- ¿Qué le pasa a tu teléfono? – gritó ella desde la puerta.
- ¿Y qué? - Lera no entendió.
- Te he estado llamando toda la mañana, pero no respondes, - continuó gritando Alla.
- ¿Entonces qué pasó? - preguntó Lera.
- Bolshakov te está buscando. Allí le pasó algo. Vamos, te llevaré a la universidad. ¡Rápido! - ordenó su prima.
- ¿Qué te dijo?
- Dijo que, si no te apareces en quince minutos, entonces no tendrás un tutor.
- A lo mejor no necesito esto, - dijo Lera sin vitalidad.
- ¿A qué te refieres con “a lo mejor”? ¿Te golpeaste la cabeza?
- No, simplemente pensé que no necesitaba esto.
Alla, sin dudarlo, puso su mano sobre la frente de la chica.
- No, no tienes fiebre. Bien, después te pongo a andar en serio, y ahora vámonos, rápido.
- Está bien, me voy, pero no grites. Me duele
