Parte 10

2045 Words
El silencio fue más que suficiente para contestar sus preguntas. Las manos de Chrisma, la retenían obligándola a no dejar la mesa en la que se encontraba acostada. Su furia se incrementó al ver a kyo, retirar el cuerpo de su bebe. —¡Suéltame chrisma! ¡Es mentira! ¡Él está mintiendo! ¡Todo es mentira! La silenciosa casa se llenó de angustia y gritos llenos de lágrimas.—¡Basta, no hagas esto…! Por favor… Ya no está… Ella se fue… Por favor… ¡No sigas! Sus palabras estaban llenas de dolor, sin embargo, no fueron comprendidas. De un solo jalón fue empujada hacia un lado. Las palabras angustiadas del sanador alertaron a Rion y compañía. La herida había Sido sanada, pero, dado las condiciones graves en las que estaba, al mayor esfuerzo se volvería a abrir, arriesgando su vida nuevamente. Intentaron retenerla, pero, fue un esfuerzo inútil. Kyo, no tuvo más que soltar el difunto cuerpo de la bebé y dirigirse hacia ella, para intentar calmarla. ¿Cómo el mundo podría estar tan lleno de maldad? La criatura, en sus brazos, era tan delicada e inocente. Ignorar los llantos y gritos de su madre que resonaban en sus oídos, causando tristeza y lástima. Un mundo lleno de maldad y crueldad, le daban la despedida a otro ser inocente. El ser inocente, parecía profundamente dormida. Ver su angelical rostro, lo hicieron dudar. ¿No es imposible? ¿No puede estar muerta? La anestesia emocional que le impidió perder la cabeza antes, parecía alejarse. Pero, la situación freno, cualquier deseo de lamentarse y llorar, no había momento para dudar. El caos y el sentimiento de haber fracasado en proteger una vida inocente se reflejaba en el rostro de todos. Sulmer, no pudo siguiera pasar de la puerta principal, ver el sufrimiento de la madre que acabo de perder a su hija, era devastador. Camill, solo lloraba sin cesar, mientras, Rion y Chrisma, trataban de tranquilizar a Valían. La calidez del cuerpo humano, la abrazo dejándola sin palabras, el gentil abrazo de Kyo, resonó en su alma fracturada, las manos, que la sostenían fuertemente, por fin la dejaron libre. —¡Ky-kyo!—Respondió con una voz destrozada y lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos. —¡Vasta! Por favor… Hugh… Se ha ido… Ya no está, Valían… hugh… No solo tú… Todos estamos sufriendo su perdida… Por favor… Por favor… No… Nos obligués a perderte también a ti… por favor… No más muertes… ¡No más despedidas…! Una voz fragmentada, intentaba hablarle entre lágrimas rebosantes. Dieciséis años de conocer a las personas que la rodeaban, no fueron suficientes para descifrar el dolor en sus rostros. Todo era un caos, pero todos lloraban como si todo estuviera destrozado. Hoy despidieron dos vidas de la peor manera posible, no era un día de luto solo para ella, sino para todos. Hace un momento, gritaba deseando despertar del mal sueño, su silencio le permitió escuchar los lamentos de sus allegados, sus lamentos no eran menores a los suyos. Su estabilidad emocional, por fin, dio un punto quiebre, sus rodillas se debilitaron, cayendo al suelo junto con el cálido abrazo que la sostenía. Esta vez no hubo gritos, tampoco lamentos, solo un agudo llanto que la asfixiaba. Sus quejas y su negación, le habían impedido llorar la muerte de su bebé, ver llorar en su hombro a kyo la hizo reflexionar, hasta el punto de arrugar su camisa, empuñando cada vez más fuerte su ropa—¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué ella? ¿Por qué nosotros? ¿Hicimos algo mal? ¡No lo entiendo! Solo pudo sostenerla en sus brazos, no había palabras que pudieran consolar a una madre que había acabado de perder a su hija y a su tía el mismo día. Pasaron unos diez minutos y solo se escuchaban los sollozos provenientes de ella.—¡Déjame verla!