La mañana del sábado el personal de la mansión Harris se dedicó a colocar la decoración para la fiesta de bienvenida para Amy y Serena, con ayuda de una organizadora de eventos fueron colocados los manteles elegantes y la cristalería más costosas sobre las mesas; la mansión tenía un enorme jardín exclusivo para estos eventos.
Dicho jardín contaba con una estructura principal techada y bastante amplia, estaba rodeado por cristales y buena ventilación, el mobiliario era sobrio y elegante, sin duda algo característico de la familia Harris, aunque el espacio al aire libre era mucho más grande, refrescante y rodeado de hermosos rosales.
Para la tarde ya estaba todo listo y el encargado de la recepción comenzó a recibir a los invitados mientras los meseros comenzaban a servir para cada uno el
