Parte 9

2355 Words
Fuera del templo, Rion y Chrisma esperaban la salida de ambos.—¿Astelle no vendrá?—Pregunto, Rion, sospechosamente. Astelle últimamente desaparecía por las noches y demoraba días en regresar, su actitud les parecía extraña, pero nadie se atrevió a preguntar debido a sus excusas frecuentes. Una voz agitada interrumpió la conversación. ¿Dónde está valían? La voz proveniente de sulmer se hizo más aguda mientras intentaba tomar aire, ¿Dónde está?—¿Por qué estás aquí? Pregunto Chrisma extrañada. Sujetando fuertemente la camisa de Rion, volvió a gritar desesperadamente ¿Te pregunté dónde está?—Su actitud agresiva era costumbre, sin embargo, esta vez su rostro reflejaba miedo y desesperación. —Está dentro con Kyo—¿Qué está pasando?—Contesto y preguntó, siendo lanzado bruscamente hacia un lado. —¿Qué está pasando? Pregunto, Kyo, saliendo del templo.—¿Por qué estás aquí? Volvió a preguntar. Ignoró las preguntas y se dirigió al templo apresuradamente, sin embargo, fue retenido por kyo. —¿Qué crees que haces?—Esta vez el agarre que sostenía sobre sulmer fue más fuerte. Su actitud, más que extraña, ya era preocupante, sin intención de soltarlo hasta que esté confesara sus razones, volvió a preguntar preocupado. —¿Qué está pasando?—El rostro de los presentes se volvió oscuro, al escuchar la respuesta ¿De qué estás hablando? La concentración de todos fue interrumpida por un fuerte grito proveniente del templo, no cabe duda de quién se trataba, una reacción más tardía que otra, pero todos corrieron hacia el templo. —¿Qué está pasando? ¿Por qué la puerta está cerrada? La desesperación de todos se vio reflejada por un intento de abrir la puerta lo más rápido posible. —¡Derriba la puerta! Grito sulmer a Rion. Teniendo magia de tierra, estilo macro, derribar una puerta no sería complicado para él, sin embargo, su magia quedó anulada al momento del tacto con la puerta. —¡Huh! ¿Qué está pasando? No puedo usar mi maná.—Al ver lo sucedido, sulmer pensó ¿Podría ser calizmoor? Un segundo grito, aún más fuerte que el antecesor, se escuchó desde adentro. —¡Fuera de la puerta!—Grito, mientras su mano empezó a incinerarse con fuego, una ráfaga de fuego empujó tan fuerte la puerta que se destrozó por completo. Al entrar quedaron perplejos con la escena frente a ellos. La sangre recorre el suelo como si se tratara de un río rojo, un cuerpo ya muerto perteneciente al sacerdote y una mujer pálida desmayada debido al sangrado. Parado sobre ellos, un hombre de cabello corto y piel morena, con ojos negros, parecía disfrutar del espectáculo brindado. La escena era casi imposible de creer, el único en reaccionar ante la brutal escena fue sulmer. No había momento para dudar, era matar o morir, desenvainar su espada, solo fue el inicio para lo que se avecinaba. Un choque de espadas, seguido por fuertes golpes, presentaban un feroz combate entre la vida y la muerte. —¿Quién eres? ¿Quién te dio la orden de matarla?—Pregunto entre jadeos. Sus preguntas fueron tomadas como bromas.—¿Buscas la verdad? Pero si llegas a encontrarla nada cambiará. —¿Ella está por morir? Enfureció al escuchar las palabras del hombre, sin embargo, no mentía, la condición de Valían no era estable. —¡¿Qué se supone que están haciendo?! El desesperado grito de sulmer, alertó a Chrisma y Rion, quienes corrieron con desespero hacia ella. Rion tanteo el pulso del sacerdote confirmando su muerte. Viendo a kyo, impactado todavía parecía no poder procesar todo lo que estaba pasando. Lo tomo por los hombros mientras lo galoneó para que pudiera reaccionar. Su mirada perdida divisó el cuerpo desmayado de Valían. —¡Reacciona, no es momento para estar quieto!—Grito Rion con desespero a su amigo.—¡Ayuda a sulmer! ¡Nosotros nos encargaremos de Valían! Estando todavía impactado, socorrió ante sus sentidos, corrió hacia sulmer, quien seguía su feroz combate.—¿Qué haces aquí?—Grito sulmer. El sujeto frente a ellos parecía divertirse ante la situación, estaba en clara desventaja, sin embargo, no parecía asustado o intranquilo. —¡Responde mis preguntas! ¿Quién te envío a matarla? Volvió a preguntar. El sujeto se tomó su tiempo para pensar en la respuesta “Mmmm…” ¿Matarla? Su respuesta fue confusa, pero acertada, él no estaba aquí para matarla, su objetivo era otro aún más desconocido. —Tres muertes en mi reporte no son convenientes, ella debe sobrevivir.