«¿habré hecho mal? Baje la guardia por qué me hizo sentir cómoda. Su forma de actuar, me recordó a la tía Astelle, se dio cuenta de que estoy aquí por un motivo secreto, me preguntó ¿Cuáles son sus intenciones al Ignorar mi presencia aquí?»
—¿Vienes del cuarto de baño?—Pregunto saya, una compañera de habitación. La joven poseía cabellos rubios en un tono opaco y ojos negros.—¡No! ¡Tenía pensado ir ahora!—Respondió.
—¿Podemos ir contigo? Queremos ir al baño de aguas termales.—¿Aguas termales?—Pregunto ajena a la información dada.
Otra chica de cabellos negros y ojos miel, se acercó a ellas y dijo con intriga. ¿Escucharon la leyenda del fantasma?
El rostro de las demás palideció al escuchar la palabra «Fantasma»
Sin poseer temor por los espíritus, pero interesada en poder relajarse en las aguas tibias, acordó ir junto a ellas, la próxima vez.
Por la noche, las pesadillas que la atormentan, espantaron su sueño. Bajo y tomo asiento en las escaleras que daban al salón principal, los recuerdos que eran más un trauma sin cura, atormentaron sus sentidos, su rostro pálido y sin vida, se quedó sin oxígeno. Empezó a toser y suspirar tratando de consumar el aire. Camino como pudo hasta el jardín. Sin fuerzas en sus piernas, dejo caer su cuerpo en la hierba fría.
—¿Te encuentras bien?—Pregunto Seika, que por segunda vez, se la encontró en el mismo jardín.
No supo que hacer ante la pregunta, su frustración cruzo la barrera impenetrable.—No lo sé. ¡No estoy bien! Ya no se nada. No sé, ¿Qué hago aquí? Por más que intento borrar esos recuerdos, no puedo, párese que al destino le gusta hacerme bromas.
—¡Si algo te lastima a tal grado! Entonces, sé la primera en usar la daga.—Respondió, afligida, al ver tal quiebre en ella.
—¡No quiero utilizar la daga! No la quiero en mis manos. No quiero siquiera verla, solo quiero paz.
—¡Entonces! Tendrás que vivir toda tu vida huyendo del destino. Y el destino no es tan generoso con las personas que pierden el rumbo—Respondió firmemente.
Las palabras dirigidas hacia ella, reflejaban su propia verdad. Desde su primer encuentro con Karyun, no tardó en darse cuenta, de la injusta realidad entre ellos, hubiera sido tonto de su parte, no haber predicho que el hombre, junto a ella, era un noble. Una persona como él, jamás podría estar con una plebeya sin renombre, o al menos esas son las reglas impuestas por la alta sociedad.
El mundo creó una barrera entre ellos esa noche, pero…
La luz de la luna iluminaba las gotas de agua dispersas por todo su cuerpo, el lago tranquilamente parecía susurrar soledad y tranquilidad, hasta que el silencio se quebró debido a la intensa lluvia que azoto el lugar. Las gotas de lluvia, eran frías, sin embargo, las manos que tocaban las suyas, estaban llenas de afecto y calidez. Un mundo donde nada, ni nadie, importaba más que ese preciso momento. Solo una vez, solo por ese momento, ese pequeño momento, dónde el injusto destino no importó.
Aun cuando la nota escrita por su amado, reflejaba el deseo de ambos, las consecuencias estaban claras. ¿Arrepentimiento? Esa palabra que nunca existió.
La decisión que tomo esa noche, durante la lluvia que caí sin cesar, esa noche en la que decidió tomar sus manos, ese momento escrito y observando por el destino. Fue la primera y la última que tomo por su cuenta, sin importar su familia, su posición, sin importar las mentiras que ambos se contaron esa noche.
Para una mujer con su pasado. El amor no estaba permitido, su destino era «sobrevivir» Toda su vida cambio aquel día cuando quedó embarazada. ¿Cuántos meses tengo? ¿Quién es el padre? ¿Cuándo paso? Esas preguntas todas tenían respuestas para ella, su única pregunta sin respuesta fue. ¿Qué pasará ahora?
La criatura en su vientre poseía un linaje como ninguno, su padre era un príncipe que heredaría el imperio, mientras su madre poseía un linaje maldito.
