Capítulo 14 Algo raro sucede con Cristina
—Ya anochece, entren ahora mismo, su madre les ha preparado de cenar
—Pero papá, mamá…
—Niños, obedezcan a su padre
—¡Entren! ¡Obedezcan!
—Está bien papá, está bien mamá —dijeron, y entraron
Pasaron las horas, ya era de noche, todo afuera estaba totalmente oscuro, la niebla se esparcía lentamente con el viento fuerte que movía las ramas de los árboles en los que aún estaban cuervos, estos no dejaban de dar su horrible canto que molestaba a los oídos de Mirla, su paciencia era limitada, y cada vez que los escuchaba le daban ganas de matarlos con una escopeta.
—Ya me tienen harta esas espantosas aves
—Tranquila, Mirla, ya muy pronto podrás espantarlas, ven a comer
—Es que no puedo Josué, no puedo, vos sabéis lo que me provocan esos cuervos
—Mamá, ¿Por qué estás enfadada?
—Cariño, mamá no es amiga de los cuervos, su canto les hace mal
—¿Por qué no hay animales en el bosque?
—Cristina, come por favor, luego hablaremos de eso
Después de cenar, Mirla y Josué ya se encontraban en su cuarto para dormir, sin asegurarse de que sus hijos estuviesen igual que ellos. Manuel terminando de lavar y guardar los platos de totumo, caminó a su cuarto para ir a dormir, pero tras escuchar a su hermana hablar con alguien, fue hasta la sala y vio que la puerta estaba abierta, su hermana jugaba con su muñeca afuera, entonces fue hasta la ventana y desde allí la observó y escuchó lo que le decía a Hassall como si tuviese vida.
—Hassall, no podemos ir al bosque, ya es muy tarde, sabéis que mis padres me lo tienen prohibido —le decía Cristina a la muñeca
—¿Con quién rayos está hablando? —se preguntó Manuel
—¡Hassall! Ya te dije que no puedo, mamá no me deja ir
Preocupado por su hermana, Manuel imitó la voz de su madre, lo que hizo que Cristina entrara dejando la muñeca allí tirada, oculto de ella detrás de la puerta, corrió, tomó a la muñeca llevándola a lo profundo del bosque, dejándola tirada sobre unos arbustos. Sintiendo un poco de miedo por el ambiente, retrocede camino a casa, riendo por lo que había hecho, pero mientras lo hacía y caminaba sin darse cuenta de lo que pisaba, siente a alguien caminar a su alrededor, como si fuese un niño o tal vez una niña rondando por el bosque. Manuel asustado sale corriendo, pues la presencia no era humana, sino la muñeca Hassall, que comenzó a asustarlo.
Algo la controlaba que hacía que tuviera movimiento se movía por si sola por algún mal que desconocían todos en la cabaña. La noche estaba muy fría, Manuel muerto del miedo miraba hacia varios lados y las risas a su alrededor lo mareaban, comenzó a correr mirando hacia atrás para ver qué cosa lo perseguía, algo corría tras de él y al mirar hacia delante se golpea fuertemente con un árbol quedando inconsciente. La oscuridad se apoderaba del lugar y la luna ya empezaba a brillar, al cabo de un rato Manuel abría los ojos poco a poco y al ponerse de pie la muñeca estaba a su lado, Manuel pega un grito espantando a los cuervos que lo veían allí tirado cuando estuvo inconsciente, y comienza a correr por el oscuro camino hasta llegar a casa.
—¿Dónde estabas? —preguntó Mirla.
—¿Dónde está Hassall? —preguntó Cristina.
—Hijo, ¿Te pasa algo?. —preguntó Josué.
Manuel estaba totalmente mudo, temblaba y el miedo que sentía se debía por lo que preguntaba su hermana: Hassall.
Cristina tenía sus ojos más negros que la noche, su hermano logró verlos y enseguida abrazó a su padre asustado diciendo: “papá, Cristina tiene sus ojos en n***o”, Mirla y Josué al verla se asustaron tanto que la tomaron por los hombres diciéndole: “Cristina, hija, ¿Qué os pasa? Más ella da un fuerte grito: “¡¿Dónde esta Hassall?!” Y de la nada se desmaya, Josué la carga llevándola dentro a casa y mientras la despertaban le preguntaban a Manuel a donde había llevado la muñeca de su hermana, él les cuenta que la llevó al bosque.
—¿Que has hecho qué? —dijo su padre enfadado
—Manuel, ¿Por qué le has hecho eso a tu hermana?
—La muñeca
—¿Qué?
—Papá, esa muñeca tiene algo extraño que podría…
—¡Basta! ¡Cállate! No más, no quiero escuchar ninguna palabra, Manuel, si algo le sucede al juguete de tu hermana, juro que...
—josué, por favor, no es hora de tratar así a Manuel, debemos encontrar a esa muñeca
Sus padres lo regañan por haberlo hecho y decidieron los tres ir a buscar al bosque a la muñeca, llevándose una lámpara para ver en la oscuridad. Estando lejos de casa, comenzaron a buscar en el oscuro lugar en el que la neblina hacía más difícil la búsqueda así que deciden regresar a casa, para buscarla en el día. Cuando llegan, entran y ven a Cristina jugando con la muñeca, Mirla, Josué y Manuel quedan muy sorprendidos al ver a su hija feliz y cantando.
Después de todo pensaron que Manuel había mentido y que nunca se había llevado a la muñeca al bosque, todos dormían, la cabaña tenía dos cuartos, sin embargo Josué, Mirla y Manuel dormían en la sala y Cristina sola en uno de los cuartos. Cuando todo parecía estar tranquilo, de la nada sintieron ruidos fuera de la casa, los tres se levantaron y allí estaban Cristina sentada en el suelo, junto con Hassall, su muñeca, ambas cantaban una rara canción que decía: “La vida es corta, y el ángel de n***o lo sabe”, Josué y Mirla ya estaban angustiados y comenzaron a llamar a su hija para que entrara, entonces cuando Cristina los escuchó, se levantó y retorcía su cuerpo, se lograba escuchar el crujir de sus huesos, tenía un cuchillo en sus manos y se le lanzó a su padre enterrándoselo en la parte derecha del estómago.
—¡Noooo! ¡Cristina! ¡¿Qué hiciste?! —gritó Mirla, acogiendo entre en sus brazos a Josué, quitándole tan afilado cuchillo que tenía clavado en el estómago, atravesando uno de sus órganos internos
Manuel asustado y sin saber qué hacer, salió corriendo hacia el bosque, mientras su madre lloraba por su padre, cuando ella volteó para mirar hacia atrás, recibe un golpe en su rostro hasta quedar inconsciente. Allí Cristina suelta el grueso palo de madera con el que había golpeado a su madre, estaba claro que ella no lo había hecho y que una presencia maligna controlaba su cuerpo, tenía sus ojos negros, tenía una apariencia rara, caminaba como si alguien la estuviera controlando; sin embargo, ya no era la misma y daba a entender que algo raro y muy malo pasaba con ella, que la hacía a hacer cosas sin ella darse cuenta, su hermano supo que algo raro pasaba con ella, con Hassall.