Capítulo 4. ¿Un delito?, esto no tiene nada de ilegal.
Alexander
Estoy atrasado para la reunión de directorio, tengo veinte llamadas de Alice en mi teléfono solo me queda cerrar los ojos y lamentar el momento en que acepte que ella se meta en mi vida, mi familia espera que pronto me comprometa y me case, un heredero es lo que ansían con desesperación, tengo 28 años y no me interesa el compromiso y mucho menos el matrimonio, pero para que me dejen en paz, acepte comenzar una relación con ella, al menos no tengo que darle explicaciones y puedo seguir con mi vida sin problemas, pero veinte llamadas, está vez se excedió y debo decírselo, no quiero tener que arrepentirme de mi decisión.
Debo pasar primero por mi oficina, tenemos un serio problema con la fabricación de un producto especial para la seguridad nacional, el modelo a presentar no paso la prueba básica, estás cosas nunca deben pasar, así que ahora me toca poner a prueba todo mi conocimiento para hallar el problema.
Estoy sentado en mi oficina observando las esposas dañadas, llevo varios días sin dormir y necesito una pequeña cabeceada antes de caer rendido por el estrés, no estoy seguro la verdad, pero mi cuerpo no aguantara más la presión, cierro los ojos y pierdo noción del tiempo que pasa, siento la puerta abrirse, nadie ingresa a mi oficina sin mi permiso, debe ser Alice o quizás Neri mi secretaria, abro mis ojos pesadamente, las cosas que siguieron a continuación ocurrieron demasiado rápido, cuando me doy cuenta de todo ya me encontraba esposado a la silla, no era ninguna de las dos la que había ingresado, sin previo aviso una señorita a la que no había visto nunca y de eso puedo estar seguro, pues la recordaría, definitivamente lo haría. Entró y cerró la puerta detrás de ella, al parecer debió colocar el seguro, por lo que acaba de hacer, no comprendo lo que trama, pero no me parece nada gracioso. Si fueron mis amigos los que la enviaron, no es el momento oportuno, definitivamente necesito algo como esto, pero no es el momento oportuno, para empezar, estoy en la oficina y para terminar, me esperan en una reunión a la que ya debo estar llegando tarde. Solo quería descansar cinco minutos, es lo único que necesito para hacerlo, siempre a sido así, nunca esperé que ocurra todo esto en ese tiempo. ¡carajo!
-- ¿Se puede saber quién eres? – le pregunto, la verdad es que la chica no está nada mal. No es una belleza, como a las que estoy acostumbrado, pero no está nada mal, la veo acercarse y mirar a todos lados, es como si estuviera buscando algo, pero sinceramente no tengo idea de que es, ni tiempo para averiguarlo, muevo mi silla hacia atrás para intentar que quite las esposas, solo espero que pueda hacerlo, porque está mujercita tomó las esposas que estaban sobre la mesa, y son las mismas por las que solicite una reunión de emergencia, porque son las que tienen un serio problema en su fabricación.
-- ¿Acaso te volviste loca? – le pregunto, pero parece no escucharme o mejor dicho parece que pretende ignorarme, no tengo la menor idea de quien sea y que pretenda, pero pienso que su jueguito se está comenzando a salir de control, soy un hombre ocupado y no tengo tiempo para estás estupideces,
-- ¿Sabes qué esto es ilegal? – le pregunto, intento que se de cuenta que está cometiendo un delito, al menos así podré hacerla que entre en razón,
-- ¿Un delito?, esto no tiene nada de ilegal – me dice, y creo que voy a reír al oír tremenda idiotez,
-- ¿Podrías decirme en que parte de tu cerebro pensaste que esto no es ilegal? – le pregunto, y ahora comienzo a pensar que una idiota se atravesó en mi camino, por su cara estoy seguro de que ella piensa que lo que está haciendo es totalmente legal, lo único que me faltaba, tener que lidiar con una tarada, si fueron mis amigos, tengan por seguro que los demandare. De pronto el sonido de las sirenas, por fin Neri hizo su trabajo,
-- “Somos de la policía, le recomiendo que salga con las manos en alto” – bien que maravilla, al menos tener una empresa de seguridad sirvió de algo, solo han pasado cinco minutos y la policía de seguridad ya se dio cuenta que ella está adentro de mi oficina. Ahora siento lastima por ella, no me gustaría estar en su pellejo, la veo observarme detenidamente, incluso la veo mirar mi anillo de graduación, a lo mejor es una ladrona y está revisando que puede llevarse de valor,