«Tiene que ser mentira, no puedo estar embarazada, me niego a aceptar esto»
Ese bebé en su vientre, era mucho más que un príncipe o princesa, si esa criatura inocente naciera, llevaría un peso en sus hombros sin igual.
«Fui cobarde… Si tan solo hubiera confiado en él… Tal vez, solo tal vez… Mi bebé estaría viva…»
Karyun, solo llevaba dos meses de haber heredado el trono ¿Que hubiera pasado si una plebeya aparecía de la nada estando embarazada?
Pensamientos no deseados invadieron su mente, causando miedo y angustia.
«¿Qué pasará si no quiere al bebé? Si me pide que aborte, ¿Qué haré entonces? ¿Qué pasará si decide matarme? ¿Me alejaría de mi bebé? No. No puedo permitir eso».
«Si llego a dar a Luz a una princesa, entonces mi bebé no representaría un peligro para el trono»
Las leyes del imperio, permiten a una mujer o un hombre, como heredero, inclusive si fuese una mujer, su hija siempre competirá por el trono, como su derecho innato.
«¡Tenía miedo y muchas dudas! Al final olvidé tener confianza en que, karyun, no era ese tipo de persona, fui egoísta. Pero, ya no pensaba como una mujer, sino como una madre»
Pensó que su bebé no tendría que sufrir si nadie se enterará de que tenía sangre real. «Además, solo fue una noche ¿Podría una plebeya y un príncipe formar una familia?»
Su hija crecería como una niña normal, llegada a una edad consciente, le explicaría su linaje, dejándole decidir, a ella misma, su destino, sin embargo, su destino aguardaba desgracias.
Si solo hubiera confiado en karyun, su hija tal vez seguiría con vida, ese era su más lamentable pecado.
Encontrarse con él, después de tres años, desenterró todos esos sentimientos que intentó enterrar en lo más profundo de ella misma. Al verla hundirse en un hueco profundo y oscuro, Seika pregunto sin titubear.
—¿Te arrepientes?—Sus brazos la enrollaron por un intento de consolarla.
—¡Esa pregunta debe ser tu ancla! ¿Te arrepientes de todo lo sucedido? ¡Por qué si no te arrepientes, entonces, solo debes sonreír cuando sientas dolor y llorar cuando estés feliz…!
«¿Arrepentimiento? Nunca me arrepentí de nada. Conocerlo esa noche, me hizo ser lo suficientemente fuerte para tomar mis propias decisiones. El haber sentido una vida crecer en mí, fue lo más bello que me ha pasado. El sentir lo que es querer y proteger a mi bebé, me dio coraje para estar de pie hoy en día»
«El conocer y crecer con mi tía, sus cuentos, sus lecciones, sus regaños, su amabilidad, sus enseñanzas y la forma en la que me crío, es por lo que hoy puedo decir que soy alguien independiente»
Había algo de lo que estaba segura y esa era.—¡No me arrepiento de nada!
Seika, sonrió aliviada y dijo con recelo para que pudiera entender la ley de la vida.—¡Entonces, no digas que quieres escapar, nadie puede escapar de su destino!
—¡El destino está escrito! Pero eres tú, quien debe escoger cuál camino recorrer, nunca olvides estas palabras.
Por la mañana siguiente, fueron convocadas por Seika, quien les informo la situación actual.
—Hywaryun, posee dos locales, uno en durken y el otro en crandler, mejor conocida como la capital nocturna, en el clan rustris. Este año, los inversores desean expandir el negocio hacia la capital.
—Tengo pensado escoger veinte chicas de nuevo ingresos aquí, antes de ir a la capital pasaremos por rustris, dónde escogeré a veinte chicas más, estás cuarenta mujeres irán conmigo al festín que se realizará en vengermen.
Fue una sorpresa para ellas, ser escogida para ir al festín en vengermen, pero ser elegida por ella misma era un gran honor.
—¡CONFIANZA Y LEALTAD! Es lo único que pido de ustedes, confíen en mí y yo confiaré en ustedes.
—La lealtad y confianza, se ganan con el tiempo, quiero chicas que estén conmigo hasta el final, ahora la respuesta es suyas, ¿Me acompañaran a la capital?.
