Después de Nosotros

UN PROBLEMA

NARRA IVÁN

Asimilar que tendríamos trillizos nuevamente se ha vuelto difícil para mi, andaba en alerta todo el tiempo de mi celular cuando estaba en el hospital. Se estaba volviendo algo muy común esperar lo peor. Hasta ahora todo va bien con mi Ceci, solo sus nauseas y vomitos se han hecho presente. Lo cual eso ya es un alivio, que no tenga dolor, sangrado y demás. Mi nueva asistente se está volviendo muy difícil de controlar. Hace la cosas mal a propósito para llamar mi atención y que le enseñe cómo hacerlo. Le enseño a como llevar los expedientes y también es un solo caos. Nunca he sido de los que clasifica y juzga a las personas sin antes conocer sus capacidades. Más con esta mujer no puedo evitar pensar que no se que hace estudiando medicina una persona como ella. No se le ve que quiera la profesión que está ejerciendo ni un poco. Agradecía que hoy empezaban mis días libres con mi familia todos nos reuniríamos por el cumpleaños de mis sobrinos Liam e Ian. Era increíble pensar que ya habían pasado 5 años desde su nacimiento.

—Amor Chloe también confirmó que vendría ¿Tú crees que será problema la presencia de Gerardo? — me pregunta Ceci un poco preocupada. Solo nosotros sabemos la historia entre ellos. El resto de la familia no sabe lo qué pasó con Chloe. Se que les afectaría mucho en especial a mis padre si se enteraran.

—En algún momento se tenían que volver a ver amor. No toda la vida van a jugar al escondite. — le digo pues es la verdad. Ya han pasado tres años desde eso, ya tienen que superar y sentarse a hablar.

—Espero que no sea un problema para ninguno. Más porque mi hermana no viene sola. Invito a sus amigos Patrick y Nico, bueno trataré de no preocuparme por nada de eso. — me dice ella abrazándome por la espalda. Siento su pequeño vientre en mi espalda, lo que me hace sonreír. Pues mis hijos se están haciendo notar más rápido esta vez.

—Ya se están haciendo notar, ¿no es así mi amor? — le pregunto dándome vuelta. Para llevar mi mano hasta su pequeño vientre. Ella sonríe ante mi acción, se que cometí un error al reaccionar así cuando me enteré que estaba nuevamente embarazada. Estoy tratando de demostrarle que quiero disfrutarlo con ella. Aunque por dentro estoy aterrado al no saber que puede deparar el futuro.

—Si, recuerdo que con el embarazo anterior no se me notaba nada para este tiempo. Creo que ya pronto le diremos a la familia. Vamos, que todavía debemos pasar a comprar los regalos para los gemelos. — me dice y recuerdo que ayer de camino a casa pase por una tienda donde venden veleros en pequeña escala y compré uno para cada gemelo.

—Eso no será necesario mi amor, ya les he conseguido un regalo ayer cuando venía de camino a casa. — le digo y ella se pone en puntita y se acerca a mis labios.

—¿Eres lo máximo lo sabes? — yo solo encogí mis hombros con una sonrisa.

—Lo se nena, lo se. — le digo dándole un beso en la frente.

—Papi, papi. Sol golpeó — dice David, escuchamos un llanto y Cecilia dice a querer salir corriendo y la detengo.

—No amor, no puedes correr. Iré yo, tranquila. David cuida de tu madre. — le pido a mi campeón quien se queda tomando la mano de Ceci. Camino hasta la habitación de los niños y veo a sol llorando sobándose su brazo. Camino hasta ella y me mira con sus ojos llenos de lágrimas. Me siento rompe en mil pedazos ver a mi pequeña princesa así.

—Duele papi. — me dice señalándome su brazo ella quita su manita de su brazo y casi se me va el alma al ver un corte que tiene en ese lugar.

—¿Sol, como te has hecho eso cariño? — le habla tratando de sonar lo más tranquilo que pueda pues no quiero asustarla y perderme su confianza. Ella se limita a llorar y me enseña un pequeño juguete roto.

—¿Haz caído sobre el y se rompió? — ella encogió sus brazos, sin aún entender mi racionamiento. Voy hasta el baño y saco una caja de primeros auxilios que tengo en cada uno de los baños de mi casa. Hago la curación y le pongo un nuevo vestido, pues el que andaba se rompió y mancho con su sangre. Le doy un beso en su mejilla y tomo su mano.

