Le había dado instrucciones al Capitán, de su yate para que estuviera listo para zarpar en cualquier momento que a él se le ocurriera. Ahora, al ver al "Caballo de Mar", se dijo con placer que partirían apenas levantara la neblina. Subió a bordo, saludó al Capitán y le comunicó sus planes. Después, volvió a la población, para comprar los libros, periódicos y revistas que podría necesitar durante el viaje. Como el yate era nuevo, no había tenido tiempo de formar la considerable biblioteca con la que viajaba siempre, cuando se embarcaba. Le gustaba mucho leer, pero descubrió que cuando estaba en Londres, y aun en el campo, había tantas otras cosas que hacer, que tenía muy poco tiempo para los libros. Un viaje por mar era el momento perfecto para "reabastecer su cerebro", y se sintió com