Capitulo 5 -Inicio Segunda Parte

2564 Words
El capitán anuncio el descenso del avión. Getto que estaba parado se sentó a mi lado y se abrocho el cinturón de seguridad. El avión pertenecía a mi familia, era uno de tantos y la pista donde aterrizaríamos era privada, solo miembros de la mafia podían aterrizar aquí y con permiso del Don, con la muerte de RuSlan la seguridad era muy estricta y mi seguridad era de máxima prioridad. Aterrizamos y mire pasar la pista hasta que el avión paro. _ Que comience la fiesta _ Dijo Getto divertido antes de pararse y empezar agarrar las maletas. Me levante. _ Si, que empiece la fiesta _ dije. Getto soltó una carcajada. Getto bajo primero en su papel de guardaespaldas. Danilo ya me estaba esperando abajo junto a una hommer con vidrios polarizados de color n***o, otros dos autos esperaban un poco más lejos. _ ¡¡Danilo!! _ grité y corrí a sus brazos cuando termina de bajar las escaleras. Me atrapo y dio giros conmigo. _ Benvenuto, bella (Bienvenida, hermosa) _ Me soltó y acaricio mi mejilla con cariño. Miro detrás de mi _ Getto_ saludo Danilo. _ Danilo _ respondió Getto. Getto ya era conocido por la familia, siempre me acompañaba en todas las ocasiones que tuve que venir de visita ya sea por alguna fiesta, una boda, las festividades o el nacimiento de mi pequeño hermano Enrico. Mi madre lo tenía en gran estima. Getto subió las maletas en la hommer mientras yo me acomodaba en la parte trasera junto con mi hermano, Getto se acomodó en el asiento delantero y salimos justo después de que avanzó uno de los autos que estaban más adelante quedando el nuestro en medio. Mire las calles pasar de Las Vegas. Hacia un maldito calor del demonio, gracias a dios mi crema con protector solar me protegía la piel, si no, estaría chillando al anochecer por las quemaduras. La casa de mis padres estaba en la prestigiosa comunidad del enclave summerlin. Era una de las zonas ricas en las vegas nevada y era la casa más grande. Su casa era realmente una verdadera arquitectura, tal y como le gustan a mi padre. Tenía casi de todo, con esta casa, ni quien quisiera ir a una sauna o un club cuando aquí lo tenías todo. Cuando llegamos el portón se abrió y los autos se deslizaron dentro de los muros que separaban al Don de la familia Parisi con la civilización. Mi padre se tomaba muy enserio su seguridad, en cada esquina de la mansión había mínimo dos guardias, armados. Y no lo culpaba, después de lo de RuSlan, todos estaban muy tensos, esperando quien iba a dar el primer golpe. Avanzamos por un camino rodeado de grandes árboles, pude ver la fuente que tanto me gustaba de pequeña. Cuando llegamos a la mansión, lo primero que vi fue la alberca que adornaba el pateo, era grande y perfecta para nadar por las mañanas. El automóvil se paró a un lado del vestíbulo de entrada con postes altos y techos diseñados para impresionar a sus invitados. Me baje del auto y camine al vestíbulo, las puertas de madera se abrieron y salió Denisse a toda prisa directamente a mis brazos. La atrape y gracias a la mano de Danilo en mi espalda no terminamos besando el piso. La sostuve mientras lloraba, le acaricie la espalda, consolándola, yo también termine llorando, pero más disimuladamente. Cuando por fin nos calmamos, miré a mi madre, que esperaba pacientemente parada en las grandes puertas de madera que conducían a su casa, una casa de la cual yo fui excluida siendo apenas una niña. Aunque vine a verlas en varias ocasiones el sentimiento no era el mismo, no me sentía parte de esta casa, hace mucho tiempo que dejé de sentirla un hogar al cual podía regresar después de un día agotador. Hice de mi casa Hong Kong y era un dolor sordo en mi pecho el saber que no podre regresar durante mucho tiempo. _ Mamma _ dije, con la voz entrecortada por el sentimiento, una silenciosa lagrima cayo en mi mejilla al recordar a mi hermosa madre. La última vez que la vi fue hace un año cuando asistí a año nuevo y navidad. Me sonrió, esa sonrisa que calmaba mi corazón inquieto cuando escuchaba los rumores que las demás familias decían de mí; una abominación. _ La mia bella ragazza (Mi niña hermosa) Dijo con lágrimas en sus ojos. _ Por fin has regresado a casa. Que ironía, regrese para irme de nuevo. Entre en sus brazos cuando ser acerco a mí y respire su olor a rosas, un recuerdo que aún permanecía en mi memoria. Nicoletta Parisi era una de las mujeres más respetadas de la Camorra, no solamente por ser la esposa del Don, sino porque era una auténtica italiana y llevaba el control de su casa con gracia y delicadeza, pero siempre firme y digna con su personal. Las mujeres venían a ella por consejos y tenía el respeto de los