ANNE
2 años antes…
Liam me miró con dagas en los ojos, seguro ya me había matado de mil formas diferentes. Sin embargo, yo tampoco me quedaba atrás. Se sentaron frente a nosotros. Liam no le quitaba la mirada de encima a Luke.
—Les presento a Liam Smith —él solo hizo un gesto con la cabeza a modo de reconocimiento, la vibra se sentía bastante pesada, así que traté de aligerarla y al mismo tiempo obtener más información.
—Hacen una hermosa pareja —Liam sabía perfecto que me estaba burlando —¿desde hace cuanto tiempo están juntos? —ella sonrió, esa maldita sonrisa quería borrársela de un guantazo.
—Nada más nos hemos visto un par de veces —quería matarlo con el cuchillo que ahora mismo tenía en mi mano —nos reencontramos en un viaje que Liam realizó a México —con razón; aquella vez, había regresado tan contento el muy cabrón.
—¡Vaya!, siempre es bueno reencontrarse con las personas. Por ejemplo, Luke y yo también, solamente hace algunos meses que nos reencontramos, y míranos ahora —como tenía su mano sobre la mesa, me atreví a poner la mía encima de la suya y juntar nuestras manos. Liam parecía querer saltar de su silla y moler a golpes a Luke.
—Así es, es bueno reencontrarse con viejos amantes y retomar donde lo dejamos —tal parece que esto ya lleva un tiempo. ¡Soy una Estúpida!, se acercó a Liam y le dio un beso cerca de la comisura de su boca. Ahora quien quería arrancarle los pelos de elote era yo.
Luke pareció entender la situación, debido a que Liam no le quitaba los ojos de encima. Lo alenté a ayudarme y por suerte accedió. Me beso el dorso de la mano y yo sonreí cuál colegiala enamorada de su primer amor. Se acercó para hablarme al oído, y así solo yo lo escuchará. Desde el ángulo de Liam, parecía ver todo de otro modo.
—¿Se puede saber que carajos haces? —hablo entre dientes, yo solté una risa pícara y me separé, para ahora ser yo quien se acercara a él.
—Por favor, nada más disimula, te prometo que te explicaré todo, saliendo de aquí; pero por favor, sigue como hasta ahora —le di un beso de pico en los labios y Liam se removió en su silla.
—Harás que me maten —volvió a decir lo bastante bajo, para que únicamente yo escuchara —y también te hará pagar a ti —sonreí, pero la sonrisa no duraría mucho tiempo.
Entonces fue el turno de Liam, comenzó a hablarle al oído a Kristen, ella se sonrojó y se mordió los labios. Pará escapar de la situación fingí que mi móvil estaba sonando, así que me disculpe y me aleje un poco. Les di la espalda, porque quería salir corriendo; pero ya, del jodido restaurante.
—Amor, me necesitan en el hospital, creo que tendré que dejarlos. ¿Te quedas o vienes conmigo? —decídete ya Luke, necesito largarme ahora mismo o terminaré explotando.
—Me voy contigo —se levantó, mire a Liam y tenía su mano en el respaldo de su puta, y me miraba con su estúpida sonrisa, la mano de ella se encontraba muy cerca de su entrepierna.
—Ojalá podamos volver a reunirnos, para tomar un par de copas, ¿verdad cariño? —¿Cariño? Me burlé mentalmente, le borraría a los dos, esas putas sonrisas.
—Claro, aunque antes deberías de ir a follar con Liam —supongo que nadie se esperaba esto— da unas folladas monumentales —el ceño de Kristen se arrugó, por fin su maldita sonrisa había desaparecido —lo digo por experiencia. ¡Que sigan disfrutando su desayuno! —me burle y les guiñe un ojo. Liam, por su puesto, quería matarme ahora mismo.
Salí de ahí como la mismísima puta reina, aunque por dentro, me sentía peor que una cucaracha pisoteada. Tenía unas ganas terribles de llorar. Pero no lo haría y menos frente a Luke. Obviamente, no terminé explicándole ni una mierda por la supuesta emergencia en el hospital.
Terminamos despidiéndonos, me disculpé por todo lo que le hice pasar, intercambiamos tarjetas y salí rumbo a una dirección desconocida. Llamé a mi secretaria para cancelar todas mis citas y por fin me pude desahogar. Vague por toda la ciudad un par de horas.
Por supuesto, Liam me estuvo llamando, así que tuve que apagar el móvil. Puesto que ya era tarde y necesitaba donde descansar, pero no podía volver a mi departamento, pues me acerqué a una cabina telefónica y llamé a la única persona que no haría preguntas, a Luke.
—Hola, soy yo, perdón por molestar.
—¿Anne, te encuentras bien? —al parecer estaba ocupado.
—Si estás ocupado, yo…
—¿Qué necesitas? Y no me digas que nada porque no lo creeré —se disculpó y salió de donde sea que se encontrara.
—Solamente necesito que hagas una reservación en algún hotel, a tu nombre, por supuesto, yo te pagaré lo que te haya costado la noche. No puedo llegar a mi departamento hoy y por favor no preguntes el por qué.
—Está bien, como quieras. No obstante, algún día me lo tendrás que contar —podía escuchar el descontento en su voz—. Te mandaré los datos a tú…
—No, yo te volveré a llamar, mi móvil se quedó sin batería.