—Debes tener cuidado en un futuro mi princesa hermosa. — le digo acariciando su mejilla. Ella se baja de la silla se acerca a mi y me abraza.

—Te quedo papi. — me dice pasando su suave y pequeña mano por mi mejilla. Como no vivir enamorado de estas señoritas que tengo como hijas. Después de asegurarme que Sol estaba bien y lista nuevamente. Fuimos donde ya nos esperaban los demás para ir a la fiesta. Como abuela alcahueta, mi madre se encargó de decorar el lugar con la temática animales de la jungla. Se partió la torta y todo estaba bien hasta que una simple conversación se convirtió en un caos total. En un día como hoy se le había ocurrido a mi hermano hacerse el valiente y acepto su culpa lo de qué pasó con Chloe. Al principio solo parecía una simple discusión, pero todo cambió de un momento a otro. Cuando veo a mi suegro caer al suelo agarrando su pecho, me acerco a él rápidamente y grito que pidan una ambulancia al sentir su pulso cada vez más débil mientras mantengo su corazón bombeando sangre. Los paramédicos llegan y sigo en mi labor, doy detalles de lo sucedido antes de que lo suban a la ambulancia, me preocupo por Guillermo y por lo preocupada que debe de estar Cecilia y en su estado me preocupa mucho. Para mi sorpresa mi Ceci, ha estado muy bien. Asimilando todo lo que sucede con su padre y el nuevo prometido que Chloe, el cual para nosotros es evidentemente falso.

—Amor deberías descansar, ya estuvimos parte de la tarde en el hospital y es muy tarde para visitas. — le digo al verla ya lista para salir de nuevo.

—Lo se, pero entiéndeme mi amor, si le pasa algo a mi papá no podré con eso. Sabes lo importante que el es para mi. — Me dice y yo asentí aún sin estar de acuerdo. Le pedí a mi abuela venir a la casa y cuidar a los niños un rato, mientras estábamos en el hospital.

—Solo estaremos un rato amor, no quiero que te estreses de más. Tú ya escuchaste a el cardiólogo, tu papá estará bien, solo necesita descanso y no alterarse. — le digo acariciando su cabello antes de bajarnos del auto.

—Si amor, he querido que todo esto no me altere tanto por los bebés como por mi papá se que el nos necesita tranquilos. — me dice ella pegando su mejilla a mi mano. Amo a Cecilia y se que aunque no lo demuestre externamente, se que esto la tiene muy alterada.

—Bueno, vamos mi amor. Espérame, yo te abro la puerta. — le digo bajándome super rápido para hacer dicha acción. Le ayudó a bajarse y ella toma mi rostro entre sus manos y me atrae a darme un beso.

—Eres un amor cariño. — dice después del beso.

—Me lo han dicho muy seguido en estos días así que, debe de ser cierto. — contestó devolviendo un beso. Ella se ríe y asiente.

—Es la verdad y me siento tan feliz de que solo seas mío mi amor, te amo. — dice acariciando mi mejilla.

—Siempre seré solo tuyo mi nena hermosa. — le digo dándole besando sus labios antes de entrar a el hospital. Subimos hasta el piso donde se encuentra la habitación de mi suegro. Llegamos y vemos que Chloe está pegada a la puerta escuchando así que sin interrumpirla Ceci decide ponerse detrás de ella y también escuchar lo que se dice. Segundo después, mi esposa se separa de ahí con sus ojos abiertos en asombro y Chloe choca levemente con ella. Me acerco a ella cuando veo que se lleva la mano a la cabeza.

—¿Una de nosotras no es hija de papá? — dice bajito viendo a Chloe. Yo también me sorprendo ante su pregunta. La abrazo por su cintura, pero ella se desploma en mis brazos.

—Una camilla, ¡Pronto! — pido un tanto alarmado, la tomo en brazos y una enfermera me señala a donde podría llevarla para recostarla. Como si de una intuición se tratara mi madre me llama en este preciso momento. Contestó mientras las enfermeras revisan los vitales de Cecilia. Se que solo se desmayó por la impresión, pero quiero estar seguro que mis bebés y ella están bien.

—Mamá, estoy un poco ocupado. ¿Necesitas algo? — le pregunto algo agitado.

—No hijo, ¿está todo bien? ¿Llame en mal momento? — cuestiona, yo suspiro.

