La metabruja

1404 Words
Volteamos a ver quién nos estaba espiando y ahí estaba Roxan Jhonson junto con el resto del equipo de soccer mágico de Galsworthy. Todos me miraban anonadados, como si yo hubiera hecho algo asombroso que en realidad no lo era. Volar fue lo primero que especialicé en mi vida y era muy buena en eso. —Tienes un gran talento — dice un chico de séptimo curso que no conozco. —Nadie puede hacer tan buenas acrobacias a tanta velocidad. — me dijo Roxan — Tienes que inscribirte para la selección de la buscadora sí o sí. —Podríamos tenerla de buscadora ahora mismo. — dijo James Cooper sonriendo pícaramente — ¿Para qué esperar? —No sería justo para los demás que ya se han inscrito. — explicó Roxan dándole un codazo a James. —¡Inscríbete! — dijo James — Seguramente le ganarás a los demás y te tendremos en el equipo. Agradecí los cumplidos de los chicos, pero sinceramente estaba super incómoda. Me gustaba pasar desapercibido y no atraer la atención de muchos. Supongo que ya era muy tarde para eso. Camino al castillo, Miluska no dejaba de dar saltitos y decir que yo sería la nueva buscadora de Galsworthy. Cuando estábamos llegando a la sala común, el profesor Lakebottom, nos interceptó. El padre de Miluska era muy bien parecido. Era alto y fuerte, con la barba bien recortada y ojos negros muy brillantes. En cierto modo me recordaba a Miluska misma. —Dicen por ahí que serás la nueva buscadora, Raquel — me dijo sonriendo —Eso dicen, y todo se lo debo a usted — agradecí de corazón, ni siquiera yo tenía cincuenta monedas de oro para gastar en una escoba. —No es nada — dijo — Miluska insistió mucho y me contó de tus habilidades. Eres un talento inusual. —Gracias, pero... —Considéralo un regalo — me interrumpió — Es lo menos que puedo hacer por la mejor amiga de mi hija. El profesor Lakebottom sigue su camino y nosotras retornamos a la Torre Galsworthy. —¿A qué se refería el profesor con que soy tu mejor amiga? ¿Acaso no has tenido otras amigas? — le pregunté a Miluska cuando llegamos a los dormitorios. Su expresión se tornó muy triste, como si recordara algo que le hiciera daño. —Bueno... Soy un poco rara. — me dice sentándose en su litera — Nadie quiere andar conmigo. — sus ojos se cristalizaron de lágrimas — Siempre es lo mismo, soy una marginada. Todo eso me hizo recordar a mí cuando era más joven. Quise decirle que todo cambiaría y que las cosas irían para mejor después como pasó conmigo, pero para decir eso tendría que contarle mi verdad y eso era ir en contra de mis principios. La abracé fuertemente para que dejase de llorar y ella dejó caer sobre mi regazo unas cuantas lágrimas. —No eres la única — le dije acariciando sus cabellos — Yo también he sido marginada por... — iba a decir mi edad, pero si lo hacía, mis principios se irían al diablo — mucho tiempo, pero siempre me mantengo fuerte y nunca agacho la cabeza. Además, tú tienes una amiga, yo nunca la tuve. Había salvado la situación. Puntos para mí. —Gracias — ella dejó de llorar y secó sus lágrimas, debe ser muy sensible — Eres una gran amiga. Luego de eso, Miluska se quedó haciendo los deberes de Defensa básica y yo bajé a la sala común. El pergamino con las inscripciones para la selección estaba casi lleno. Muchos miembros de Galsworthy sí que aman el soccer mágico. —¡Qué bueno! — James Cooper se acerca a mi — Te inscribirás. —Si, pero solo lo hago por Miluska. — contesté — No me llama mucho la atención el soccer mágico. —Cuando seas buscadora verás que el soccer mágico se convertirá en tu vida. —Seguramente. James tomó una pluma y escribió mi nombre sobre el pergamino antes de que yo misma lo hiciese. —La selección será mañana por la tarde en el campo de soccer mágico. No vayas a faltar. Cuando James se fue me senté en el sillón junto a la chimenea cálida y revisé mi horario. Era hora de