Cuando llegamos al hotel mande un mensaje al maestro avisando que el trabajo estaba hecho. Getto se metió a bañar primero. Me quite el maquillaje con el líquido especial que había hecho, quite los implantes y las lentillas. Aún podía sentir las manos de Luigi en mi cintura y oler su colonia en mi ropa. Ese hombre era peligroso y aparentaba no serlo. Su actitud siempre fue la de un lobo feroz cazando, controlo la situación y domino a los dos hombres, y ellos ni siquiera se dieron cuenta. Me quité la ropa y me puse la bata. Getto salió del baño y entre yo enseguida.
Me miré al espejo y decidí no quitarme el tinte del cabello. Me bañe rápido y me envolví en una toalla, seque mi cabello con otra. Lave mis dientes con el antídoto y quite el barniz de mis uñas.
Mire mis ojos en el espejo y estaban un poco dilatados. Solté un suspiro. El Rohypnol estaba reaccionando con el veneno de los siete días. Sali del baño y agarre mi neceser, lo abrí y cheque los frascos de 2 onzas que tenía ordenados y etiquetados. Agarre el frasco con un líquido azul y lo bebi todo. Getto llego a mi lado y levanto mi barbilla.
_ Te drogo _ quité mi cara de su mano, puse el frasco vacío en el neceser y lo cerré
_ Rohypnol. No fue una gran cantidad, era mínimo lo que ponía en cada bebida, pero tuvo reacción con el veneno Siete días. Para mañana estaré bien, no te preocupes _ Me volteé de golpe y le di un puñetazo en el estómago, Getto se dobló del impacto y retrocedió poniéndose en guardia_ Es la primera y última vez que cometes un error de esta magnitud. Esto _ toque su pecho con mi dedo y después toque mi pecho con el mismo dedo _ son nuestras vidas Getto y dependemos de la exactitud de la información que tú nos brindas. ¿Quedo claro? _ Asintió aun en guardia
Lo mire fijamente y se fue relajando cuando vio que estaba relajada _ Lo sé _ mire sus manos y tenía los puños apretados _ te pido una disculpa, Deianira _ hizo una leve inclinación con la cabeza y los hombros _ no volverá a suceder _ Su cara era de piedra, una piedra fina y hermosa, la ira que intentaba disimular marcaba las facciones en su rostro.
Me acerque a él y lo abrase, al principio estaba tenso, pero después se relajó en mis brazos y me rodeo. Nos separamos y seguimos como si esta conversación jamás hubiera ocurrido.
_ No me imagine que las drogara _ dijo Getto _ las mujeres se veían bien cuando salían del hotel, aunque se veían un poco desorientadas
_ Eso era porque la cantidad que les proporcionaba por bebida no era la gran cosa, ellas podían reaccionar por sí mismas, pero si las afectaba en cierta medida, al día siguiente probablemente no recordaron nada o eran recuerdos borrosos.
_ Así que no afectaba ni su salud ni su razonamiento _ dijo Getto sentándose en el sillón, los platos de la comida ya estaban en la mesa de centro.
_ No, es una medida de prevención y para protegerse a sí mismo _ Getto sonrió y se metió la cuchara llena de comida a la boca
_ ¿Getto?
_ Mmmmm… _ dijo aun masticando
_ Quisiera mañana ir a dar una vuelta _ le dije
_ Está bien ¿A dónde vamos?
_ Sola _ Getto levanto la mirada del plato y me miro
_ No es bueno que salgas sola _ dijo con calma
Asentí
_ Lo sé, pero quiero un momento yo sola, en unos meses me voy a casar y no voy a poder disfrutar de la vida como siempre, quiero salir y pasear como una persona normal sin las ataduras de la mafia_ le dije
_ Bien, pero debes de estar aquí al anochecer o perderemos el vuelo
_ Lo sé, estaré a tiempo para ir al aeropuerto _ Getto asintió y seguimos comiendo.
Sali temprano en la mañana y di una vuelta por el centro de Nueva York. Aún tenía la sensación de Luigi, no podía sacármelo de la cabeza, era un riesgo demasiado elevado y más ahorita que probablemente por mi matrimonio con Agostino tendré más contacto con él. Ayer hice una investigación minuciosa de la Cosa Nostra. Es un hombre prometedor, excelente en la política, muy parecido a su padre y como él dijo: Él no amenaza, él negocia.
