Emma se levantó de su lugar al ver aquello, todos se dieron cuenta de inmediato de su molestia, mientras tanto su prima con total descaro saludaba a Noah con un beso en la mejilla, pensó que hubiera sido más teatral besarlo apasionadamente en la boca, pero conocía a su abuelo, frente a él no podía andar con esas cosas, sabía que si lo hacía, la desheredaría inmediatamente.
—Emma, regresa a tu lugar hija, estamos en medio de la cena, Noah podrá sentarse a tu lado enseguida.
La chica volvió a sentarse, hablaría con su abuelo en cuanto terminara la cena, así que hizo acopio de fuerza para no hacer un escándalo ahí mismo.
Noah se sentó a su lado, el chico intentó comportarse como si nada hubiera pasado, se había dado cuenta de que Emma aun no les había contado, quizás tendría tiempo de hablar con ella para hacerla entender de que aquello no había sido importante para él, esperaba poder tener una oportunidad de ser perdonado y así poder seguir adelante con los preparativos de la boda.
Emma comió lo más tranquila que pudo, cuando vio que su abuelo terminó de cenar, se levantó de nuevo de su lugar.
—Abuelo, me gustaría hablar contigo en el despacho de favor, es algo muy importante.
—Emma, antes de que hables con tu abuelo me gustaría hablar contigo, por favor, no puedes negarme esta oportunidad, hazlo por todos los años que estuvimos juntos. —Noah intentaba impedir que hablara primero con el viejo abuelo.
La chica se le quedó viendo fijamente, una sonrisa de burla se dibujó en su cara.
—¿Abuelo?
El abuelo se dio cuenta de que algo pasaba, se levantó de su lugar para dirigirse hacia su despacho.
—Vamos hija. —El hombre tomó su bastón y comenzó a caminar despacio.
Emma lo siguió, al entrar cerró la puerta con llave, no quería que nadie los molestara.
—¿Qué es lo que pasa? por tu semblante veo que es algo delicado.
—La boda se suspende, no me casare con Noah.
—¿Estás segura hija? Hace algunos días aun decías estar locamente enamorada de ese hombre. —Noah nunca había sido del completo agrado del abuelo, algo en él no terminaba de gustarle.
—Me he dado cuenta de que no lo amo lo suficiente como para casarme, es mejor que me he dado cuenta a tiempo. —La chica decidió no decir la verdad al abuelo, su salud no estaba del todo bien, y un disgusto de esa magnitud podría dañar aún más su salud.
Fuera del despacho, la prima de Emma se sentía tranquila, sabía perfectamente que debido a la salud del abuelo, Emma no se lo diría, habían sido inseparables por mucho tiempo, así que la conocía perfectamente, Emma siempre pensaba en los demás antes que en ella misma.
—Hija, sé que este no es momento para decirte lo que ya te he dicho antes, me gustaría que consideraras casarte con el nieto de mi amigo, será el heredero absoluto, así cuando me toque el tiempo de marcharse me iré tranquilo sabiendo que estás protegida por esa familia. —El abuelo se sentía cansado y débil, ya los años que tenía lo estaban afectando, deseaba tanto como su amigo unir a las dos familias, y que mejor manera que casando a los que serían sus herederos.
—No puedo responderte ahora abuelo. —Emma luchaba por contener las lágrimas, le estaba doliendo demasiado aquello, y sobre todo por tener que callar lo que le habían hecho.
—Tengo que decirte la verdad, Noah nunca me ha agradado, te apoyo totalmente en tu decisión de suspender la boda, solo que tendrás que lidiar con el descontento de tus tías, a veces llegue a creer que pensaban que serían ellas las que se casarían, tendrás también que hablar con tus padres, no entiendo por qué es que no han acudido a la cena.
—No te preocupes abuelo, yo hablare con mis tías, y en cuanto a mis padres, no han podido tomar el avión a tiempo, imagino que mañana por fin regresaran de su viaje.
