Mailen.
—¿Hija, se puede?.
—Si, pasa. —veo a mi mamá por el espejo del tocador donde me estoy maquillando.
—¿Vas a salir?.
—Si, tengo una cita.
—¿Se puede saber con quién?.
—Con Elias.
—¿De verdad? Que lindo Mai, jamás me lo habría imaginado.
—Si, ayer donde el tio me invitó.
—Es un buen muchacho, espero tengan algo.
—¿No te molesta que tenga una hija?.
—¿Porqué me molestaría? Tiene derecho a hacer su vida, su otra relación no funcionó y tiene que seguir, yo estaba de novia con tu papá cuando Débora apareció embarazada, y no fue un problema, tuvimos una discusión grande, pero no viene al caso ni era por el bebé, el tema es que yo lo amo a tu papá, y venia con un niño que lo hizo cuando no teníamos nada, lo conocí despues y esta bien, tenia una vida antes de mi así como Elias la tuvo.
—Le dije que si iba con la nena no tenia problema.
—Si tienen una relación nunca debes olvidar que esa nena tiene una mamá, tu no puedes opinar nada respecto a su crianza a no ser que veas algo raro, pero lo hablas con él, viendo que vez sin salirte del papel que tienes, de novia de su papá.
—Mami, solo vamos a tener una cita.
—No olvides lo que digo. —esta tirada en mi cama boca abajo mirándome.
—¿Qué hacen?. —Ray entra tirándose arriba de mi mamá.
—Ooojjj.
—Eres comoda mami. —busco ropa sin saber que ponerme, me mandó mensaje que íbamos a ir a un restorán caro, me mandó el nombre, pero sé cual es y el estilo de ropa que se lleva.
—¿Qué dicen de esta pollera?.
—Nunca la usaste. —me saco la ropa quedando en ropa interior, son mi mamá y mi hermana, no hay problema.
—Wou, te queda re bien. —me pongo una remerita blanca de cuello alto y manga corta, la falda es verde de cuadritos y tiene dos tajos al frente, es una mini falda, aunque me pongo un short de protección.
—¿Y en los pies?.
—Amor, que ha... ¿A dónde vas?.
—Tengo una cita con Elias. —saco unos borcegos yendo a la cama donde mi papá se sienta en la silla del tocador.
—¿Elias? ¿El de Michel?.
—Si, ayer me invitó a cenar y le dije que si.
—Bueno, es un buen muchacho.
—Si, mamá me decía lo mismo y bueno, es un muchacho muy bello.
—Ssiii, aaaggg. —le doy una nalgada a Raylef que se rie porque mis papás la mira con las cejas fruncidas—. Aaaayyy no me miren así, siempre supe que a Mai le gusta, lo digo para molestar.
—Mas te vale, le gusta a tu hermana, no te hagas la loca.
—¿Me puedo hacer la loca con Adiel?. —mi mamá le da unas nalgadas como puede.
—Te llego a ver haciéndote la loca vas a ver como te va.
—Buena, a Mailen no le dicen nada.
—Si vienes directo a decirnos que tienes una cita y con quien no hay problemas, pero con mentiras vas a cobrar. —el celu suena y es Elias.
Elias—. Hola, ya estamos yendo con Eve.
Mai—. Hola, ya estoy lista, espero.
—Bien, ya vienen.
—¿Vienen?.
—Si, viene con su hija. —busco un blazer a juego con la falda y un bolsito.
—Espera que te doy plata por las dudas.
—Gracias papi. —salimos todos de mi cuarto, apago la luz y cierro la puerta, espero a mi papá que va a buscar plata, cuando viene me tiende—. Gracias, si no lo uso te lo devuelvo.
—Tómalo como parte de tu salario hija.
—Esta bien. —le doy un beso y bajo corriendo, abajo mis hermanitos menores juegan con unas cartas con Efra.
—¿A dónde vas asi vestida?.
—Tengo una cita.
—¿Eh?. —mira a mi papá que no dice nada, se tira al sillón cambiando la tele.
—Noooo papi.
—Estan jugando a las cartas sin mirar la tele, ahora miro yo.
Elias—. Estoy afuera.