Las amenazas que lanza son como una persuasión, si la persona lo rechaza, es su sentencia de muerte. Pero según los rumores es un hijo de puta que le gusta matar. Siempre tiene una apariencia tranquila y relajada, es muy raro cuando levanta la voz o pierde la compostura.
Camine por las calles pensando en la información de ayer e inconscientemente (tal vez) termine en un restaurante dirigido por la Cosa Nostra, donde normalmente él esta con su amigo, dueño del lugar; decidí arriesgarme y entre. Una hermosa y joven mujer me recibió y me guio a una de las mesas que estaban junto a la ventana.
Tome asiento y cheque el menú, hice mi pedido del platillo del día para que lo trajera junto con la cuenta
Mire por la ventana y observe pasar la gente por la calle, cada quien, en su propio mundo, yendo a trabajar, al gimnasio, a visitar a su familia; un mundo de personas con miles de pensamientos, diferentes modos de vida; más fácil, más difícil que la mía; rica o pobre; tan solo...
Pensé con nostalgia que pronto estaré casada, viviendo bajo el dominio de un hombre que está más podrido que yo misma.
Siempre me he sentido sola, mi padre me mando lejos a un lugar con gente extraña, que no hablaban mi idioma, sufrí de acoso constantemente por mi apariencia y lloré mil veces hasta quedarme sin lágrimas, enfriando mi corazón. Aprendí a odiar a la gente, me volví una niña llena de odio y rencor, imaginando como seria si los mataba a todos, tanta rabia acumulada en mi pecho día a día.
Solo queriendo tener algo mío, algo que no me haya sido impuesto ni obligado a ello.
Llego la mesera con mi orden y mi cuenta, asentí en agradecimiento y se retiró. Mire la comida y se veía bien, pero no tenía hambre. Repentinamente sentí un hormigueo en mi nuca y volteé a mirar el asiento enfrente de mí, Luigi Giordano me miraba con esa mirada fría, pero vacía, con una falta de emociones que me daba curiosidad por saber que había dentro de ellos, hoy sus ojos no se veían tan oscuros como anoche, eran un azul fuerte, pero profundo. Él solo me observo, sin decir nada.
_ ¿Puedo hacer algo por ti? _ pregunte con una voz suave, pero curiosa. Él no sabía de mi yo de anoche, siempre he sido minuciosa con mis disfraces, jamás utilizo la misma apariencia dos veces. Hoy mi cabello caía en ondas, pero libre de sus ataduras. Mi piel era más clara que ayer, mis ojos eran café oscuro, puse un poco de pecas en mi cara con un maquillaje ligero y por supuesto, modifiqué mis facciones, incluso de mi cuerpo, que lo puse un poco más ancho de como normalmente soy.
_ Si. Desde que llegaste solo has visto pasar la gente ¿Qué tiene de interesante? _ pregunto.
_ No sabía que estaba mal mirar la gente pasar _ le respondí mirándolo con algo de coquetería.
Hoy no tenía que fingir ser una niña tonta como ayer. Solo alguien común, con problemas, mi pregunta es ¿qué hacia él aquí?
Volví a mirar por la ventana _ No tiene nada de malo. Pero no le encuentro nada interesante ver pasar a un montón de gente de un lado para otro.
_ Ni yo
Sonrió, pero no llego a sus ojos _ No tiendo a ser una persona curiosa, pero tú, tienes algo que llama la atención
_ Así ¿Y qué es?
_ Es lo que voy averiguar _ Nos miramos. Mi celular sonó. Lo saque de la bolsa del abrigo. Era mi maestro, solo había puesto: Bien hecho.
Era hora de volver a casa. Saque dinero del otro bolsillo y lo deje sobre la mesa. Me levante y cuando pase a su lado, me agarro del brazo. Voltee a verlo. Su agarre era fuerte, no sería fácil soltarme sin una pelea, aunque no me hacía daño.
_ Vamos a tener sexo _ Levante una ceja
_ ¿Qué te hace pensar que quiero tener sexo? _ le pregunte curiosa _ No soy de las mujeres que tienen sexo con extraños.