Poco después salieron del despacho, Noah se encontraba nervioso, esperaba con impaciencia saber el resultado de aquella charla entre Emma y su abuelo, cuando los vio salir palideció de inmediato, el rostro del viejo era serio.
—Ya me ha dicho mi nieta la decisión que ha tomado, espero que no insistas en que esa boda se lleve a cabo.
—Amo a Emma señor Harris, espero que recapacite pronto y acepte casarse conmigo.
El viejo señor Harris solo se le quedó viendo de arriba a abajo, pasó a su lado ignorándolo.
—Emma, espera, por favor.
—No te atrevas a tocarme. —Emma se hizo a un lado para impedir que la tocara, le daban asco sus sucias manos.
—Veo que no se lo has dicho, de lo contrario hubiera mandado a sacarme, eso lo he tomado como una oportunidad que vas a darme.
—¿Una oportunidad? Ja, ja, ja, no puedo creer tu descaro, he callado porque la salud de mi abuelo es delicada, así que por favor márchate.
—Vaya, primita querida, por lo que veo no tienes dignidad, estás aquí muy apartada con el hombre que acaba de engañarte.
Emma volvió a tensar los puños, tenía que reprimir las enormes ganas que tenía de golpearlos, aquellos dos en ese momento eran las personas más despreciables.
Noah decidió irse enseguida, no pensaba darse por vencido, solo quería darle espacio a Emma para tranquilizarse.
En cambio la chica sentía que no podría jamás perdonarlos, había amado mucho a Noah, y Lena había sido como la hermana que nunca tuvo, era hija única, no sabía que su prima la odiaba por ser la favorita de todos en la familia, sobre todo porque consideraba que le había quitado el amor del abuelo, temía que a ella dejara toda su herencia.
Por la mañana al despertar, se dio cuenta de que sus padres acababan de llegar, cuando bajo a desayunar los encontró ahí en compañía del abuelo.
—Papá, mamá, por fin han regresado. —Dijo forzando una sonrisa, no era que no se alegrara de su llegada, pero había llorado toda la noche y se sentía triste.
—Hola pequeña, ven acá, déjame darte un gran abrazo. —Su padre tenía la facilidad de darse cuenta cuál era su estado de ánimo, había notado nada más al verla, las profundas ojeras que enmarcaban sus ojos.
Emma sintió que el abrazo de su padre la reconfortaba, en verdad lo necesitaba, sus ojos se llenaron de lágrimas, hizo un gran esfuerzo por contenerlas.
—Acompáñame al despacho un momento hija.
Emma lo tomó del brazo y camino a su lado, mientras su madre que también había notado algo raro en ella los veía.
—¿Dime que ha sucedido? Puedo ver una enorme tristeza reflejada en esta bella carita. —Le dijo mientras le sonreía con dulzura.
—A ti si puedo contártelo, he suspendido mi boda, encontré a Lara y a Noah juntos en mi casa, no entiendo cómo han podido hacerlo.
—¿Juntos? Te refieres a....
—Así es papá, ese tipo de juntos.
—Vaya, siempre creí que ese chico te amaba, que eras la luz de sus ojos, que equivocado estaba.
—Yo también creí que me amaba, no he podido decirle al abuelo, está enfermo, no quiero provocarle un disgusto de ese tamaño.
Emma agacho la cabeza, en ese momento dejo que las lágrimas fluyeran, su padre se acercó para abrazarla de nuevo.
—Lo siento mucho hija, daría lo que fuera por evitar el dolor que estás sintiendo en este momento.
—Anoche hablo conmigo el abuelo, me volvió a pedir que me case con el nieto de su amigo, si lo hago él estará tranquilo, anoche lo pensé bien y he decidido hacerlo.
—¿Estás segura hija? Date cuenta de que es una decisión que te afectara el resto de tu vida.
—Lo estoy papá, por favor habla tu con el abuelo y comunícale mi decisión de hacerlo.
