Emanuele Llegó a la casa, aunque no era lo que quería, disfruto espiar a Helena, por mi me convertiría en un acosador, pero ahora mucho más luego de que se dio cuenta, las cosas directamente son más emocionantes, ella es muy bella necesito que entienda que me está siendo escriturada, con ningún hombre aceptaré verla, desde este instante ella será solo mía, me bajo del auto, entro y escucho los gritos desgarradores de siempre; esos que me hacen sentir más poderoso, simplemente los que traicionan tienen que pagar muy caro por sus actos, así sea con su insignificante vida. Por las malas es que entienden estos bastardos, en la mafia las segundas oportunidades no existen. Ingreso al cuarto de torturas, es un asombro ver a mi hermano, Mario está presente gritando como si ese hombre llevará su