Capítulo 20 Noticia de un muerto y un terrible descubrimiento
—¿Qué haremos ahora, José?
—Buscaremos ayuda
—¿Dónde? No tenemos a donde recurrir
—Mi hermano, iremos con él, pasaremos un día allí y luego nos vamos
—¿Qué? ¿Es una broma, cierto?
—No, no es una broma, Martha, mírame, ¿Crees que te estoy tomando el pelo? Vos sabéis que no tenemos a nadie en este bosque más que solo a mi hermano, él vive en este lugar, no olvides que escapó con Mirla junto con nosotros
—No me lo tenéis que recordar, ese día dejé a mis padres por ti, llevamos años en este bosque, lejos de la ciudad, apartada de la carretera y encerrada en esa cabaña de la que acabamos de salir porque algo extraño nos atacó
—¿Qué acaso te arrepientes de haber escapado conmigo? Dime, ¿Te arrepientes?
—Claro que no
—¿Entonces? ¿Qué es lo que sucede, Martha?
Martha bajó su cabeza con la mirada triste, no quería responder a su pregunta por pena aunque si quería escuchar respuesta a esta.
—Martha, por favor, mírame y dime qué sucede, ¿Por qué estás así? ¿Tienes que decirme algo?
—¿Por qué la mañana que huimos no quisiste decirme qué habías hecho? Llevamos casi diez años en este lugar y nunca me dijiste el por qué te buscaba la policía, qué crimen cometiste o …
—¿… O a quién maté?
—¿Asesinaste a alguien? ¿José?
—Fue un accidente
—¿Qué pasó? ¡Dime!
—Mamá, papá, ¿De qué hablan?
—Del pasado, Samuel, del pasado. Algo que ha perseguido a tu padre por años —contestó Martha mirando a su esposo, señalándolo con la mirada
—Martha, esa mañana, el hijo del dueño descubrió algo que provocó una pelea entre nosotros, mi hermano lo mató
—¿Qué? No puedo creerlo, Josué cómo pudo cometer ese… espera, ¿Por qué te buscan a ti? ¿Tienes algo que ver con esa pelea? ¿O por qué se generó esa pelea?
Esta vez José fue quien bajó la cabeza, empezó a llorar y le pedía perdón, sentía vergüenza de que su esposa se enterara de un secreto que era traición, algo que nunca pudo borrar se su mente y que sentía le hacía mal a su corazón, pensó que este era el momento de sacarlo a la luz y decirle todo a su esposa
—No te quedes callado, José, ¡Habla! ¡Dime! ¿Qué pasó? Dime, por favor, dime José, José, José…
—¡Basta! Te diré todo lo que pasó ese día, esa mañana en la que te fui a buscar y huimos hasta llegar a ti
Tiempo atrás
—Hermano, ¿Qué vamos hacer?
—¡Cálmate, José! Hay que calmarnos, te dije que pronto se iba a enterar de tu romance con ella
—Él está muerto
—Sí, está muerto, dime una cosa, ¿Amas a esa mujer o a tu novia?
—Lo de ella solo fue un pasatiempo, yo amo a Martha
—¿Estás hablando enserio?
—¡Sí! Claro que sí
Los dos estaban asustados y nerviosos, Josué había acabado de asesinar al hijo del dueño para quien trabajan, este era el novio de una chica que estuvo en una relación secreta con su hermano José, le había sido infiel a su novia Martha, quien alegre en su casa, se sorprendió al ver a su novio atemorizado, asustado, sudando y temblando.
—Escaparemos de la ciudad
—¿Qué? ¡¿Estás demente?! Ni siquiera tenemos a donde ir
—Nos iremos al bosque
—¡¿Qué?!
—En ese lugar no nos buscarán
—¿Cómo estás seguro?
—Por la leyenda
—¿Qué leyenda? ¿De qué hablas?
—Ya sabes, la leyenda del bosque Araback, sobre esa bruja que…
—¡Ay! Josué, esto es enserio, no estoy para esas babosadas
—¿Entonces lo haremos?
—¿Y qué hay de Martha y de Mirla?
—Nos la llevaremos
—¿Qué? No
—¿Acaso eres estúpido? ¿Por qué crees que te he hecho esta propuesta? Debemos llevárnoslas
—¿Llevárnoslas?
—Sí, me llevaré a Mirla conmigo
—Pero ¿y sus padres?
—Nos escaparemos sin decirle a sus padres, lo mismo deberías hacer tú con Martha si es que realmente la amas
—Claro que la amo
—¿Y le contarás que la engañaste?
