Capítulo 7: Ilegalidades en busca de la Justicia

1392 Words
Bethany entro a la habitación de su tío con extremo cuidado, el hombre era muy organizado, parecía un maniático de la limpieza, y su espacio personal lo reflejaba. Se había quitado los zapatos antes de entrar al dormitorio, y caminaba de puntitas, con las medias puestas, para no hacer ningún tipo de ruido, pero no fue tan fácil, porque una de las tablas del piso hizo un horrendo rechinido, ella se detuvo maldiciendo la madera mentalmente, espero que el hombre se levantara y le soltara un regaño, pero no sucedió, él solo se volteó en su cama y ella pudo observar con mayor visibilidad el objeto que estaba buscando.   Un Post-it con los accesos privados del ayuntamiento; la verdad se sentía con suerte, si el político que se había postulado para alcalde no hubiese decido realizar cambios en la ciudad, su tío no tendría las claves que necesitaba, era el destino, Dios, o cualquier fuerza mística, la estaban ayudando a resolver el caso de sus Padres… Era cierto que lo que estaba haciendo era ilegal, pero no le importaba, era necesario para obtener la justicia que buscaba.   Continúo caminando por la habitación, con el mayor cuidado y delicadeza, en ese momento le hubiese gustado ser un poco más delgada o más baja, pero tenía que trabajar con lo que tenía. Cuando logro posicionarse al lado de su tío, se agachó un poco para que no lo despertara el sentir a alguien parado frente a ti, con cuidado se estiró para tomar el pedazo de papel, el cual se encontraba en el bolsillo de su chaqueta, podía notar la punta sobresaliendo de allí, al tomar el extremo que necesitaba, el hombre se removió un poco, presa del pánico que quedo quieta, nuevamente esperando que se despertara, pero nuevamente no fue el caso, con lentitud jalo el pedacito de papel, hasta que finalmente salió todo, respiro de alivio.   Retiro la mano sobre su tío, desdoblando la hoja confirmo que tenía la información que necesitaba, saco de su bolsillo trasero su teléfono, para tomarle fotos a los números, saco varias, por si alguna no se veía, luego con el mismo cuidado, incluso más, dejo el Post-it en donde lo había hallado.   Abandono la habitación, esta vez evitando el tablón chirriante, y al cerrar la puerta tras ella celebro en silencio, la primera parte de su plan estaba completada. Se colocó los zapatos, y con el mismo cuidado con el que ejecuto misión, bajo las escaleras, tomo su bolso con todo lo que necesitaría para su misión, y luego abandono la casa, fuera de ella el auto de Cole Jones la esperaba. Cole venía de una familia llena de lujos, su Padre era dueño de la mitad del pueblo, eso se refiere a que cada establecimiento de la ciudad, como supermercados, bares, estudios fotográficos, el periódico local, centros médicos, e incluso una veterinaria, llevaba el apellido Jones, en la antigüedad, existían cuatro familias fundadoras, los Jones, Los Andrews, Los Foster y los Brigham, y tenían cientos de años residiendo en el pueblo, pero los Jones fueron astutos y tomaron ventaja, gracias a las necesidades de la aldea, el primer establecimiento registrado fue una carnicería, en la cual la misma familia eran los cazadores y vendedores, simplemente llevaban la sagacidad en la sangre.   Se recordó de todo eso porque Cole Jones manejaba un Audi A3 Sedán, color n***o, era el último modelo que se había sacado a la luz ese año, y un chico de dieciocho años, era quien se sentaba detrás del volante, de una de esas obras de arte, él le hizo una seña con la mano, para que se apresurara, ella corrió hasta el auto, abrió la puerta del copiloto y se adentró en el vehículo.   —Vaya Jones, para ser el rarito del colegio, tienes unas ruedas muy hermosas.   —Que sea el rarito del colegio no significa que no tenga estilo.   ¿Y entonces porque era un marginado? Porque Cole era un cerebrito, un joven extremadamente inteligente, pero que para las evaluaciones estudiantiles era un tanto flojo, no le gustaba perder tiempo en ello, le encantaba estar frente a una pantalla, y no disfrutaba hablando con personas con un cociente intelectual inferior a suyo, siempre vestida de n***o, y sus lentes de pasta le dibujaban la palabra Nerdo en la cara, nadie se metía con el porqué en una oportunidad había dejado hecho papilla a un chico que lo insulto por su excéntrica forma de ser, todo esto lo aislaba del resto de los alumnos, así que era solitario, casi nunca nadie lo notaba.   Pero como Betty amaba las causas perdidas, comenzó a hablarle al chico unos años atrás, y básicamente era la única amiga que tenía en toda la secundaria, por más cortas que fueran sus conversaciones.   —¿Tienes las claves? — preguntó él.   —Por supuesto que sí, fue un poco difícil, pero lo conseguí. — ella lo observo con seriedad — ¿Y tú? ¿Tienes todo lo que necesitamos?   —Sí, traje mi computadora, donde tengo mi software de hackeo, el problema es que se tomara algo de tiempo, y luego tenemos que copiar los videos, así que tenemos que ser muy cuidadosos, y rogar porque cada parte del plan salga perfecta.   —Claro que lo hará, deberíamos repasar el plan nuevamente. — ella sacó un cuaderno con tapa de negra, de su bolso, abrió el objeto y comenzó a leer la lista de puntos que había escrito días antes. — lo primero en la lista es entrar al ayuntamiento, decirle al vigilante que voy a buscar al comisario Andrews, él nos dejara pasar al área designada para la estación de policía y luego…   Alguien toco el vidrio del lado del conductor, ambos chicos saltaron del pánico, ¿Sería su tío? ¿Sería Callaghan? ¿Tan rápido los habían cachado?   Ella prácticamente se subió sobre Cole para observar al intruso, Cole bajo la ventanilla, quejándose de que le hacía daño estando sobre él, y de que sus senos estaban rozando zonas inapropiadas, y entonces un muy confuso Asher Foster apareció frente a sus ojos.   —Oye hermano gran auto…— dijo el chico, pero cuando observo a Betty se quedó en silencio total, la posición en la que estaban no era muy conservadora, parecía que la chica estuviera dándole… bueno digamos que un favor s****l a Cole. — ¿Betty? - exclamo Asher sorprendido, confundido y quien sabe que otras cosas.   —¿Qué quieres Asher? Estamos ocupados. — respondió ella con descaro, Cole la observo con los ojos desorbitados. —   —Nada. — respondió el pelirrojo avergonzado. — es solo que vi el auto y me entro un impulso de macho, quería saber de quién era.   —Si quieres puedo dejar que lo conduzcas el lunes en la escuela. — contesto Cole participando de la conversación, trato de hacerlo de una forma casual para desmentir un poco la comprometedora posición en que los encontraron.   —Por supuesto. — contesto Asher, un silencio incómodo se posó sobre ambos hombres, mientras que la mujer disfrutaba la situación, así podía hacerle creer que lo había superado.   —Debemos irnos. — dijo Bethany. — Adiós Asher. — lo fulmino con la mirada para que el chico se alejara del vehículo.   —Claro, Adiós Bethany. — él se rascó la nuca, y con una extraña actitud, se alejó de la escena, ella no lo sabía en ese momento, pero serían las últimas palabras que se dirigirían en unos largos años, la próxima vez que hablara con Asher Foster, sería luego de la universidad.   —Eso no estuvo bien. — le reprocho Cole cuando Asher ya estaba lejos. — lo hiciste creer que estabas…   Ella sonrió y le arqueo las cejas.   —Ya sabes lo que le hiciste creer. — espeto él, enojado.   —No importa, créeme que se lo merecía. — ella se acomodó en su asiento. — ahora vámonos necesitamos llegar en la hora pautada.   Tenían días observando los movimientos del ayuntamiento, y encontraron un patrón, los domingos después de las seis de la tarde, el lugar se desocupaba un poco, pero luego alrededor de las ocho treinta la acción de las noches comenzaba, necesitaban entrar y salir en el rango de esas horas.  Él encendió el vehículo, y arrancando se prepararon para su misión.
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