Cada minuto que en que el CEO demoró en llegar, fue una verdadera tortura, la cabeza de Serena no dejaba de darle vueltas al asunto, pensó que debió cerciorarse de que la tela que había elegido no era la de Dereck y no ponerse a trabajar en ella sin más. Se recargó en el filo del lavamanos sin observar en un punto exacto del lugar, hasta que escuchó a alguien aproximarse. Adrien abrió la puerta y observó a Serena, la preocupación en su rostro era evidente, la observó fijamente como si quisiera adivinar que era lo que ocurría y se acercó con cautela. —¿Qué ocurre pequeña? — preguntó con su tono grave; Serena lo miró a los ojos, en ese instante quería llorar, de alguna forma se sentía culpable y sentía pesar de que todo había salido bien hasta ahora, excepto lo más importante, que era uti