hombres de mi padre por haberle dado un heredero y dos hijas al primer parto y un segundo varón años después. Nos separamos y me miro detenidamente. _ Estas hermosa, has crecido bien, dime ¿Cómo te fue en este último año que te vi? _ Le sonreí. _ Bien, terminé mis estudios y seguí atendiendo mi negocio, mamma _ Le dije _ Entiendo mia ragazza, pero ya estás en casa y aquí permanecerás con los tuyos_ acaricio mis brazos _ Vamos, tu padre está ansioso por verte_ Asentí y dejé que me guiara dentro de la casa con estilo europeo clásico, con puertas francesas y ventanales grandes. Las escaleras dobles era lo primero que veías al entrar, una mesilla de centro de vidrio y un jarrón de flores blancas adornando el pasillo que se extendía en el hueco que dejaban las escaleras en medio. Mas allá se encontraba la sala familiar. Los colores de la casa eran; blanco en sus paredes y madera en sus marcos. Grandes postes con diseños intricados en la base del techo donde se abrían en espirales, rodeaban la sala con sillones de color borgoña y una alfombra color gris. Todo estaba diseñado para combinar y brindar comodidad. La oficina de mi padre se encontraba a la derecha de la sala. A un lado de su oficina estaba otra mini sala con chimenea, de colores que se amoldaban a la casa. Mi madre toco levemente la puerta de madera y abrió la puerta cuando un pase con falta te interés se escuchó dentro. Cuando entramos, mi madre me apretó el brazo con fuerza, como dándome ánimos de ver a mi padre. La oficina de mi padre también combinaba con todo lo demás en la casa, las paredes tenían estantes de madera llenos de libros, una mini sala de estar con su alfombra adornaba el centro de la habitación y detrás un impresionante escritorio de madera se extendía con mi padre detrás de él, sentado en una lujosa silla de oficina. Cuando nos miró, su rostro no mostro nada, pero vi un leve brillo cuando poso sus ojos sobre mi madre que disimulo rápidamente, de reojo vi a mi madre sonreír de lado mostrando un brillo más vivido que el de mi padre. _ Papa _ dije con un perfecto acento italiano y con el mayor respeto. Al principio solo sentía rencor por este hombre, pero entendí su decisión, al ser Don tenía que mantener su posición y para lograrlo no podía matar a su gente por insultar a su hija, que miraban como una abominación. El rencor duro poco, quisa no siento el amor que mi hermana Denisse siente por él, pero tampoco lo odio, es mi padre después de todo. Y sé que hizo lo que hizo por mi propio bien. _ Mia cara, bienvenida a casa _ dijo mi padre Se paro de su silla y salió detrás de su escritorio. Me tomo en brazos cariñosamente y me abrazo, lo rodee con mis brazos y su olor a tabaco y colonia inundo mi nariz; cuando era niña, muchas veces me senté en sus piernas mientras mirábamos a mis hermanos jugar en el jardín, me gustaba recargarme en su pecho y olerlo, nunca me ha gustado en olor del tabaco, pero con él era diferente, aunque no era muy cariñoso, sabía que con él estaba protegida. Hasta el día que ya no pudo hacerlo y me mando lejos. La primera vez que regresé a casa mantuve mi distancia de él y así siguieron los años, hablábamos, pero era mínima la conversación, nunca se despedía de mi cuando regresaba a Hong Kong. Por mi madre siempre me comporte bien y lo trate como mi padre, aunque al principio lo único que quería era mantenerme lejos de él. _ Papa, sigues tan guapo como siempre _ le sonreí con alegría. _ Mia cara, yo siempre seré un hombre guapo _ mi madre soltó una carcajada que alegro a mi padre. _ Sigue diciéndoselo, mia ragazza y se lo va a creer _ dijo mi madre con diversión. _ Ven, la mia bambina, platícale a tu padre tu estadía en Hong Kong, escuche que te va bien en tu negocio. Nos sentamos en la sala y platiqué con el sobre muchas cosas sin mirar el tiempo pasar, algunas eran mentira y otras tenían un poco de verdad, pero nunca le dije mi verdadera vocación; era un secreto que él no tenía que saber. Subí a mi habitación de la infancia, había sido remodelada y ahora era la adecuada para una mujer adulta, ya no había muñecas ni osos de colores, la cama era matrimonial cuando antes era individual, las paredes ya no eran rosas si no blancas, las cortinas no tenían princesas ahora eran de color gris, los muebles también fueron cambiados por otros de color chocolate. _ Te gusta _ voltee a mirar la puerta. Ya la había escuchado venir por el pasillo. _ Si, la remodelaron desde la última vez que vine, pero aún conservo los recuerdos de este lugar, cuando éramos niñas _ Mire a Denisse _ te encantaba escabullirte en las noches y meterte a mi cama a dormir, por las mañanas mamma nos miraba con molestia fingida y