ir a clase de Encantamientos. La clase era impartida por el profesor Fester Fletcher quien era conocido por haber sido el peor en la clase de Encantamientos cuando era joven. Se dice que trabajó muy duro para dejar de explotar cosas cada vez que lanzaba un hechizo. Durante la clase las demostraciones las hacia el profesor y eso me daba tranquilidad. Alex se sentó conmigo nuevamente durante toda la clase, y todos los Scarbrough lo miran mal por eso. El profesor anunció que era hora de practicar nosotros mismos el encantamiento de levitación con nuestro compañero. Alex estaba asustado, así que le permití que él haga el encantamiento primero. —Le-Levitad — dijo apuntándome con su varita. No sucedió nada. —Alex, no puedes tener miedo cuando vas a hacer el hechizo. — le dije tratando de calmarlo. —Por lo general no soy así. — murmuró —¿Entonces? —Nunca le he practicado encantamientos con una chica. — murmuró avergonzado, parecía un pequeño tomate tembloroso. —Es igual. Son las mismas palabras y el mismo movimiento de varita. —Sí… pero podría lastimarte. —No si yo lo hago primero. — respondí y le apunté con mi varita — ¡Levitad! Alexander salió disparado hacia el aire y colgó de su tobillo. Su varita se desprendió de su mano y cayó en la mía. Encima de andar de cabeza ahora estaba desarmado. Terminada la clase fui a la biblioteca a terminar de hacer mis deberes de Pociones Avanzadas que ya me faltaba muy poco. Escribí todo lo que sabía de la poción de amor, algunas anotaciones interesantes de un libro que encontré y algunas opiniones sobre cómo mejorar la poción que había prendido con la práctica al pasar los años. Guardé el libro que saqué del estante con ayuda de una escalera pequeña y al otro lado pude ver a una chica de cabello celeste colocando muchos libros en la sexta fila del estante sin ayuda de una escalera o magia solo de puntillas. La chica resbaló y le cayeron varios libros encima cuando ya estaba en el suelo. Me acerqué rápidamente a la escena y le tendí una mano a la muchacha. Ella tomó mi mano y la ayudé a levantarse. —¿Estás bien? — le pregunté —Si, solo fue un resbalón. — dice ella sonriendo mientras limpiaba su falda. —¿Segura? Si no para llevarte a la enfermería... —No, gracias, estoy bien. A propósito, soy Tatiane Nott. —Un gusto, soy Raquel. —Oh claro. No te había reconocido, eres... —Si, soy yo. — estaba harta de que repitan que soy la que entró a Dartford salteándose varios años. Ella sonrió entrecerrando sus ojos celestes como su cabello. —Sabes — me dice — Eres la primera persona que no me pregunta sobre mi rareza de cabello cuando me conoce, y eso me agrada. —¿En serio? Te asienta muy bien, a decir verdad. —Gracias, nadie me ha hecho un cumplido sobre mi cabello. —Siempre hay una primera vez para todo. Terminamos hablando en el gran lago. Ella me contó sobre su cabello. Interesante en realidad. Resulta que su madre había sido una metabruja y ella había heredado esa peculiaridad. Los metamagos venían de un linaje ancestral y eran capaces de cambiar su apariencia a voluntad. Color de piel, ojos, cabellos, incluso texturas, tamaño y forma si se habían dedicado a especializarse en eso. Tatiane era divertida y le gustaba imitar a Elias Moresse al cambiar su cabello a rubio platino corto y tez pálida. —Soy un arrogante, bueno para nada, mi padre fue un traidor al igual que mi abuelo y estoy muy orgullosos de ello. — decía imitando la voz de Elias. Tatiane es de Scarbrough también, pero no le gusta mucho su división, cree que la Esfera de Merlín cometió un error y que debió mandarla a la división de Galsworthy o Honeywell. Ella resultó ser una chica muy distinta de las demás Scarbrough, ella es más amable y divertida. Se podría hasta decir que en un futuro no tan lejano podríamos ser amigas. 
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