— respondió aumentando la intriga. ¿Tres muertes? Se cuestionaron ambos ante tal respuesta, quien más sufrió el cruel destino de morir en manos de este bastardo.—¿El interrogatorio termino? Pregunto al hombre con sarcasmo. —¡Que yo muera, no revivirá a los muertos, podremos alargar esta batalla, pero estoy seguro de que no hay tiempo que perder!—El sujeto desapareció entre humo n***o. ¿Magia de sombras? Es imposible. El bastardo tenía razón, valían, combatía con la muerte, debían llevarla ante un sanador urgente, no había tiempo para perder con él. Mientras tanto, asustada intentaba parar el sangrado sin éxito, sulmer y Kyo, regresaron con malas noticias, pues, el causante de todo había escapado. —¡La herida es grave! Atravesó la placenta del bebé, solo puedo imaginarlo, pero es muy probable que tenga una hemorragia interna. Chrisma era una doctora herbácea, sin embargo, esta situación era demasiado para ella.—¡Necesita un sanador urgente! Yo no puedo hacer nada. ¡Morirá antes del parto! El pueblo donde ellos viven, al ser un pueblo pequeño, no había sanadores, el sanador más cercano, vivía a las afueras del pueblo. Lo único que chrisma podía hacer por ella era intentar parar el sangrado y coser la herida. El sonido de la carreta en dónde llegó Rion se escuchó desde adentro. —¡Llévala a tu casa!—Señalando a kyo dijo—¡Tú y yo iremos por un sanador! Sulmer y Kyo, se dirigieron sin descanso hasta loghbroon, donde vivía el sanador más cercano. Al llegar a casa, los niños jugaban tranquilamente en el patio, ignorando la situación, a pesar de ser solo una niña camill, no entro en pánico y trato de ayudar a su madre a bajar a Valían, del carruaje. Apartaron todos los objetos de una mesa y la cubrieron con una sábana blanca, todo era un caos, cosas tiradas por todos lados, manchas de sangre en los objetos y en el suelo. Sin dudar camill, llevo a sus hermanos al cuarto para que no presenciarán tal situación, por orden de su madre puso a hervir agua, para poder limpiar la herida ensangrentada. Su pulso era débil y su tez pálida, sin embargo, sería suficiente para esperar al sanador, esta vez, se dedicó a verificar la condición del bebé. Su rostro se frunció al terminar su chequeo, su cuerpo temblaba de los nervios causados por la situación.—¿Qué pasa?—Pregunto Rion al ver su rostro. —¡Como dije, la bolsa del bebé está rota, es imposible adivinar si el bebé está lastimado, pero si no lo sacamos ahora morirá ahogado! Mientras descontaminó un cuchillo, explico lo mejor que pudo, valían, no se encontraba en trabajo de parto, las hiervas que le dio a ingerir, deberían hacerla entrar en trabajo de parto, sin embargo, si no lo lograba, debía aplicar una cesaría urgente, en sus condiciones, sus vidas correría peligro. Pasaron unos minutos y el tiempo había caducado, obligándola a proceder con la Cesaria. Cuánto tiempo había pasado desde entonces, un día, dos días o solo medio día. Un sofocante dolor en su vientre la hacía revolcarse de dolor. Luego de uno o diez minutos, el dolor había cesado. Estando en trance, sus sentidos fallaron. Sus párpados temblaron sin fuerza alguna para poder abrirlos, una voz suave y delicada, casi un susurro la llamaba. —¿Tía Astelle, estás viva?—En sus brazos un bebé dormía plácidamente. El olor y la sensación a sangre fresca recorrer su cuerpo, la calidez de un cuerpo vivo y las voces lejanas que murmuraban en eco, no había razón para aferrarse a la vida, con un cansado suspiro solo dejo relajar su cuerpo que poco a poco perdía la calidez de estar vivo. La cálida sensación de paz, fue interrumpida por el llanto de un bebé. No era momento para sentirse derrumbada, debía seguir viva por su hija. ¿Cómo podría perdonarse si su bebé muriera dentro de ella? ¡Solo un poco más! ¡Debo aguantar un poco más! Si yo muriera, no importaría siempre y cuando ella sobreviva. La perseverancia de vivir por el bien de su hija, la hizo entrar en razón, su pesado cuerpo, ya cansado y adolorido, empezó a palpitar del consciente dolor que la arrastró devuelta a la realidad. Los murmullos cada vez se hacían más presentes, sus pesados párpados empezaron a forzar su despertar, el pesado olor a sangre mezclado con hierbas medicinales le causaban náuseas, su bajo abdomen palpitaba de dolor. ¡Es normal, acabo de dar a Luz! O al menos eso pensó ella. Parada frente a ella, chrisma parecía discutir ansiosamente con un señor ya pasado de edad. Finalmente, las palabras no deseadas salieron a relucir de los labios del señor. Su mundo no solo dio un giro. La gravedad que la sostenía sobre la tierra ya no existía. ¿Cómo podría reaccionar ante tal situación? —¿Qué? ¿Qué estás diciendo?