—Ya llegó, nos vemos.
—Te acompaño. —sin decir nada saludo a todos y salgo con Efra que es un pesado—. No sabia que te gustaba Elias.
—Bueno, ahora lo sabes, me gusta muchísimo.
—Bien, debo ser sincero, no me cae bien, y espero que no te haga lo mismo que le hizo a la mamá de su hija.
—¿Qué le hizo?.
—Un hijo y la dejó, y no digas que no.
—Yo creo que hay que buscar el porque pasó eso, porque con papá y tu mamá pasó lo mismo y puede que con ellos pasara lo mismo. —salgo sin mas nada que decir, me espera por afuera de los portones del barrio—. Hola.
—Hola, ¿vine muy temprano?.
—No, yo me tardé creo. —me giro sonriendo al ver a Eve—. Hola preciosa.
—Oa.
—No te tardaste, saliste justo a la hora que acordamos, vine mas temprano.
—No te preocupes, ahora sé que siempre llegas un poco mas temprano que lo acordado. —vamos a un restorán que queda bastante cerca de mi casa, es en la orilla de la ruta grande—. Hace una linda noche.
—Si, aunque pedi mesa adentro porque es zona de chacra, nos va a dar frio.
—Si, obvio, mas para la nena, es muy frio para ella.
—Pa... pa.
—¿Queeeee?. —me mira sonriendo porque si no le responde no para de llamarlo.
—Me gusta mucho tu auto.
—Cuando me lo regalaron no daba mas de la emoción, y yo crei que te iban a regalar uno cuando cumpliste dieciocho.
—No, mis papás no me dejan manejar, les dije si me enseñaban pero dijeron que no, que no querían que sepa manejar porque es peligroso, que mi papá o Efra nos llevan a donde quiera, lo mismo que mis hermanas.
—Pero a tu hermano lo dejan.
—Si, porque su mamá lo mandó a clases de manejo sin que mi papá sepa y después se armó con los dos, porque mi papá le reclamaba que debía haberle consultado, esta loco la verdad.
—¿Te gustaría manejar?.
—Si, pero me daría miedo porque me llenan de miedo ellos.
—Bueno, si llegamos a tener algo mas que una cita yo te enseño a manejar. —sonrío como una tonta—. Llegamos.
—¿Te ayudo en algo?.
—Estoy bien. —rodeo el auto viendo como la baja a Eve y baja la mochilita felpuda toda rosa de su hija—. Ya tenemos cancha con Eve, nos manejamos re bien.
—Lo veo, —me inclino dándole un besito a Eve que sonrie—. Se nota que pasas tiempo con ella.
—Lo mas que puedo y lo que su mamá me permite, pasamos todo lo que podemos juntos.
—¿Tienen problemas?, perdón, sé que suena feo o de metida, solo me salió asi.
—No, estamos bien. —me doy cuenta que no dice la verdad porque le cuesta sonreir—. Me deja tenerla mucho tiempo sin problemas.
—Que bueno, eso la verdad que es bueno, ¿llevo la mochila?.
—Dale. —me abre la puerta asi entro y me quedo esperando porque no sé que mesa, es un lugar con reserva, no se puede venir y venir si hay mesa porque por más que halla no te dan sin reserva.
—Buenas noches, ¿tienen reserva?.
—Si, Elias Weishler.
—Bien, los guio. —me da risa que la chica lo mira entero, si, es un hombre muy apuesto y con su hija con un vestidito violeta y un moñito lo hacen ver aun mejor—. Esta es su mesa.
—Muchas gracias, ¿nos podría traer una picada y dos jugos grandes? ¿De que quieres Mai?.
—De naranja está bien.
—Yo igual.
—Ya les traigo. —corro un poco la sillita de Eve así la sienta, la nena golpea la mesita con sus manitos riendo y nos mira a los dos.
—Hijaaaaa, ya vienen, espera un poco.
—¿Tiene hambre?.
—Si, aunque le traje su comida, aun no come comida comprada, me da un poco de miedo.
—Es entendible. —la verdad que me pone incómoda donde no sé como ayudarlo, saca del bolso de Eve un chupete que tiene fruta dentro.
