Quizás no es ni necesario conocer el infierno, pues esta es la primera puerta para entrar, lo más grave de todo es que me estoy enamorando del diablo, el mayor malvado de todos y es algo irresistible sé que volveré una y mil veces aquí, porque para respirar me falta él. El tiempo pasa tan rápido que para disfrutar solamente existe este instante y toda su atención está puesta en mí, en cambio la mía en tratar de que esto tan bello no se opaque. —¿Y la señora es? —yo pregunto siendo algo imprudente, obviamente nadie me llamó y mucho menos ella preguntó sobre mí, pero está casa es tan misteriosa que sólo indagar es lo que deseo, para poder mentirme otra vez. —Ella es mi Nana, una mujer incondicional que siempre está disponible para mí, espero que también pase contigo, porque eres demasiado