—Si mamá, hace un momento llegamos al hospital porque Ceci no estaba tranquila en casa. Y cuando llegamos a la puerta Chloe y Ceci escucharon a Guillermo hablar sobre que una de ellos no es hija de él. Es lo que creo qué pasó madre. Cecilia se ha desmayado de la impresión y estoy realmente preocupado mamá. Ceci está embarazada de trillizos nuevamente. — le digo de una sola vez.

—¡Oh, Dios mío! Hijo, ese secreto es muy fuerte y ¿porque no is habían dado esa noticia antes? — me pregunta y claramente ahorita es lo de menos cuando veo en el monitor que la presión de Ceci está muy alterada.

—Queríamos esperar hasta salir del tercer mes mamá. Tengo que dejarte, hablamos después ¿Si? — sin despedirme solo corte la llamada.

—Llamen a la doctora Raquel o quien este de turno en ginecología, mi esposa está embarazada. — una de las enfermeras sale y otra se queda conectando una intravenosa en Ceci. Ella aún no recobra el conocimiento, y eso me pone aún más preocupado. Minutos después llega una camilla y Raquel quien afortunadamente estaba de turno.

—Por favor Raquel asegúrate que todos estén bien. No es normal que su presión esté tan alterada, se desmayó por una impresión fuerte. — ella asiente y les da instrucciones a las enfermeras yo ayudo a mover a Ceci de una cama a otra.

—¡Oh no! — escucho que dice Raquel detrás de mi. Yo la miro y me señala a Cecilia.

—Tiene un poco de sangre en su vestido. — me dice y siento un frío recorrer mi cuerpo. El temor de perder los bebés me embarga al igual que la culpa por haberlos no querido en un primer momento. Ellos llevan a Cecilios rápidamente a maternidad, cuando vamos saliendo de la habitación me encuentro con mi padre y Gisela.

—¿Cecilia? ¿Ceci? Hija, ¿Que es lo que tiene Ivan? — me pregunta Gisela llenándome de molestia porque si no fuera por haber escuchado esa conversación ella no estuviera así.

—Pasa que escucho que posiblemente toda su vida es una mentira. Escucho lo que Guillermo hablaba con usted. Le pido señora que se mantenga lejos de mi esposa. Ella está embarazada y nuevamente corre riesgo de perder a nuestros hijos. Si de verdad le importan sus hijas déjelas asimilar lo que sea que se venga encima sin lastimarlas de más. Por primera vez no piense en el que dirán ni si es bueno o malo. Ya que esto no estuviera pasando si usted no hubiera andado de alegre. — la señora me mira sorprendida y mi papá asiente, apoyando mis palabras. Sigo la camilla atentamente cuando estamos llegando a el ascensor me encuentro con Patrick. Quien vio y escucho todo por lo visto.

—Que se mejore pronto. — me dice antes de que la puerta del ascensor se cierre. Llegamos rápidamente a maternidad y empieza a atender a mi familia. Raquel me dejo estar presente en el ultrasonido de revisión. Y afortunadamente los tres corazones laten claros, fuertes y normal. El sangrado fue obviamente por una amenaza de aborto y su presión arterial no ayudó a que la situación mejorara, todo lo contrario. Después de darle el tratamiento intravenoso necesario ella despierta y se sorprende al verse con la intravenosa en su mano.

—Tranquila mi amor, todo está bien no te alteres más, por favor. — le pido tomándola de las manos.

—¿Que pasó mi amor? ¿Porque tengo todo esto? Siento un pequeño dolor en mi vientre. Por favor dime que todo está bien con mi bebés. — dice ella y yo asenti.

—Si tesoro, todo está bien contigo y con ellos. Tuviste un pequeño sangrado, pero ya te revisaron y dieron los medicamentos necesarios para que no vuelva a pasar. Debes estar tranquila Cecilia, aunque se que no es fácil. Debes de hacerlo por los bebés amor. Me sentí tan mal cuando Raquel me dijo de tu sangrado. No quiero perderlos amor, la manera en cómo reaccioné cuando me dijiste de tu embarazo me cayó encima y me sentí culpable por haber mandado ese sentimiento hasta ellos. — digo y no puedo evitar que un par de lágrimas salieran rodando por mis mejillas.

—Oh, mi bebote se asustó. Ven aquí mi amor, descansa. Estamos bien porque tú siempre nos cuidas, ahora ven, nosotros te cuidaremos. — me dice moviéndose un poco para hacerme espacio sobre la cama para acostarme con ella. Me recuesto de lado y pongo mi cabeza en su pecho, ella acaricia mi cabeza y como si de un relajante se tratara, poco a poco me voy quedando dormido entre su aroma y las caricias que ella me da.