—Toma amor. —agarro la carta sonriendo sin dejar de verlos—. Bueno, ahora si podemos hablar.
—Tranquilo, debes atenderla.
—Si, aunque se aprovecha, no la veas con ojos tiernos porque es bebé, ¿viste hija?. —sonríe achinando los ojos comprándoselo y si que sabe como enamorar a su papá—. ¿Esperabas que te invitara?.
—Sinceramente nunca me lo esperé.
—Pero cuando te invité aceptaste enseguida.
—Es porque me gustas Elias. —se pone nervioso, juega con sus dedos mirando a su hija con una sonrisa—. No me esperaba a que me invites porque no me considero linda, entonces decía que...
—¿Que no te consideras linda?, Eres preciosa Mailen, me gustas desde los quince o dieciséis.
—¿De los quince?, ¿Cómo no salimos antes?.
—Es que tambien sentía que ni me mirabas, estábamos los dos equivocados. —nos hacemos hacia atrás así ponen la picada, viene de todo, desde empanadas hasta mariscos rebosados.
—Que lo disfruten.
—Gracias, y queremos pedir la comida. —cuando se va saca un poco de tomate asi le da a Eve porque estira la manito pidiendo—. Toma amor, que lo disfrutes.
—¿Cuándo cumple años?.
—En tres meses, ya estamos viendo con su mamá de que hacerlo, hasta ahora viene ganando la temática de corona.
—¿Corona?.
—Si, como una princesa.
—Que lindoooo, me alegro que se pongan de acuerdo con su mamá, se deben llevar re bien.
—Si, un poco. —la verdad que tengo mucha hambre, de los nervios no pude comer en todo el día—. ¿Mai, te dejan salir y volver a cualquier hora?.
—Si, ya tengo veintidós, solo debo avisar a donde voy y ya.
—¿Y tu ex?.
—¿Qué hay con él?.
—¿Cómo terminaron?.
—Un poco bastante mal, Efra le dio una terrible paliza y luego mi ex lo denunció a Efra.
—¿Y cómo terminaron?.
—La cuerno me mandó un mensaje, era un foto de los dos en la cama, y me dijo, mira donde esta tu novio, entonces le dije a Efra y buscamos la dirección de envío, fuimos y lo encontramos, el muy infeliz me negaba todo hasta que le mostré la foto y ahi me dijo en la cara que hace tiempo me engañaba y que no queria saber mas nada conmigo.
—Sufriste mucho. —lo miro alzando las cejas—. Estabas muy delgada cuando te separaste.
—Bueno si, me dolió muchísimo y aun duele, no el que me engañara, sino que jugó conmigo, estaba con las dos y la otra sabia que era la amante y los dos se reían de mi, eso me dolió mas, y me lloré la vida, ahora estoy apostando otra vez, no sé si quieres algo serio si se da el caso.
—Si, no te invité solo para comer y hablar, ni menos hubiera traigo a mi hija si no te tomara con mucho valor, y quiero apostar de nuevo, apostar de verdad.
—Entonces vamos juntos Elias, pongo todas mis fichas en esto y ruego que resulte.
—Yo igual, espero podamos formar algo de verdad.
—Permiso, traemos su comida, ¿desea algo para su hijita?. —me mira a mi donde debe creer que soy la madre y sonrio.
—No, estamos bien, le tenemos comida, gracias igual.
—Bien, entonces los dejo, disfruten.
—Muchas gracias.
—Ya te doy amor, calma. —saca un tapersito, un platito y una mamadera—. Espérame un poco Eve, por favor, si te di una merienda amor.
—Debe ver la comida y se desespera. —le pone el babero y ahí le da el plato y la cucharita, pero no come, junta las manitos cerrando los ojos y mueve la boca como si orara y ahí come.
—Muy bien hija, las gracias primero, muy bieeeeennn. —los dos aplauden y yo me rio—. Que niña mas buena que eres Eve.
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Inmensamente agradecida con todo el apoyo que me brindan, no quiero nombrar para no catalogar ni olvidarme de nadie, y espero que podamos ir en esta nueva aventuras disfrutando cada palabra... Besos y leo sus comentarios.