Capítulo 3. ¿Debes tener más de una llave para estás esposas no?
Sigo por instinto su movimiento y puedo ver semejante bulto debajo de ese cierre, había olvidado que tuve mi mano metida ahí y pude sentir también su hombría, cierro los ojos para no verlo, podría jurar que lo vi sonreír antes de quedar sin visión, pero eso ahora no me importa.
-- ¿Dónde tiene las llaves de las esposas? – le pregunto, me imagino que, si es una empresa de seguridad, deben tener muchas llaves que puedan abrir estás esposas, mi muñeca estaba comenzando a dolerme,
-- Pues déjame decirte que fuiste tú quien lanzo la llave muy lejos de mi vista – me dice y eso ya lo sé, no soy tonta, pero debe haber muchas llaves más que abran estás esposas, tampoco soy idiota y lo sé,
-- ¿Y? no eres el dueño de una empresa de seguridad. Debes tener más de una llave para estás esposas ¿no? – se cree que soy idiota,
-- Para tu mala suerte, no existen otras llaves para estás esposas – cuando dice aquello, comencé a reír como loca, estaba segura de que todo era una broma, ¿Cómo no habría otras llaves para abrir estás simples esposas?, eso no se lo creería ni su propia madre,
-- Eso es imposible, todas las esposas deben tener varias llaves, así como los candados o las cerraduras comunes, acaso crees que soy idiota, todas esas se abren con la misma llave. Yo lo he visto en la televisión – le digo, he visto mil películas de policías y todos abren las esposas con la misma llave,
-- ¡Así!, pues que bien que te guste ver a pervertidos en la pantalla, pero estás esposas están con falla de fabricación, por eso las tengo acá, para investigar donde se encuentra la falla, además solo una llave las podía abrir, y pudiste darte cuenta cuando intentaste abrirla, acaso no viste la cara que puse cuando lo lograste, y la que puse también cuando vi como te la ponías – pienso que ahora sí estoy en problemas, esto que acaba de decir podría ser posible, recuerdo haber visto aquello que dice, claramente vi ambas caras y pensé que estaba loco, y también me costo trabajo abrir la esposa con la llave como él dice,
Caminé junto a él hasta una puerta detrás de su sillón, me imagino que debe ser el baño, pero que querrá hacer este hombre ahí, mil cosas comienzan a cruzar por mi mente, siento como mi rostro comienza a sonrojarse, no permitiré que entre a donde pienso que quiere entrar,
-- Oiga señor, si piensa que lo voy a acompañar al baño, está muy equivocado. No soy esa clase de mujer, ni ninguna pervertida como piensa, yo soy una chica decente – comienzo a decir,
-- Ja, ja, ja. Una chica decente que hace lo tú que has hecho. No me hagas reír – me dice, y jala de mi mano,
-- Ya se lo dije, usted no es a quien buscaba. Y por último, fueron ustedes los que arruinaron mi vida. ¿Cómo pueden cancelar las becas sabiendo todo lo que pasamos para obtenerlas, acaso no sabe que concurse y luche por ella?, solo me faltaban cuatro meses para terminar mi carrera, ¿Qué clase de personas mal nacidas son ustedes, acaso son inhumanos sin corazón? – le grito indignada y me pongo adelante de esa puerta, quiero estirar mis brazos para detenerlo, pero solo logro estirar uno, el que tengo libre. Mi otro brazo no puedo estirarlo, porque este patán me lo impide, de ninguna manera permitiré que pase lo que quiere hacer, ya no me importa que se vea mi ropa interior, ni siquiera me importa la poco dignidad que me queda, no iba a dejar que entre a donde sea que quiera entrar.
-- ¡Quítate! – me dice
-- Pues no – grito, esta loco si piensa que me voy a mover,
-- En realidad sí que eres una demente – le escucho decir cuando me da un jalón a la mano que compartimos con las esposas, en ese momento sentí un fuerte dolor en mi muñeca y tuve que hacerme a un lado, estoy segura de que si no lo hacía, me hubiera quedado sin mano.
-- ¡Eres un idiota! – ya no me importa que sea el dueño de esta empresa, o el presidente del país, ni siquiera me importa que sea el mismísimo super héroe de mi serie favorita, en este momento iba a darle una patada en los huevos porque se lo merecía, levante mi pie cuando el tipo abre la puerta y logré ver una habitación de lujo frente a mis ojos, este tipo se volvió loco pensé, este hombre cree que, porque me monte sobre él a horcajadas y lo bese voy a entrar ahí con él, está loco de remate,
-- Acaso te volviste loco. Sí pretendes que yo voy a entrar a esa habitación estas muy equivocado, ahora me doy cuenta de que el pervertido eres tú. ¡Auxilio!, ¡ayuda!, ¡alguien que me ayu…! -- no pude terminar de hablar, sentí como me levantó en sus brazos y me llevo hasta esa cama, incluso los dos caímos sobre ella, mi mano esposada no tenía movimiento pues él la dominaba por completo y la que tenía libre estaba peor, porque este desgraciado me la sujeto y la inmovilizo sobre mi abdomen debajo del suyo, sus labios estaban sobre los míos callando mis gritos, no me está besando solo estaba intentando que no hable,
-- ¡Cállate! – me dice entre dientes, su boca estaba sobre la mia y me cuesta trabajo hablar, pero lo escucho y le entiendo muy bien lo que me dice, incluso puedo darme cuenta de que suena a amenaza, claro como estamos en su empresa este hombre cree que puede hacer lo que quiera, pero no dejaré que se salga con la suya, todos me han visto subir, me han tomado fotos, si algo me pasa, sabrán que fue él, debo recordárselo para que no se pase de listo,
-- ¿Qué quiere? – le pregunto,
-- Quiero que te calles, eso quiero – me dice,
-- Sabe que todos saben que estoy acá. Si algo me pasa, sabrán que fuiste tú – le digo, él se aleja un poco de mí y me observa fijamente, veo sus hombros y me doy cuenta que tiene un rasguño pronunciado muy cerca del cuello, no sé cómo paso, pero no recuerdo habérselo hecho, pero si fui yo, bien merecido se lo tiene, apenas se aleja un poco aprovecho para sacar mi mano, pero la sujeta y la coloca arriba de mi cabeza, ahora tengo mis dos manos arriba de mi cabeza, debo verme muy patética, vine a vengarme de esta empresa por haberme quitado la beca y acá estoy sometida en una cama, debajo del CEO y dueño semi desnudo, luego de haber sido fotografiada y encontrada montada y esposada sobre él, con mi vestido roto.
-- ¿Qué me miras?, ahora debo parecerte muy patética ¿verdad? – le digo, mi rabia se está transformando en humillación y eso no puede pasar, no puedo sentirme así, siento que mis ojos comienzan a cristalizarse y toda la determinación que tuve al venir comenzaba a abandonarme, aspiré todo el aire que pude, no iba a rendirme tan fácil no podía, no debía, tenía que aguantar, cuando de pronto sentí como sus labios bajaron hasta los míos y me beso, su beso está vez se sintió diferente, no se que me paso, no se que fue lo que estaba pensando, pero le respondí, en ese momento me olvide de todo, y de todos. Me olvide por completo de David, me olvide del lugar donde estaba, me olvide que había perdido mi beca, y que el hombre que me besaba era el culpable de ello.
Simplemente me perdí en sus besos, en sus caricias, en el placer que sentí en ese momento…