Una voz en la habitación me despierta de mi pequeño descanso en el pecho de mi esposa. Es Chloe quien vino con Patrick a ver cómo estaban y tuvimos que contarle qué pasa con sus sobrinos y su hermana. Ella también decide contarle lo que pasaba. Ceci no iba a estar tranquila hasta saberlo, así que creí que era lo correcto. Yo al igual que Ceci nos quedamos sorprendidos por todo lo que ha pasado Chloe por culpa de otros. Después de un rato ellos se van y quedamos solo nosotros nuevamente.

—¿Amor podrías conseguirme algo de comer? — me pregunta mi chica haciendo un puchero y no hay como negarse a eso.

—Claro, ¿se te apetece algo en especial? Por la hora la cafetería está cerrada. Solo están las máquinas dispensadoras, pero puedo ir a algún restaurante 24 horas. — digo mirando el reloj que marcan la 1 de la madrugada.

—De las máquinas estaría bien cariño. Podrían ser una papitas o algo de palomitas y un jugo de manzana. — me dice y yo asentí.

—Bien iré a pediatría, es donde están las mejores máquinas con golosinas. — le digo ella sonríe y se acomoda sobre la cama. Le doy un beso en la frente y me dispongo a salir. Llego hasta el piso de pediatría y me encuentro con una enfermera llorando y otra más que viene en camino. Me detengo pues cuando eso pasa es porque algún paciente a fallecido.

—¿Sucede algo? — les pregunto y una de ellas viene hasta mi.

—Ay doctor, si usted hubiera estado aquí hace un rato no pasaba esta desgracia. — dice Ashley una enfermera de mediana edad de las pocas con las que tengo confianza.

—¿Que paso Ashley? — le pregunto ella señala a un de las habitaciones del pasillo a mi izquierda donde están internos los más pequeños.

—Perdimos a uno de los bebés que llegó hace dos días por neumonía. — me dice y veo que es un paciente que ya estaba controlado y en tratamiento.

—¿Como pudo pasar algo así, si ya él estaba bien? Estaba en tratamiento. — le cuestiono y ella encoge sus brazos.

—Lo se doctor y todos estamos consternados al respecto porque nunca había perdido un paciente de esa forma. — dice y yo asentí. Me acerqué a la habitación y me encuentro con los padres del bebé. Estaban destrozados, como padre me sentí muy angustiado, pues sabemos que todas estas enfermedades respiratorias pueden llegar a ser peligrosas, jamás pasa por nuestra mente que algo como eso puede llevarse para siempre a alguno de nuestros hijos. Para mi sorpresa Lila está con ellos dándoles unos documentos, los cuales ellos firmaron. Lila al salir y verme se sorprende al punto de ponerse nerviosa.

—Doc, doctor. ¿Que hace aquí, a esta hora? — me pregunta tartamudeando y yo arqueo mi ceja. Al ver uno de los documentos que lleva en las manos y me altera de inmediato.

—Vine a buscar algo. ¿Ellos pidieron firmar ese documento o alguien lo pidió? — le interrogó. Ella se tensa y niega.

—No, no, doctor. Yo lo hice pues es un bebe que puede salvar muchas vidas, si hace el procedimiento. Ya tenemos una pequeña que podría recibir su corazón en otro hospital. — dice y por un momento me quede sorprendido. Asentí, no dije mas y mejor seguí mi camino a lo que venía a este piso.

—¿Papitas? Creí que no le gustaban. — dice Lila detrás de mi.

—Son para mi esposa. Ella está interna en maternidad. — digo y ella se sorprende.

—No sabía que estaba embarazada. ¿Porque no me lo dijo? — me dice en son de reclamo. Yo la quedo viendo y fruncí mi ceño.

—Porque no tengo porque contarle cosas de mi vida privada y si en todo caso esto se lo digo para que no se haga ideas imposibles en su mente. Tengo 3 hijos y esperamos otros tres, llevo muchos años con mi esposa y así seguirá por mucho tiempo. No se confunda, usted es mi asistente, no somos amigos, ni confidentes. Solo soy su guía y mentor en lo profesional nada más. Pase buenas noches señorita Lila. — le dije dejándola ahi sin moverse. Pueda que me haya escuchado un poco rudo, pero ya le he venido tolerando muchas insinuaciones y cada vez se está volviendo más molesta. Así que es mejor dejar claras las cosas antes que esto se vuelva un problema.