No tenía el valor para llegar a la casa y afrontar a mamá Mabel y a mi hermano. ¿Qué se supone que les diría? – Hola, que tal todo, hoy me despidieron – no, solo de imaginarme la decepción de mamá Manel algo de retorcía en mi estómago. No podía huir de lo que había sucedido, debía afrontarlo. Pero sin duda tendía que buscar y encontrar un trabajo cuanto antes. No quise gastar más gasolina dando vueltas, por el momento podría comprar un periódico y buscar en internet algún trabajo que sea compatible con los horarios que tenía en la universidad, de preferencia cerca de mi casa y que estuviera relacionado con mi carrera. Lo sé, eran muchas exigencias de mi parte, pero estaba dispuesta a ceder en algunas siempre y cuando el sueldo fuera bueno. Necesitaba por lo menos, cubrir los gastos de