El salón, que estaba en silencio, solo diferenció el sonido de las palabras.
—«IREMOS CON USTED»
Todas estaban conmovidas por las palabras de Seika, muchas de ellas eran nobles caídas o plebeyas abandonadas o vendidas por sus familiares. Nunca nadie había confiado en ellas, definitivamente todos irían con ella hasta la muerte.
—¡No has respondido! ¿Irás conmigo?— Pregunto mirándola.
—¡Vivo en la capital! No pensé que tendría que responder abiertamente.— Antes de darse cuenta, todas desalojaron el salón dejándolas solas.
—Eres inteligente. No aceptaste y tampoco rechazaste ¿Por qué? Te diré mi teoría.
—¡No estás aquí por la misma razón que tus compañeras! Estás aquí por alguna razón ajena a hywaryun, por lo tanto, te quedarás hasta llegar a vengermen.
No había mentiras en sus palabras. ¿Curiosidad o amenaza?… La respuesta era obvia, “Curiosidad” tuvo muchas oportunidades de venderla, pero solo la ignoro.
Reflexionándolo mejor, decidió ser lo más sincera que pudo con ella y evitar confusiones más adelante.
—¡Quiero participar en la selección de caballeros y entrar en el ejército! No poseo ingresos para sobrevivir a la peregrinación, necesitaba un lugar donde refugiarme de los bandidos, ustedes ofrecían refugio, comida y ropa, me pareció buena idea quedarme aquí.
Había lógica en su respuesta, pero seguían quedando cabos sueltos. ¿Por qué alguien fuerte como ella tendría miedo a unos bandidos?
Había muchas dudas, pero, quiso confiar en ella, ya habría tiempo para descubrir sus razones. De su parte, obviamente se vio obligada a mentirle a Seika, sin embargo, parte de lo que dijo no eran falsas.
—¡De acuerdo! Puedes quedarte todo el tiempo que necesites, serás una invitada aquí en HYWARYUN, disfruta tu estadía.
La situación era extraña, obviamente se dio cuenta de las mentiras. ¿Por qué permitirle quedarse? Un recuerdo vino a su mente ¡Todos tenemos secretos que nadie más sabe! Esas palabras fueron dichas por Seika, tal vez ella también tenía sus razones.
—¿Puedo preguntar algo?—Exclamó sospechosamente ¡Claro! ¿Qué pasa?— Respondió Seika.
—¿Hay alguna razón detrás del repentino cambio de planes en HYWARYUN?—La pregunta que soltó la dejo sin habla, respondió inaudita ¿Por qué piensas que hay alguna razón?
Viendo su pregunta ser evadida dijo—¡No tienes que contestar, solo es curiosidad!—Eran dos mujeres con colmillos afilados, las razones de Seika tenían un asunto extraoficial, mientras valían obviamente mintió sobre sus razones.
—¡No hay alguna razón en concreto! Como dije, los inversionistas desean expandir el negocio.—Obviamente no mintió, pero tampoco dijo toda la verdad.
Al terminar de hablar se dirigió al jardín con las demás chicas, después de unos minutos, la presentación y preguntas de sus nuevas compañeras, parecían algo escandalosas.
A pesar de ser ruidosas, eran amables, el ambiente alegre y lleno de empatía, le recordó las palabras de su tía Astelle, cuando ella era solo una niña de ocho años.
—¿Por qué lloras? Pregunto Astelle.
Kyo y Rion, habían ido al pueblo para visitar a Sulmer, que se encontraba enfermo, siendo una linda niña, se preocuparon y decidieron no llevarla con ellos.
—Hay cosas que no puedes hacer como Niña, Kyo y Rion, son hombres y tienen más libertad. ¡Ellos solo quieren protegerte! Hay personas malas que lastiman a las niñas por maldad.
—¡Pero yo quería ir con ellos!
«Qué tierna» pensó al ver su rostro lloroso.
—¡Cuando crezcas tendrás amigas con las que puedas jugar propiamente! Llegará el día en que consigas amigas que te querrán y confiaran en ti y tú confiara en ellas…
«Había olvidado tus palabras tía»
CONTINUARÁ…