde iba y con quién. Valeria intentaba mantener cierta independencia, pero cada vez que salía sin decírselo a Lucas, él solía aparecerse, especialmente si había hombres coqueteándole.
Una noche, Valeria decidió ir a tomar algo con su amiga de la infancia, Sarah, y su hermana, Emily. Se puso un vestido corto y elegante, perfecto para una noche joven en el bar-discoteca del pueblo. Había olvidado avisarle a Lucas, pensando que podía disfrutar de una noche tranquila sin su vigilancia.
Después de todo, ella era un mujer adulta que sabia lo que hacia y no necesitaba ser cuidada como una infante o una adolescente fuera de control, claro que no, fueron muchas las noches en las cuales, al estar en la ciudad y despejar su mente, en aquella época de universidad, Valeria tomo con sus compañeras de facultad para olvidarse de la pena y los desamores, de los muchos que tuvo a lo largo de su vida, pero ahora, lo hacia para pasar un buen rato, nada de excesos o algo así, ese tiempo paso.
El bar-discoteca estaba repleto. Valeria, Sarah y Emily estaban en la barra, riendo y disfrutando de sus bebidas. Debemos resaltar el hecho de que las tres estaban realmente hermosas, cualquiera que tuviera dos dedos de frente lo notaria, aun mas el hecho de que Valeria traía un precioso vestido rojo de brillos apegado a su femenino y curvilíneo cuerpo, y su cabello estaba peinado en delicadas ondas rizadas, un maquillaje para la noche y su móvil en silencio para que nada ni nadie, interrumpiera su noche de chicas. Por lo que, sumidas en su mundo, ninguna se había percatado de que un hombre atractivo llamado Derek se acercó a Valeria, claramente interesado.
—Hola, hermosa. ¿Puedo invitarte a otra bebida? —dijo Derek, sonriendo encantadoramente. El hombre se dice así mismo que debería aprovechar a la hermosa mujer que tomaba con sus amigas, y claro, seria muy tonto de su parte al menos no intentarlo pero vamos, eran pocas las mujeres que se resistían a sus encantos, al menos, eso es lo que él se decía.
—No, gracias. Estoy bien así —respondió Valeria, intentando ser cortés. La verdad es que no deseaba pasar tiempo con hombres por el momento, aun menos cuando lleva un acuerdo en el que estrictamente decía que no debería acostarse con alguien al menos que esto sea notificado previamente, conjuntamente con los estudios necesarios para descartar cualquier tipo de infección-enfermedad.
Pero Derek no se rindió fácilmente. Insistió varias veces, cada vez más persistente, hasta que Valeria decidió salir a tomar un poco de aire. Al salir al patio trasero del bar, Derek la siguió, insistiendo una vez más.
—Vamos, solo una bebida. No seas tan difícil —dijo, acercándose demasiado.
—He dicho que no. Déjame en paz —respondió Valeria, molesta.
Derek intentó agarrarla del brazo, pero en ese momento, Lucas apareció, su presencia imponente y dominante. Sin dudarlo, golpeó a Derek, haciéndolo caer al suelo.
—¿No escuchaste? Ella dijo que no —gruñó Lucas, con los ojos llenos de furia.
Valeria, aunque agradecida, se sintió molesta por la intervención de Lucas.
—¿Siempre tienes que ser tan controlador? Puedo manejarme sola —dijo, cruzando los brazos.
—No cuando hay idiotas como este merodeando. Mientras este acuerdo esté vigente, tú me perteneces —respondió Lucas, con una mirada posesiva.
La tensión entre ellos era palpable. Valeria sentía una mezcla de gratitud y frustración, pero también una atracción innegable. Sin decir más, Lucas la tomó del brazo y la llevó a un lugar más privado. La pasión se desató, y lo que comenzó como una discusión terminó en un encuentro apasionado e intenso.
La Mañana Siguiente
Valeria despertó en su habitación, con Lucas a su lado. Observó las marcas en su cuerpo, recordando la noche anterior, y sintió un rubor subir por sus mejillas. Lucas la observaba con una mezcla de satisfacción y posesividad.
—Anoche fue... intenso —dijo Valeria, intentando romper el silencio.
—Lo fue —respondió Lucas, con una sonrisa ladeada.
—Lucas, no me gusta que seas tan celoso y controlador. ¿Por qué siempre apareces donde estoy? —preguntó Valeria, buscando respuestas.
Lucas suspiró y se sentó en la cama, mirándola fijamente.
—Siempre he sentido algo por ti, Valeria. Desde que éramos jóvenes. Pero cuando supe que estabas enamorada de James, tuve que dejar mis sentimientos de lado. Y luego te mudaste, y todo cambió. No podía perderte otra vez —confesó Lucas, su voz más suave de lo habitual.
Valeria se sorprendió por la honestidad de Lucas. Nunca había imaginado que él pudiera tener esos sentimientos ocultos.
—¿Entonces por eso propusiste el acuerdo? ¿Para mantenerme cerca? —preguntó, con la voz temblorosa.
—Sí. No podía arriesgarme a perderte de nuevo, pero tampoco quería que supieras lo que realmente siento. Es más fácil mantener las cosas bajo control así —respondió Lucas, su mirada intensa.
Valeria se quedó en silencio, asimilando la revelación. Había mucho que procesar, pero por ahora, estaba segura de algo: la relación con Lucas, aunque complicada, era lo que necesitaba en ese momento.