Y menos por el riesgo que conlleva perder mi virginidad, no tanto por el matrimonio, sino por la sangre que perderé en el acto.
Se levanto y mierda, era alto, ayer solamente lo mire sentado, mínimo media 1.85 a 1.90. Mi mirada quedo en su pecho, tuve que retroceder para mirarlo a los ojos. Su mano a un sostenía mí brazo. Nuestros cuerpos se rosaban.
_ Porque tus ojos me dicen que te tome _ Paso su mano por mi cintura _ Rápido y duro. Tus ojos están tan vacíos como los míos _ Susurro contra mis labios _ Una follada calmara mi curiosidad por ti y tu deseo por mí _ Sonreí
_ Deseo ¿Yo? _ Solté una carcajada. Pase mi mano libre por su cuello y lo jale más cerca de mi _ Bien, vamos a satisfacer tu curiosidad y mi deseo por ti _ lo dije con una sonrisa en mis labios y estaba segura que llego a mis ojos. Este hombre, en otro momento, hubiera sido mi perdición. Esto era un grandísimo error, no debería de involucrarme con él y mucho menos follármelo, eso es un gran: Adiós virginidad. Y a lo grande.
Pero para mi sorpresa no me importo, para mí el control lo es todo, he conocido muchos hombres, de todo tipo, hombres que hubiera querido llevarme a la cama, pero siempre recordaba las palabras de mi maestro: Siempre debes de tener control de ti misma o será tu perdición. Perdóname maestro, pero hoy, solamente hoy, quiero tener algo mío, algo que sea mi elección y no mi obligación.
Tardamos más en llegar al hotel y cerrar la puerta de la habitación que cuando ya estábamos uno encima del otro. Me quito la ropa en tiempo récord, me aventó a la cama y se subió encima de mí. Sus manos grandes y cálidas acariciaron mi piel con dureza y prisa, pero sin hacerme daño. No me preocupaban los implantes, no se desprenderían de su lugar ni con agua y mucho menos con saliva. Sus labios calientes besaban y chupaban mis pechos, solté un grito cuando mordió mi pezón derecho, me estaba deshaciendo en sus brazos, no soy puritana, me he masturbado más veces de las que puedo recordar, siempre cuidando mi maldita virginidad.
Se termino de quitar la ropa y puse mis manos sobre él. Acaricie su cuerpo grande y lleno de músculos. Lo besé y mordí sus labios, él soltó un gruñido y yo un gemido cuando sentí sus dedos en mi coño húmedo, y él era muy hábil con sus dedos. Bajo por mi cuerpo besando y mordiendo, acariciando cada parte sin dejar nada sin ser tocado. Grite cuando puso su boca en mi clítoris.
_ Tan hermosa _ susurro contra mi coño. Puse mi mano sobre su cabello y lo agarré, mi respiración se volví más rápida y mi vientre se sentía caliente. Metió un dedo dentro de mí y grité mi orgasmo, siguió chupando y lamiendo mi coño depilado con láser, incrementando mi orgasmo ante la sensibilidad de la piel desnuda, solté otro pequeño grito cuando un orgasmo más pequeño me invadió. Beso mis muslos.
Se acomodo entre mis piernas y levante la cabeza cuando escuche el sonido del empaque del condón romperse. Mire su pene, era grande y estaba circuncidado. Estire la mano y lo agarre, quería saber que se sentía agarrar un pene, con Agostino no me entusiasmaba agarrarlo. Luigi soltó un gemido cuando lo agarré fuerte y empecé a mover mi mano, masturbándolo.
_ ¿Duele? _ le pregunte sin dejar de mover mi mano.
_ No _ gruño, me gustaban sus gruñidos. Mire su cara, tenía los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia atrás. Abrió los ojos y me miro, eran más oscuros y profundos, temblé ante su mirada intensa _ Suficiente, después exploras _ solté su pene con pesar. Luigi soltó una carcajada al ver mi puchero _ juegas con él en la segunda ronda _ Se puso el condón y se acomodó entre mis piernas.
Agarro su pene y lo dirigió a mi entrada, pero antes de que me penetrara agarre su mano y Luigi me miro.
_ Soy virgen, no seas tan brusco cuando me penetres.
