Ivette ordeno un par de bebidas para las dos, y así poder platicar más en confianza, extrañamente, accedí, después de cómo me había tratado. —Sé que es muy probable que no confíes nada en mí, y lo entiendo, después de cómo te traté, entiendo la forma en la que tu te comportabas, solo te defendías de mi forma de actuar. —Es cierto, nunca me ha gustado que nadie me ninguneé. —Y debes admitir que dices cosas muy hirientes. —se río levemente— no pude sacarme por días de la cabeza las cosas que me dijiste. —Bueno, si esperas que yo me disculpe por eso, la verdad es que no lo haré, pierdes tu tiempo. Ella se carcajeo al escuchar aquello. —No esperaba menos de ti. Souzette —cambió el tono de voz, bajando un poco la mirada—necesito que me ayudes. Necesito divorciarme de mi esposo, y sé q