Emilia: ¿Llegaste bien, amor? —Suena tan lindo decirle así. Felipe: Si, amor, aunque debo confesar que estoy cansado. Se siente el peso de la semana los viernes —Lo entiendo a la perfección. Emilia: Es verdad. Por ahora no quise decirles nada a mis padres, lo haré mañana temprano, antes que llegues, para evitar que te involucres en esto —digo apenada. Felipe: Emilia, todo lo que tenga que ver contigo me concierne. Si necesitas decirlo cuando esté en tu casa, para que tu madre no te ataque con todo el arsenal, hazlo y yo te ayudaré a sopesarlo, ¿sí? —asevera y mi corazón bombea a mil por hora. Emilia: Mmm, no sé cómo me estaría tomando todo esto si no estuvieras conmigo. Gracias, amor —Qué rica sensación tengo en el pecho. Felipe: Descansa, amor y no pienses tanto. Pero, sueña conmigo,