-- ¿Qué vas a hacer?, parece que está vez estás metida en un serio problema – le digo en tono de burla, pero parece que eso no le gusta nada, porque ella comienza a desabotonar uno por uno los botones de mi camisa, está tan cerca de mi que puedo sentir su respiración agitada mientras lo hace, puedo darme cuenta de que está nerviosa, creo que es el momento de actuar,
-- ¡Estás demente!, ¿qué pretendes hacerme? – le comienzo a gritar, mis ojos se burlan de ella, aunque estoy algo nervioso uno nunca sabe, que pasa si esta loca intenta hacerme algo malo, así esposado como estoy no podré defenderme, he oído de locas que han causado daños irreparables en algunos hombres,
-- Tiene cinco minutos para salir, ¡si no quiere que tiremos abajo la puerta! – otra vez el policía, ese mensaje fue el más alentador que escuche hasta el momento, y el que me dio más ganas para continuar burlándome de ella,
-- Aja, ¡ahora sí estás perdida! – le digo, pero la verdad es que luego me arrepentí de hacerlo, porque veo salir todos los botones de mi camisa volando por todos lados, mi oficina es grande y los botones desaparecieron de mi vista,
-- Te volviste loca, ¿sabes cuánto cuesta está camisa? – le grito, no me importa la camisa ni tampoco el precio, podría comprar cien camisas más, pero la humillación de que una mujer la rompa de esa manera mientras me tiene esposado no podía permitirlo, de pronto me pareció escucharla susurrar algo sobre mi cuerpo, ¡carajo!, está es la primera vez que me puse en la posición de una mujer abusada, ¡en serio! que me senti en desventaja ante está pervertida,
-- ¿Quieres abusar de mí en solo tres minutos y medio? Si que eres una demente – había llevado el tiempo desde que el guardia de seguridad dijo que entraría y ese tiempo era el único que le quedaba, la veo pensar por un segundo y como si se diera cuenta que realmente estaba perdida, la loca rompe su vestido, solo que parece que utiliza demasiada fuerza, la verdad es que no pensé nunca que llegaría a ver algo tan sensual en el cuerpo de una pervertida,
-- ¿Wau, sí que estás loca? – y tampoco pensé que una mujer así pudiera causarme tanta excitación,
-- ¿Qué haces? – todo paso demasiado rápido, ella metió su mano adentro de mi pantalón luego de abrir el botón y bajar el cierre, se montó sobre mi a horcajadas, cuando la puerta de mi oficina fue abierta sus labios estaban sobre los míos, lo único que pude oír fue la voz de Alice reclamando,
-- ¿Qué está pasando acá? – en ese momento las veinte llamadas aparecieron en mi cabeza, está era la mejor escusa que tenía para terminar mi relación con ella, podía aprovechar esta situación a mi favor, además los labios de esta mujer estaban deliciosos, no solo eso, su mano se quedo adentro y presionaban mi m*****o provocando que esté despierte sensaciones y envíe señales claras de querer continuar lo que ella misma había comenzado, así que yo mismo soy quien continuó con el beso,
-- ¿Alexander? – escucho y siento que está mujercita quiere terminar con el show, pero no pienso permitírselo, ella comenzó y no pienso dejarla que lo termine, sentí varios sonidos de cámaras mientas nos besábamos, no se quienes han entrado a la oficina, pero estoy seguro de que está noticia pronto saldrá publicada en las redes soci4les, es el precio por ser quien soy, lo sé.
Cuando siento que piensa levantarse la apretó contra mi cuerpo, acaso se volvió loca, puedo soportar que las personas vean mi pecho desnudo y una mujer sobre mi cuerpo, pero nunca permitiré que me vean con el m*****o erecto, eso nunca.
-- No se te ocurra levantarte – le digo y la vuelvo a besar, debo distraerla y esto es lo mejor que se me ocurrió, además su beso estuvo genial, eso sin mencionar que serviría para romper definitivamente con Alice. ¿Qué quedo como patán?, pues definitivamente, sí.
-- ¡Alex! – bueno eso fue suficiente, tampoco quiero que Alice la pase peor. Me alejo de como quiera que se llame y largo a todos de mi oficina, nunca esperé que está mujercita levante la mano y muestre a todos las putas esposas, ¡carajo! Ahora todos sonríen como idiotas, por suerte la relación entre Alice y yo se mantiene en secreto en la empresa, sino quedaría como el hazmerreír de todos, después me disculparé con ella, pero ahora debo solucionar el problema que tengo adentro de mis pantalones, porque me comienza a doler.
-- Largo he dicho –
-- ¡Afuera! –
Cuando todos han salido observo a la mujer de pie a mi lado, estoy tan cabreado, en estos momentos podría darle unas nalgadas para darle su merecido, pero no estaría tan seguro de que fuera un castigo para una pervertida como ella.