a la final terminaba riéndose de tus travesuras. Denisse sonrió con alegría. _ Eran buenos tiempos y son buenos recuerdos _ dijo mirando la habitación como estaba ahora _ Cuando te fuiste, llore sin parar en tu cama, mamma no podía sacarme de aquí ni con ayuda de Danilo. Al final se dio por vencida y me permitió quedarme aquí Sonrió con nostalgia. _ Danilo se escabullía en las noches cuando me escuchaba llorar. Él, nunca derramo una lagrima y tuve que llorar por los dos. _ Debió ser agotador, después de todo regresé unos años después_ le dije. Denisse asintió _ Lo fue, pero también fue liberador, en ese momento no sabía que regresarías, aunque no a quedarte _ se adentró en la habitación _ Deje de ver a papa, lo odiaba por haberte alejado; ¿Por qué? Le grité una vez que me atreví a desobedecerlo, pero él solo me miro con su mirada dura y se alejó. Fue la última vez que llore. Me acerque a ella y la tome en mis brazos. _ ¡Ho! Mi piccola, ahora estoy en casa. Danisse soltó un sollozo _ Realmente te extrañe, sorella, no sabes cuánto te extrañe. _ No estuvimos viendo seguido y hablamos casi diario por teléfono. _ Si, pero cuando te fuiste tardaste en regresar. En eso tenía razón, de hecho, la primera vez que regrese fue para el nacimiento de Enrico. Mire a Danilo que estaba parado en la puerta viéndonos mientras arrullaba a una Denisse llorosa. Su mirada era como la de papa, dura y sin emociones. Por supuesto que no lloro de niño ni ahora, el llorar era un signo de debilidad en los varones italianos, eso se lo dejaban a las mujeres. Cerré mis ojos para que no viera la verdad en mis ojos. La rabia y el odio no me permitieron llorar cuando llegue a un país desconocido con gente desconocida, no llore cuando no sabía el idioma y me trataban como a una idiota, no llore cuando me gritaban y me decían monstruo, no llore cuando me aventaban comida por ser diferente, pero si sonreí cuando golpee al primero de todos ellos y lo mande a la enfermería. Mi sonrisa no se borró ni siquiera cuando era castigada por abusiva; decían las cuidadoras. El maestro corrió a las mujeres cuando supo del abuso de poder y de cómo era tratada por los demás niños; sin embargo, no hizo nada para detener el abuso de los demás niños del internado, durante mucho tiempo simplemente me observo con su mirada de halcón, observaba mis movimientos, cuando vio lo que esperaba de mí, me llevo a su lado y me entreno, me dio las armas para defenderme y me enseñó a mezclarme con la sociedad, lo demás lo aprendí sola. Denisse me ayudo a desempacar. Mi estancia en las Vegas va a ser aproximadamente de dos meses mientras los preparativos se llevaban a cabo, por lo que había escucha de mi pequeña hermana parlanchina era; mi fiesta de compromiso estaba programa para dentro de dos semanas, mi madre ya estaba en los preparativos, solo faltaba yo, y mi boda sería un mes después de mi llegada, para ese entonces mi querida suegra va a venir a ayudar con los preparativos, lo cual es un insulto para mi madre, pero ella como buena esposa y mujer acepto la ayuda con una sonrisa. A la hora de dormir Denisse insistió demasiado en quedarse conmigo y no pude decirle que no, ahora la tenía incrustada en mi costado mientras dormía plácidamente. Había dormido tanto tiempo sola que esto era incomodo, simplemente no podía conciliar el sueño o era porque estaba en un lugar desconocido, aunque estudie esta casa más de una vez en los planos que consiguió Crispino, pero este lugar simplemente no era mío. No es la primera noche que paso así, cada vez que venía Denisse dormía conmigo, pensé que ahora que es mayor se le quitaría la costumbre; no fue así. Siempre he dormido sola con un arma bajo la almohada, con mi hermana el arma estaba fuera de ecuación, quizá eso era lo que me tenía tan incomoda. Cerré los ojos, intentado conciliar el sueño y los abrí de golpe cuando mi celular sonó, lo agarre de la mesilla de noche y mire la pantalla que casi me dejo ciega por el brillo que baje a un nivel que podía soportar. Era un mensaje de Getto, había estado tan ocupada con toda la familia que me olvide de él, aunque no necesitaba que lo cuidara se sabía cuidar solo. Me asegure de eso. Abrí el mensaje y estaba codificado. Aprete unas teclas, metí los códigos y el mensaje real apareció. Crispino, Arianna y Liu Xiulan llegaron a la cuidad, esperan instrucciones Getto tenía una habitación propia; decisión de mi madre, por todas las ocasiones que vino conmigo de visita, no era en el ala principal de la casa, pero tampoco era un lugar desagradable y estaba cerca de nuestra ala, si pasaba alguna situación llegaría rápido.
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