—Yo no la he engañado
—¿Entonces qué fue lo que hiciste?
—Olvidemos eso y vayamos antes de que llegue la…
—¡Aaaah! —gritó la mujer del aseo al ver el cuerpo del joven en el suelo
—Debemos irnos
Al salir de su trabajo como fugitivos de la justicia, se separaron, cortaron camino y se dirigieron a la casa de sus novias, Josué parecía tranquilo, en cambio su hermano no estaba seguro si en realidad quería estar con Martha, pues aquél romance en secreto con la novia del hijo de su jefe no parecía ser solo un pasatiempo, sino que en realidad estuvo sintiendo algo sincero por aquella chica que igual que él, terminó en el bosque Araback sin saberlo, más allá en una aldea llamada Mocoan.
—¿Martha? —dijo él desde su ventana, sujetado como Tarzán
—¿José? ¿Qué haces aquí? Entra, puedes caer
—Necesito hablar contigo —le dijo angustiado
—Sí dime, ¿Sucede algo? Te noto extraño, estás sudando y temblando, ¿Qué pasa, José?
—Tenemos que irnos
—¿Qué? ¿Irnos? ¿A dónde? No te entiendo
—Me busca la policía
—¡¿Qué?! ¡¿Qué carajos hiciste, José?!
—Hubo un accidente
—¿Qué accidente?
En ese instante escucharon las sirenas de la policía, José asustado tomó la mano de Martha, le rogó que se fuera con él lejos de la civilización, pero ella no entendía qué pasaba realmente y así fue hasta años en el bosque, viviendo al lado de él sin saber nunca el por qué huyeron a la perfección.
—Está bien, está bien, pero ¿A dónde iremos?
—Al bosque, mi hermano está esperándonos allá
—¿Qué? ¿A Araback? ¿Josué? No entiendo nada
—Te prometo que te explicaré todo cuando estemos en el bosque
Luego de recoger algunas cosas de su closet, Martha y José salieron por la ventana cuidadosamente, dejando una nota sobre su cama a sus padres, en las que les decía que se iba de la tierra e iría al paraíso para ser una estrella, una estrella que eliminaría un espacio verde rodeado de cuervos negros que serían la alarma en cada mañana. Y así huyeron al bosque Araback, conocieron el lugar a la perfección, y aquella leyenda de la bruja siempre fue ignorada.
Tiempo presente
—¿Qué? ¿De qué maldita chica hablas? No, no, no, ¿Es una broma verdad? Todo esto es una broma
—Lo que acabas de escuchar es real, Martha, yo…
—¡No! ¿Alguna vez me amaste en realidad?
—¡Sí! Yo te amo, amo a nuestro hijo, amo a…
—¡No estoy hablando de Samuel! ¡Estoy hablando de mí! Me fuiste infiel José, ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Dejé a mis padres por ti y sin saber por qué en realidad para entrar a este miserable bosque! ¡A este maldito bosque! ¿Por qué? Porqué te elegí a ti, porque te amo, porque hice todo sin importar que te buscará la policía
—Martha, déjame explicarte, por favor —dijo José llorando y con dolor
—No quiero escuchar nada, pero si quiero saber una sola cosa
—¿Qué?
—¿Me amas? ¿Realmente me amas?
—Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, Martha, te amo
—Entonces, si en realidad me amas me dirás una cosa
—¿Qué cosa?
—¿Cómo se llama la mujer que fue tu “pasatiempo”? Por lo menos ten el valor de decirlo, de tener los pantalones para decirme su…
—Esther
—¿Qué?
—Su nombre es Esther
—Ah, Esther, la maldita se Esther, ¿Y la amabas?
—¿La conoces? ¡No! Claro que no, sabes que te amo a …
—Sí, era la novia del hijo para quien trabajabas, nos conocimos en la universidad
—Aún eran novios
—Sí, hasta ahora me entero por tus dulces labios
—Mamá, papá, ¿De quién están hablando? ¿Y quién es esa mujer de la que platican?