—Dijo con las pocas fuerzas que poseía. Pasándola en sus débiles brazos, dio un beso en sus suaves mejillas ya frías. El rostro de un bello ángel, que no poseía culpa alguna del pecado del hombre, se vio reflejado en el rostro de la bebé ya muerta. Su intento por mantener la compostura fue fracturada en pedazos. ¿Cómo podría ella estar tranquila cuando su hija yacía muerta en sus brazos? Esta era su primera y última vez cargando el pequeño cuerpo de su bebé. No habría un segundo abrazo, ni un segundo beso, mucho menos una sonrisa, su voz sería un recuerdo que jamás escucharía. La abrazó fuertemente sin deseo de soltarla, por segunda vez, sus piernas perdieron fuerza y cayó al suelo. —¡Perdón…! Perdóname… Lo… Siento… No pude protegerte… Perdóname por ser débil… Perdóname tú, mi amor… ¡Por qué yo nunca podré perdonarme…!—Dijo con su débil voz llena de llantos que mataban el alma de quién lo escuchará. No existían palabras de consuelo en un momento como este, solo pudieron escuchar y compartir sus lágrimas. La dolorosa escena partió el alma del sanador. Lleno de culpa por no haber podido hacer nada, contra la inminente muerte. El sonido se detuvo al igual que el tiempo. Tirada de rodillas en el suelo. Las gotas de sangre caían al suelo, una tras otras, cada vez más rápidas, formando un charco a su alrededor. Su cuerpo estaba débil y pesado, sin siquiera poder reaccionar, cayó desmayada debido al exceso de sangre que ya había perdido. Por la mañana siguiente despertó adolorida, pero, más estable. Chrisma, se mantuvo a su lado toda la noche, viéndola despierta pregunto. —¿Estás despierta? ¿Cómo te sientes? —¿Dónde está?—Sus ojos parecían vacíos, un alma destrozada por la injusticia. Su pregunta no fue contestada. —¡No creo que sea el momento…! Al echar un vistazo en su rostro, se dio por enterada la actitud desvalida que tenía.— ¿Responde? ¿Dónde está?—No tuvo más que contestar sus preguntas. —¡Hoy será el entierro, has dormido durante dos días! Después de la tragedia, comunicar a los guardias la muerte y asesinatos de tres personas fue difícil. Las preguntas no tenían respuestas, tuvieron que hacer más que investigaciones, para deducir las muertes. Al final solo quedó como una trágica historia donde un sacerdote del templo y una mujer embarazada fueron asesinados brutalmente. —El templo vendrá por la tarde para el entierro… Sus lágrimas salían sin permiso. Entre tanto, luto volvió a preguntar—¿Astelle? Otra pregunta difícil de responder. Suspiro pesadamente y respondió. —¡El templo de roshwelee, encontró su cuerpo en las afueras! No pudieron identificar su cuerpo. Fue enterrada de inmediato, ahora mismo su cuerpo yace en la cripta de roshwelle. No hubo tiempo para reaccionar ante tales palabras. El ruido de las ruedas sonando contra el pavimento llamaron su atención. Del carruaje bajaron dos sacerdotes y un padre, junto con Kyo y Rion. El entierro no duró más de lo debido, después del trágico evento, su cuerpo se debilitó a tal grado de no poder caminar ni hablar. La depresión en ella aumentaba durante las noches. Las pesadillas por las noches y los recuerdos manchados de sangre, le hacían ecos durante días. La culpa sobre sus hombros se sentía como incontables pesas sobre ella. Por más que intentarán animarla, les era imposible. Ellos no eran Kyo, para saber las palabras correctas para consolarla. Tampoco eran, Rion, para prestarle un hombro en el cual poder recostarse y llorar cómodamente, ni siguiera podían reemplazar a sulmer e intentar sacarle una sonrisa. Kyo, partió al norte después de la anunciada guerra, Rion y sulmer, solían visitarla a menudo. Sin embargo, el luto no disminuyo, sin importar que hicieran. Sulmer, se encargó de investigar a los culpables, pero las huellas fueron cubiertas por completo, las pistas no conducían a nada ni a nadie. No tuvieron más que encubrir las muertes de Astelle y pasar por muerta a Valían. Por más que insistieron en seguir investigando, valían se negó a buscar venganza. Sus razones para no buscar venganza por la muerte de su tía y de su hija, eran desconocidas. No fue hasta después de unos meses que por fin se sinceró con todos. La razón detrás del atentado era insostenible, sin decir más, entendieron su decisión, concentrados en borrar toda huella y duda, para que nunca más volvieran a encontrarla. PRESENTE… —¡Oye! ¡Hey oyeeeee!