Capítulo 4: El final de los dos

1303 Words
Bethany había aceptado participar del estúpido juego por presión social, pero realmente no quería hacerlo, no veía la necesidad de hacerlo, después de todo ella y Asher eran novios, y no quería estar besándose con alguien más, pero una parte de ella quería saber por qué su novio estaba tan ansioso de involucrarse en un juego tan infantil, aunque una parte de ella conocía la respuesta, era por Valeska, al igual que el tonto de Reed surgió ir a arriba, toda la población masculina estudiantil, revoloteaba alrededor de la chica, tratando de llevarla a cita, o en casos más descarados a la cama, pero ella seguía rechazando a uno tras otro, aunque obviamente se sentía cómoda con toda la atención.   Bethany era más reservada, no dejaba que todo el mundo conociera su verdadera forma de ser, no confiaba demasiado en las personas, un gesto que había heredado de su Madre y del hermano de su Padre, el cual era oficial de policía, y no confiaba ni en su propia sombra.   Reed los acomodo a todos en el centro de su habitación, sentados en un círculo en el suelo, pero al final Bethany decidió no participar, quedándose sobre la cama del chico, para ser el cuarto de un varón estaba muy ordenado, quizás tenía planeado este numerito desde hacía días.   —¿Qué estamos haciendo aquí? — pregunto alguien entrando al lugar, era el hermano gemelo de Carol, de todos sus primos él era el más amable.   —¿Tú que crees? — respondió Carol mientras torcía los ojos. — vamos a jugar siete minutos en el paraíso.   —¿Le entras? — interrogo Reed. — ¿o eres igual de cobarde que tu prima por allá? — dijo señalando a Bethany.   —Estoy dentro. — contesto el pelirrojo, y le dedico una mirada sugerente a Valeska, sin que nadie lo notara Betty torció los ojos, ¿También tu Christopher? Pensó.   Se posicionó al lado de su hermana y una de sus amiguitas, Reed explico las reglas del juego, como si fuera necesario hacerlo, todos sabían en qué consistía, Asher estaba al lado de su amigo, y casi frente a Valeska, el moreno coloco la botella en el centro y la rodó, los primeros en ser apuntados fueron Carol y uno de los miembros del equipo de futbol, se levantaron envueltos en un aura de complicidad, para luego entrar en el armario de Reed, los siete minutos se acabaron, y era obvio que la había pasado más que bien, Bethany observaba todo desde la cama de Reed, y oraba para que Asher no le tocara Valeska.   Pero no le sirvió mucho su plegaria, si esta fuera una situación diferente, de seguro que su Madre le lanzará un discurso acerca de porque no tenía suficiente fe, en la segunda ronda los apuntados por los extremos de la botella que comenzaba a odiar, fueron Asher y Valeska. Él le dedico una miradita a Bethany, la cual echaba fuego obviamente.   —Te prometo que no haré nada. — dijo él en alto.   —No seas tonto Ash. — dijo Reed con una desagradable sonrisa en su rostro. — nadie puede entrar a ese closet y “no hacer nada”.   —Es tu decisión contesto. — Bethany.   Y él decidió entrar al estrecho espacio con ella   —Bueno creo que veremos el final de Basher en vivo y en directo. — hablo Carol, con su típica socarronería de siempre, Christopher la reprendió. — ¡Oh Vamos! Ya es hora de que ella habrá los ojos. — ella la observo directo a los ojos. — vives en un mundo de fantasía Betty, Asher nunca se casará contigo, si es tu novio es porque todo el mundo lo ha convencido de que así debe ser, incluso tú, pero él realmente no te ama.   Bethany no quiso quedarse allí y abandonando la cama de Reed, dejo la habitación, corrió escaleras abajo, el ruido de la música la abrumo un poco, pero siguió caminando, tomo su abrigo del closet al lado de la entrada y recibió el frío de la madrugada, se iría a casa, así fuera a pie y llegara junto a los rayos del sol.   —¿Betty? — la llamo Asher gritando tras ella.— Betty espera.— ella lo ignoro.— Betty déjame explicarte.   —¿Explicarme qué?— le grito y se volteó a mirarlo, tenía el cabello despeinado, sus labios estaban manchados con labial rojo carmesí, el que usaba Valeska, y sus ojos dilatados de placer.— La besaste— afirmo con lágrimas en sus ojos y la voz quebrada.   —Lo siento, fui un imbécil, no sé qué me paso, no debí aceptar ser parte de ese estúpido juego.   —No Asher, no culpes al juego, ¿sabes por qué acepte ir? — ella había comenzado sollozar. — porque lo sospechaba, no soy imbécil, sé cómo la miras, y quería saber que tan lejos podías llegar, incluso conmigo estando allí.   —Debí terminar contigo hace mucho Betty, no siento lo mismo que tú sientes por mí. — él se encogió de brazos y bajo su rostro apenado.   —¿Y desde cuándo lo sabías? ¿Por qué seguir llenando mi corazón de ilusiones y esperanzas vacías?   —Porque no tenía otra opción, siempre has sido tú, mi familia espera que me case contigo, tu familia espera lo mismo, todo el maldito pueblo nos cree la pareja perfecta, pero yo no estoy tan seguro de eso.   —Pues debiste decírmelo.   —No podía, no quería romper tu corazón. — él se enojó un poco y estaba gritando. — la semana pasada estabas hablando de ir juntos a la universidad, de matrimonio, incluso de cuantos hijos quería tener en el futuro, tengo solo diecisiete años Betty, ni siquiera sé si voy a graduarme de la preparatoria, no soy como tú, que tiene cada segundo planeado en su perfecta vida.   —¿Crees que mi vida es perfecta? — ella se acercó a él, llena de indignación. — sabes que no lo es, pretendo ser algo, todos los días, que no soy, es agotador, y lo único que pensé que era perfecto, eras tú.   —Pues lamento bajarte de la nube, princesa. — ellos se observaron en silencio por unos minutos, esa última palabra estuvo cargada de desprecio total.   —¿No querías romper mi corazón? Pues acabas de hacerlo.     Ella retomó su camina a casa, pero él la detuvo, diciéndole que la llevaría, el camino de regreso fue silencioso e incómodo, ninguno de los dos se atrevió a decir palabra alguna, se podría decir que no tenía mucho sentido que terminaron dos años de noviazgo por una simple atracción, pero desde hacía muchísimo tiempo que estos dos estaban alejándose el uno del otro, ella lo sabía, pero no quería prestarle atención, prefería dejarlo al fondo de su mente y pretender que no estaba allí.   Él tenía razón, Asher no amaba a Betty tanto como ella lo amaba, para ella no había nadie más, para él, ella era la única opción, cuando llego otra opción al pueblo su relación simplemente comenzó a ir de mal a peor.   Luego de la fiesta pasaron días en lo que Betty trato de enmendar la situación, de regresar con Asher, pero él seguía negándose, fue tonto de su parte, perseguir a un hombre, pero lo amaba, y siempre lo amaría, unos meses después, y muchas peleas entre ambos, ella dejó de insistir, y tuvo que soportar que la relación de Valeska y Asher se solidificara frente a sus ojos, estaban tan unidos que incluso fueron rey y reina del baile de graduación, mientras ella ni siquiera fue a la celebración, no por él, sino por tragedias que sucedieron durante el periodo escolar, una desgracia que la acecharía durante mucho tiempo.
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