—Creo que ya es muy tarde, debemos ir hacía donde mi hermano
Tristemente Martha supo lo que en su memoria le molestaba cada noche al dormir, Esther era aquella mujer de Mocoan y quien crio a Aureliano, el hermano de Lertaly. Dirigiéndose a casa de Josué Domínguez, su hermano José, su esposa Martha y su hijo Samuel, por el camino vieron una pequeña cabaña abandonada, intrigado y esperando encontrar a alguien para que los ayudara, José Domínguez decide entrar, más a Martha le daba miedo y preocupación. Cuando José entra se sorprende al ver todo tipo de armas, entonces decide coger una escopeta que estaba cargada con siete balas para protegerse de cualquier mal que estuviese cerca, al cabo de mirar las paredes, se acercó a mirar una foto sobre una pequeña mesa que estaba por caer, al verla vio que era la cabaña del cazador que encontró tirado en el agua, es decir el padre del hombre que asesinó su hermano, ahora ya sabemos que la cabaña que había visto Cristina era de este hombre, mientras veía la foto escuchó que algo caminaba detrás de la cabaña, cuando sale les dice a Martha y a Samuel que no hicieran ningún ruido, cuando camina lentamente para ver qué era, allí estaba un enorme Jabalí que tenía unos ojos rojos y estaba rabioso que parecía un toro cuando atacaban a los toreros. Asustados retrocedieron y de la nada el jabalí corrió velozmente hacia ellos, José Domínguez apuntó con la escopeta que había tomado dentro de la cabaña hiriéndolo en una pata, el jabalí gruñe cayendo al suelo y de la nada un humo n***o sale de su cuerpo desapareciendo, el jabalí se levanta herido y se podía notar su inocencia, los ojos rojos que tenía se habían ido y esto daba a entender que algo lo estaba controlando al igual que como a Cristina y los cuervos. El peligro se fue, pero aún no estaban a salvo.
—¿Qué es lo que está sucediendo en este lugar? —preguntó Martha Palacios llorando. Y se tiró al suelo porque ya no podía soportar por lo que estaban pasando, que sus vidas cambiaron de un día para otro.
—No lo sé, pero algo nos quiere ver muertos — responde José Domínguez totalmente sorprendido.
—Tenemos que marcharnos del bosque —expresó Martha. Y se levantó.
—Debo buscar a mi hermano y a su familia. —dijo José preocupado. Y miró por todos lados hacía el bosque pensando que les pasaría ahora en adelante.
—No lo sé, José, no sé si quiera ir por tu hermano
—¿Qué estás diciendo? Por Dios, Martha
—Mora a tu alrededor, estamos a mitad del bosque, cosas atacándonos, llevamos años aquí y esto nunca había pasado, ¿Qué hago? Dime, ¿Qué hago? Tengo miedo, nuestro hijo tiene miedo, míralo, mira como tiembla
—Martha, es mi hermano, no puedo irme y dejarlo aquí, él siempre estuvo conmigo
—Está bien, iremos por él, pero luego nos largamos de este bosque
—Sí, está bien, ahora vamos
Y pusieron en marcha su destino, mientras caminaban por el oscuro lugar, Martha sintió curiosidad y le preguntó a José de donde había sacado el tronco, José le cuenta que él y su hermano lo habían encontrado en el monte de un pueblo, aunque anteriormente ya lo había dicho, Martha se puso a pensar y le dijo que si no le parecía raro que de la noche a la mañana ya estuviesen las tablas allí como si algo quisiera que terminaran esa cabaña, luego pensó unos segundos más y Martha le expresó diciendo que si tal vez ese tronco tenia algo que ver con lo que había sucedido y que no sabían de que estaban construyendo la cabaña que les había dado tanto susto, José se sorprendió e ignoró todo, le decía que él no creía en cosas de fantasmas o cosas paranormales, Martha le gritó que era un terco que no quería aceptar la realidad, que lo que había pasado hace un rato en la cabaña no era normal, pues se le hizo raro que pasara justo después de terminar la cabaña con la nueva madera. Después de la pequeña charla que tenían mientras caminaban, sus ojos no creían lo que veían, allí estaba la cabaña de Josué Domínguez toda quemada, aún el humo no se había calmado, el poder del mal era grande.
—Dios, ¿Qué pasó aquí? ¿Dónde está tu hermano? —preguntó Martha
—No lo sé, ¡Josué! ¡Josué! ¡Hermano! ¡¿Dónde estás?! ¿Mirla? ¿Cristina? ¿Manuel? ¿Dónde están todos?
Y entonces José le dijo a Martha que ya comenzaba a creer en los fantasmas, ella le preguntó el por qué, y él le contestó que cuando buscaban la madera, su hermano Josué Domínguez le decía que le haría una muñeca a su hija si no lograba hacer la cama y las sillas, y pensó José que la muñeca quizás la habría hecho con el mismo tronco con el que él había hecho la cabaña y los atacó.