—Signora, Annie. Enzo ya está dormido— me dice Leo y finalmente me doy cuenta de que he estado arrullando a Enzo por horas sin parar. Incluso se ha hecho de noche, pero me aferro a mi hijo como si fuera a romperme en cualquier momento. —Déjame sola, Leo. Me abrazo a mi hijo y lucho para no soltarme a llorar de nuevo. —Signora, Annie. Debe descansar, ha estado sentada ahí por horas. —¡Te dije que me dejaras sola! Leo se sobresalta finalmente alejándose. No quise gritarle pero… no puedo, no quiero pensar en nada ahora mismo. Acabo de ser obligada a abandonar a mi esposo por un loco de mierda. ¿Por qué Tristan tuvo que elegir esta vida? ¿Por qué no pudo elegir un trabajo normal y una vida normal? No, yo me metí en esto, yo decidí amarlo, ahora debo enfrentar las consecuencias de mis dec