—Su débil voz solo pudo pronunciar esas palabras provenientes del shock causado. MINUTOS ANTES … Cansada, estresada, preocupada, pero determinada a coser la herida, después de la Cesaria, chrisma estaba ansiosa por la tardanza del sanador, su concentración fue interrumpida por su hija—¡Madre, algo está mal! —¿Qué? ¿Qué pasa?—Pregunto, perdiendo el juicio. La bebé, en brazos de camill, era una hermosa niña, con cabellos plateados, piel blanca y rosada. Era muy pequeña para poder abrir sus ojos, pero sus mejillas eran más rosadas de lo normal. —¿Por qué no deja de llorar?—Cuestionó camill preocupada. La desesperación de chrisma se posó sobre ella, después del parto el sangrado de Valían empeoró, tuvo que saturar rápidamente, dejándole sin el tiempo necesario para revisar el estado de la bebé. —¡No puede ser, tiene fiebre! ¿Por qué? Al despojar la colcha, manchas rojas sobresalían de ella ¿Qué? ¿De dónde proviene esta sangre? Las manos de chrisma estaban llenas de sangre proveniente de la madre, la esperanza de que fuera sangre de Valían, fue descartada por un corte ensangrentado en la parte baja de la pequeña costilla de la bebé. La herida no parecía ser grave, se trataba de un pequeño corte, sin embargo, la ubicación del corte era el problema, sin mencionar, que para un ser, tan pequeño, un corte como ese representaba la muerte… —¿Cómo puede pasar por alto esto?—La culpa y el remordimiento la invadieron, ella era la responsable de la salud de la pequeña niña, al observar las manchas de sangre en la colcha, no había duda, el grosor de la colcha era exagerada, impidiendo que la sangre derramada se filtrara por ella. Ya habían pasado más de cuarenta minutos desde que la bebé había respirado aire por primera vez, el corte en ella, era debido al cuchillo que atravesó el vientre de su madre, lo cual fue hace más de una hora, si solo lo hubiera descubierto antes, el estado de la pequeña niña sería estable. La desesperación la invadió, sin saber qué hacer, sus lágrimas se desbordaron. —¿Qué hago? ¿No sé qué hacer? El chirrido de la vieja puerta le regreso un poco la estabilidad. Por ella cruzo el tan esperado sanador. Su vieja vista se vio empañada al ver tal desastre, una señora con una bebé en manos, otra joven acostada en una mesa y el asfixiante olor a sangre por todo el lugar. El hombre rápidamente dio orden de poner a la bebé junto a su madre para sanarlas antes de que fuera muy tarde. El Ruidoso sitio lleno de llantos rebosantes de un bebé, se vio gélido al contacto con el silencio, el rostro de los presentes se volvió pálido, la bebé no estaba llorando. Entrando en pánico dijo ¡No puede ser, haga algo la bebé! ¡La bebé no está llorando! La luz invocada del hombre, encegueció sus ojos, Pasado unos diez minutos, poco a poco la luz empezó a desvanecerse. El tétrico rostro del hombre dio a entender lo peor, el corazón de todos, se relajó al escuchar sus primeras palabras. —¡Hice todo lo que pude! La mujer mejorará pero… El hombre hizo una pausa para tomar aire antes de seguir con sus palabras. Entrando en sí. Por fin empezó a recuperar la conciencia, el bullicio de sus allegados hacían eco en ella. —¡Doctor! … ¿Debe de estar bromeando?— Dijo chrisma exaltada. —¡Lo siento! ¡Pero la bebé no lo logro! Mi más sentido pésame. Tal vez no era el mejor momento para haber recuperado la conciencia. ¡Debo estar escuchando mal! Pensó. Para recuperar su estabilidad, pregunto por las palabras ya dichas por el sanador. Era una criatura inocente, parecía simplemente dormir. Su mundo estaba a punto de derrumbarse. El aire se escapaba de sus pulmones y su corazón latía fuertemente de los nervios. Nadie respondió su pregunta anterior, volviendo a preguntar esta vez dijo. —¿Está mintiendo? ¿Es mentira? ¿Ella está bien? ¿Solo está durmiendo? ¿Verdad?—Ante el silencio de los demás, una sonrisa se vio reflejada en ella.—¿Es mentira?—Sus palabras parecían estar en desacuerdo con su rostro, una sonrisa que parecía desear que todo fuera una mala broma y su rostro lleno de terror y lágrimas. Fue en ese momento dónde su alma se fracturó en piezas imposibles de volver a unirse. CONTINUARÁ…
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