… La hora del té había culminado, los músicos y el invitado inesperado que la hizo perder el juicio también se habían retirado. —¿Te encuentras bien?—Pregunto nuevamente, la amable chica preocupada. Anteriormente, había observado su extraña actitud, inclusive después de que todos se retiraran, ella permaneció en silencio sin moverse. Después de llenarse de valor, decidió acercarse y preguntar ¿Cómo se encontraba? —¡Sí! ¡Estoy bien!—Su respuesta fue corta, la avergüenza de haber actuado extraño, delante de tantas personas la hizo dudar. La joven suspiró aliviada y siguió la conversación elogiando su bello baile presentado. Después de retirarse de la mesa, karyun y compañía regresarían al templo, sin embargo, fueron retenidos por Seika, quien les ofreció pasar la noche en hywaryun, Sin aceptar un no, como respuesta, no tuvieron más que aceptar. Intentando convencer a karyun de retirarse, pronuncio palabras hirientes hacia su Nana.—¡Lo siento, no quise ofenderte, solo pensaba en la reputación del emperador! Las personas hablarían si lo vieran aquí.—Dijo markus disculpándose con Seika. Seika, acepto sus sinceras disculpas, sin embargo, el tema no podría quedarse sin repercusiones, llamo a una de sus asistentes y ordenó. —¡Margaret! ¡Lleva al invitado y preparen la sala para él, llama a las chicas para que se encarguen de él! La joven sostuvo a markus por sus manos y prácticamente lo arrastro en contra de su voluntad. Nervioso, dijo intentando resolver el malentendido. —¡Nana, no creo que sea necesario, estoy ocupado, no tengo tiempo para divertirme!.—Sin notar el cambio en su actitud, miro con desespero hacia su amigo, con la intención de que esté lo salvará, sin embargo, este solo sonrió y dijo. —¡No te preocupes, tenemos tiempo de sobra! ¡Diviértete! Seika, se acercó a él y posó sus manos en sus hombros. —¡No te preocupes, no matará tu orgullo, un poco de diversión! Dándose por vencido, fue arrastrado por la joven. Antes de retirarse, Seika, dirigió palabras hacia Margaret. —¡Ah! No olvides enseñarle los modales correctos de como dirigirse hacia una dama!—Comunicó saciando su sed de venganza. Mientras tanto, valían y compañía, fueron orientadas hasta sus dormitorios mientras escuchaban las reglas e instrucciones de HYWARYUN. Las instrucciones eran sencillas, los dormitorios se dividirían entre más de diez mujeres, durante su estadía en hywaryun recibirán comida, vestimenta y orientación. Podrían estar en cualquier lugar dentro de hywaryun, excepto por el jardín principal. Normalmente en hywaryun hay tres baños, uno público y otros dos para el personal, debido a problemas de reparación solo uno está disponible. En sus habitaciones, había todo lo necesario para vivir cómodamente, vestidos, joyas, toallas, maquillaje u otras cosas. Después de alojarse en su nuevo hogar, bajaron a comer junto a las demás, el comedor era enorme y bastante alumbrado, en total había cinco comedores largos. —¡Escuche que el emperador estará presente en el baile! ¿Será verdad? —¡No es un baile! ¿Crees que las personas, de baja cuna como nosotras, tendrían oportunidad de participar si fuera un baile formal?. —¿Entonces qué es? —La jefa, explico que es un festín, no oficial, para entretener al emperador. —¿Pero si es un banquete no oficial, significa que solo participarán hombres? —¡Qué miedo! ¿Qué pasaría si uno de ellos se propasa con nosotras? —¡Ellos son nobles, educados! ¡Sería una vergüenza si se comportarán de esa manera! —¡Tienes razón! Intentar comprender la mente de las jóvenes señoritas, era más difícil que quitarle la vida a una persona. Escuchar preguntas tontas, carentes de sentidos, le causaba migraña, en su mente solo podría desear terminar esta cena lo antes posible. CONTINUARÁ…
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