Hemos conversado de todo un poco. De la vida, los amores, los desamores, ideas, proyectos y metas, hasta que en un momento veo que Felipe se pone de pie y me extiende la mano, la cual acepto y me pongo de pie junto a él. Caminamos en silencio hacia la orilla del río tomados de la mano y cuando llegamos a la orilla, me gira para quedar frente a mí, aferrándome a su cuerpo y tomándome por la cintura con uno de sus brazos. Con su otra mano me toma por la nuca suavemente y me acerca a él, para besarme suavemente, pero el beso se va tornando cada vez más intenso. Su lengua recorre mi boca y con sus labios exige mi lengua, para luego succionarla sin separar nuestros labios. Levanto mis brazos y entrelazo mis dedos detrás de su nuca, mientras siento que su mano recorre mi espalda con la yema de