El padre de la chica se le quedó viendo con profunda tristeza, él también sabía que a las familias les convenía ese matrimonio, pero sería ganar poder a cambio del sacrificio de su princesa.
Más tarde el viejo Harris se encontraba feliz, era la mejor noticia que había recibido en mucho tiempo, el poder que tendrían las familias al unirse sería enorme, además de que cuando muriera lo haría tranquilo, Emma quedaría al resguardo de la familia de su amigo, tomó el teléfono para informarle de inmediato la decisión que su nieta había tomado, al otro lado de la línea se escuchó un grito de júbilo, las dos familias por fin se unirían, ahora serían como una sola.
Elijah Anderson ordeno de inmediato a varios hombres que salieran en busca de su nieto, sabía que tenía días que había llegado a la ciudad, pero era tan mal agradecido que ni siquiera se había tomado la atención de ir a verlo.
—Traigan a mi nieto de la manera que sea, si es preciso traerlo a rastras, háganlo.
—Sí, señor. —Los hombres salieron apresurados para cumplir la orden.
Liam se encontraba hospedado en un lujoso hotel, había bajado a desayunar cuando se presentaron ante él los hombres que había enviado su abuelo.
—Señor, tenemos órdenes precisas de llevarlo ante su abuelo. —Liam alzó la vista para quedárseles viendo visiblemente molesto.
—Le pueden decir a mi abuelo que iré a verlo cualquier día de estos. —Volvió a fijar su atención sobre el platillo del que estaba comiendo.
—Sentimos mucho lo que vamos a hacer señor, pero son ordenes de su abuelo.
—Ni se les ocurra tocarme, o juro que se arrepentirán de ello. —Liam se levantó de la silla poniéndose a la defensiva, volteó para buscar a sus guardaespaldas, se puso furioso al no encontrarlos por ningún lado, era claro que ante todo obedecían a su abuelo.
Los hombres se acercaron para tomarlo por los brazos y así escoltarlo hasta el vehículo que lo llevaría hasta la mansión Anderson.
—No es necesario que me toquen, vamos, como siempre tendré que hacer la voluntad del abuelo.
Al llegar, Liam bajó del auto, se paró frente a la enorme mansión, aquel lugar le traía muchos recuerdos.
—Vamos señor, su abuelo lo espera. —La voz del guardaespaldas lo hizo volver a la realidad, apresuró el paso para terminar de una buena vez con aquello.
—Vaya, por fin puedo verte otra vez a la cara, no has venido a ver a este viejo en mucho tiempo, solo sé que vives porque sigues gastando mi dinero.
—No es para tanto abuelo.
—A llegado el día en el que tendrás que cambiar tu comportamiento, te casarás de inmediato, la nieta del viejo Harris por fin a aceptado casarse contigo, sabes muy bien lo que eso significa para las dos familias, por fin veremos nuestro sueño cumplido, las familias Anderson y Harris por fin se convertirán en una sola familia.
—No lo haré, imagino que esa mujer debe ser muy fea, de otra manera no puedo entender cómo es que ha aceptado casarse con alguien a quien no ha visto jamás en su vida.
—Ja, ja, ja, cuidado con lo que dices hijo, podrías llevarte una gran sorpresa, decide en este momento, si no aceptas casarte, será tu primo quién reciba mi herencia, eso incluye la presidencia de la empresa.
Liam apretó los puños, no llevaba una buena relación con su primo, jamás dejaría que se quedara con la herencia, mucho menos con la empresa, se quedó analizando las cosas por un momento.
—Está bien lo haré, pero dejarás que agregue las cláusulas que considere convenientes al acuerdo de matrimonio. —Sabía que su abuelo aceptaría lo que él pidiera con tal de que aceptara, no sabía quién era la mujer con la que se casaría, pero de algo estaba seguro, se dedicaría a hacerle la vida imposible hasta que ella misma decidiera devolverle su libertad.