Capítulo 15 El mal de Hassall

1011 Words
                  Capítulo 15 El mal de Hassall —¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago, Dios mío? —decía Manuel miedoso, con sus manos en la cabeza, pensando y recordando lo que había sucedido No podía creer que su sangre había atacado a sus padres, la ternura se había desvanecido del motor de los ojos de Mirla y Josué, nada era lo que parecía, todo era obra de Satanás, el árbol del bien y del mal ya no estaba y no daba frutos, pero como madera dio a luz a un mal que había sido creado por un hombre padre de dos niños y esposo de una gran mujer con nombre de ave. La otra parte estaba en las manos del hermano del primero, quien aún no usaba ducha madera para llevar a cabo su objetivo, qué haría con ella o para qué la utilizaría, lo que sí era seguro, es que a donde sea que llegara ese trozo de tronco, nacería un mal que solo llevaba a la gente a la muerte, cosas difíciles de creer. —Manuel, Manuel, Manuel… ven, vive alegre y olvida ser olvidado —le decía una voz —¡¿Quién es?! ¡¿Quién está ahí?! —gritaba él asustado —Soy la voz de la esperanza, el recuerdo de la felicidad y la tristeza del olvido —contestó la voz —¡¿Quién eres?! —continuaba preguntando Manuel, ya que las palabras de la voz que parecía ser de una mujer no lo convencían del todo En la cabaña todo estaba en silencio, no se escuchaba el llanto de un animal, el canto de los cuervos o pisadas de algún ser, al cabo de unos minutos, Mirla despierta atada junto a Josué dentro de la casa de pies a brazos, un fuerte dolor de cabeza era impedimento para intentar moverse y quitarse las sogas que apretaban fuertemente a sus brazos, sangraba por la nariz y sentía que no podía respirar, su boca era el medio por donde respiraba el oxígeno contaminado por el mal, y Cristina se encontraba de pie frente a ellos con la cabeza hacia abajo, con una mirada  que hacía temblar todo el cuerpo y paralizar el corazón, más de lo que ya estaba paralizado, Mirla ignoraba la presencia de su hija, quería creer que todo era una pesadilla y que su adorable hija nunca los atacó e intentó hacerles daño, pero sabía que todo era real, pues su dolor de cabeza era evidencia de ello.  En lo profundo del bosque aún se encontraba  Manuel asustado, por la vos que no se manifestaba ante sus ojos, cuando vio que aquella cosa que lo persiguió rondaba a su alrededor, se ocultó en unos arbustos para no ver a Hassall, estaba seguro que era ella, la muñeca de su hermana, al asomarse y mirar hacía varios lados, Hassall se le presenta frente a su cara. Manuel gritó, se levantó, y miedoso empezó a correr pidiendo ayuda y gritando papá, atemorizado le decía que lo dejara en paz, que ya no sería malo y sería buena persona con su hermana, así que para demostrar que sus palabras eran ciertas, corrió hacía su casa, más estaba lejos y por el camino se encuentra a un señor que llevaba consigo una escopeta, un cazador el cual era el mismo que estaba con Cristina cuando se había perdido, Manuel le cuenta lo sucedido y lo lleva a casa para que le diera protección a él y a su familia. Estos al llegar a casa, caminan lentamente, y allí estaba Cristina con un cuchillo en las manos, el cazador se asustó y se sorprendió tanto, que alzó su escopeta y le apuntó a Cristina para dispararle. —¡Noooo! ¡Es mi hija! ¡Es mi hija! —gritaba Mirla —¿Esto es su hija? ¡Por Dios mírela! ¡Está endemoniada! —le dijo el cazador  Mirla le gritaba que era su hija, le rogaba que no le hiciera daño y que debía haber una explicación para lo que sucedía con su hija, Manuel habló y les dijo que era la muñeca, que Hassall era la culpable del comportamiento y las acciones de su hermana. El señor escuchó sus palabras y pensó por un momento, creyó en sus palabras sobre objetos malditos y apuntó a la muñeca hasta dispararle, y de la nada un humo n***o sale de ella esparciéndose en el aire.  En el instante que le dispararon, Cristina cae al suelo, y sorprendidos la miran, porque, sangraba tanto como si el disparo se lo hubieran dado a ella, ahí fue donde entendieron que la muñeca Hassall y Cristina estaban conectadas, que la muñeca controlaba a Cristina como si fuese un títere. Manuel desata a sus padres y ellos acogen en sus brazos a su hija que poco a poco parecía morir, el señor dejó caer su escopeta pidiendo perdón, en ese instante Josué despierta, ve todo, la escopeta y el hombre, y así herido se le lanza encima e inicia una pelea entre ellos en la que uno tuvo Victoria y el otro la perdió, Josué murió cuando el señor le dio tantos golpes dejándolo sin vida. Él asustado por lo que había hecho comienza a correr y mientras corría escuchaba voces que lo hacían volverse loco, sin darse cuenta hasta donde había llegado, un alto precipicio en el que caía agua y habían unas enormes rocas en el suelo que adornaban tan hermoso lugar convirtiéndose en horrible cuando el cazador cae llevándolo a su destino final. Las rocas estaban llenas de sangre, y el cazador flotaba en el agua contaminándola, al caer se golpea fuertemente partiéndose la cabeza manchando de sangre el agua en la cual flotaba. Nunca hubo un hecho tan escalofriante como el que había vivido el cazador, aunque perdió a su esposa en el bosque, por culpa de la bruja que creyó haber derrotado, siempre creyó en el mal, las cosas paranormales en la vida y lo que él diablo buscaba en el mundo de los vivos.
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