Levanto una ceja y el brillo de su mirada cambio.
Me recostó en la cama _ Va a ser doloroso _ me dijo. Acomodo su pene en mi entrada de nuevo. Me miro y asentí. Se metió de una sola embestida y grite, el dolor me invadió. Luigi me acarro las caderas y no se movió dejando que me acostumbrara a su longitud y calmando la picazón del dolor.
_ Maldición, estas, tan, apretada _ me beso los pechos, el cuello y después mis labios que abrí para profundizar el beso.
_ Muévete _ dije entre besos _ estoy bien _ me miro con duda, lo rodee con mis piernas cambiando el ángulo, entro más profundo y jadee _ Muévete _ volví a decirle. Esta vez me hizo caso y empezó a moverse rápido y duro, el sonido de nuestros cuerpos chocando sonaba por toda la habitación. Mis gritos y sus gruñidos combinados por el intenso placer que sentíamos. El dolor paso a segundo plano, era puro placer lo que sentía, lo abrasé y mordí su hombro izquierdo cuando me vine duro. Él no ralentizo sus embestidas, cada vez iba más rápido. Acaricie su espalda y sus nalgas, rodee su cuello y lo jale para un beso que él respondió con entusiasmo.
Puso su frete contra la mía, podía sentir su respiración en mi cara y mire su hermoso rostro lleno de placer mientras se corría en mi interior, cerré los ojos y rasguñe sus hombros cuando me corrí de nuevo provocado por su propio orgasmo. Dejo caer su peso sobre mí, aplastándome, pero me gusto, sentir su cuerpo desnudo y cubierto de sudor contra el mío. Beso mi cuello cuando nuestra respiración se ralentizo.
_ ¿Duele? _ pregunto contra mi cuello
_ No _ respondí. Se levanto sobre sus codos y me miro
_ ¿Segura? no creo poder ser suave en la segunda ronda.
_ No fuiste suave en la primera _ Sonrió _ Me gusto y no quiero que seas suave _ le dije mordiendo su labio.
_ Bien _ susurro contra mis labios hinchados por sus besos.
Perdí la cuenta de cuantas veces me corrí y de cuantas veces lo hicimos. Mire el cielo por el ventanal, ya estaba oscuro. Era hora de irse. Luigi dormía a mi lado y mire su rostro relajado, si me movía, se iba a despertar y tenía que irme sin que se diera cuenta. Estaba acostado prácticamente arriba de mí. Agarre la pulsera que tenía en mi mano izquierda, moví un poco el tejido y saque la pequeña aguja que estaba escondida entre el tejido. Acaricie su cabello, me moví y me puse de lado para mirarlo de frente, espere, pero no se despertó. Deje caer la aguja en su nuca en un solo movimiento, ahora su cuerpo relajado cayo flácido.
Abrí mi corset y saque el antídoto del veneno en mi sangre, le inyecte la pipeta en las venas a Luigi para que no le afecte el veneno en mi sangre. Saque un pequeño espray del antídoto en líquido y lo heche sobre las sábanas donde la sangre de mi virginidad había quedado, con eso será suficiente para que el veneno se elimine
Mire a Luigi.
_ Gracias por darme un poco de libertad. Cuando nos volvamos a ver, no sabrás quien soy y eso, será lo mejor.
Agarre mi ropa y la cambie al reverso, la ropa que utilizaba para mis trabajos estaba manipuladas, tenían doble cara, podía entrar a un lugar como una y salir como otra. Me vestí, cambié mi peinado y salí tranquilamente. Camine a la puerta que daba a las escaleras y baje los pisos hasta la puerta de salida de emergencia.
Nadie me vio salir.
Regrese con Getto que me miro y levanto una ceja. Me metí al baño ignorándolo, volví a cambiar mi apariencia, cuando estuve lista, Getto me esperaba con las maletas echas. Salimos rumbo al aeropuerto. Cuando miré las puertas del aeropuerto me detuve antes de entrar.
_ ¿Estás bien? _ me pregunto Getto. Miré sobre mi espalda y sonreí.
_ Si _ abrí las puertas y entre. Pronto estaré saliendo en otro aeropuerto siendo yo misma y a la vez no. Pero con un bonito recuerdo en mi corazón dañado y solitario.