Espere unos minutos y lo llamé de nueva cuenta. Como no quería que nadie supiera mi paradero, por eso no le pedí ayuda a las chicas, además de que estoy segura, de que sería en los primeros lugares donde me buscaría.
Llegue al hotel, me dieron la tarjeta de acceso y me indicaron que habitación tenía. Solamente quería estar a solas y no pensar más en todo esto. Quizá a él no le importe y yo armando un drama. Me quedé dormida rápidamente. Seguramente debe estar revolcándose con esa zorra ahora mismo.
La noche pasó muy rápido, tenía una resaca monumental y me sentía fatal. De pronto recordé donde me encontraba ahora y el porqué. Me levanté de la cama y fui a darme una ducha caliente. La necesitaba y mucho. Una vez que salí del baño, procedí a prender mi móvil, como lo había apagado al ver que Liam no dejaría de insistir, pues lo deje así.
No fue sino hasta que lo prendí que me di cuenta de todas las llamadas y mensajes que todos me había dejado. A quien primero llame fue a las chicas. Necesitaba que me trajeran un cambio de ropa. Además de que les prometí que les explicaría todo en cuanto llegarán, eso sí, no debían decirle a nadie, sobre todo a Liam. Por supuesto, debieron haberse imaginado el porqué no quería que él se enterara de mi paradero.
Una a una fueron llegando, sin embargo, me esperé a que todas se encontraran aquí, para poder hablar.
—¿Ya nos puedes decir que es lo que está pasando? —replicó Jud —anoche Liam fue muy tarde a buscarte, pensé que te había pasado algo y mírate, estás aquí, como si nada.
—No estoy como si nada Judith —hable con furia —ese imbécil… —lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.
—Lo siento —bajo el tono de su voz —pero de verdad creímos que te había sucedido algo. ¿Por qué no te comunicaste con alguna de nosotras? Podríamos haber pasado la noche contigo.
—Nada más necesitaba estar sola y reflexionar en lo que tengo que hacer de ahora en adelante con mi vida. Kat, tú más que nadie sabe el tipo de “relación” que me gusta. De verdad llegué a pensar que era lo que necesitaba, pero mi esquema ha cambiado por completo y…
—¿Qué pasó con Liam? —preguntó Kat molesta.
—Solamente, déjenme terminar de explicar, para que puedan entender el contexto. Ni siquiera sé cómo llamarlo, puesto que no éramos una pareja convencional. Éramos… algo así como amigos con derechos, sin embargo, se suponía que éramos exclusivos. Llegamos a un acuerdo, si alguno de los dos ya no quería seguir adelante, pues entonces todo terminaría —todas me miraron como si tuviera monos en la cara.
—Ann —Caro fue la primera en romper el silencio —te das cuenta de que los dos son un par de idiotas —Alcé una ceja, porque me encontraba en desacuerdo con ella —no quiero ofenderte, de verdad, pero… ¿Te estás escuchando? —¿Era tan increíble de creer? —no me malentiendas, comprendo lo que nos acabas de explicar, sin embargo. ¿En serio ninguno de los dos se han dado cuenta? —todas la miramos.
—¿A qué te refieres exactamente? —pregunté más alto de lo que pretendía.
—¿Cómo qué a qué me refiero? —puso los ojos en blanco —es obvio que ninguno de los dos quiere aceptar lo obvio —supongo que yo era la única que no entendía nada, puesto que todas sonreían con suspicacia.
—Podrías ser más clara — espeté.
—Es obvio que están enamorados —dejo caer la bomba. Todas me miraron, yo miré al piso. Aunque ya lo venía sabiendo desde hace un tiempo y lo corroboré ayer.
—Por supuesto que lo están —Ev aseguró —aunque los dos lo nieguen, pero… aún no sabemos específicamente lo que sucedió. —Ahora no sabía si mi drama había sido demasiado.
—Él… estaba en una cita con otra mujer —todas se miraron entre sí —si no hubiera ido a ese restaurante, no me hubiera dado por enterada. Aunque —reí con amargura —seguramente le importo una mierda que lo supiera y se fue a revolcar con la pelos de elote.
—Te equivocas Ann. Liam te estuvo buscando como un maldito loco —Em aseveró —lo sé por qué Tyler lo acompañó a buscarte por todos lados. Además —frunció el ceño —¿Cómo lograste pasar desapercibida en un lugar como este? Tuviste que haberte registrado.
—Es cierto, Jake también estuvo trabajando, pero no encontró nada —Kat aseguró.
—Eso es porque le pedí a un amigo que me ayudara —quizá había metido en un problema a Luke, sin querer.
—¿Y ese amigo a caso se llama Luke Rodgers? —Kat había dado justo en el blanco.
—¿Cómo lo sabes? —refute —¡ay no!, por favor dime que… —ella solo alzó los hombros.
—Supongo que pronto estará aquí —lo último que quería era verlo.
Unos golpes en la puerta nos hicieron girar la cabeza. Sabía quien era. Y no creo que fuera el mejor momento para hablar, aún me encontraba… Mal.
—Anne, abre, sé que estás ahí dentro —no sabía que hacer, además todavía me encontraba molesta.
—Por favor, pídanle que se vaya, no estoy en condiciones para… —de pronto la puerta se abrió.
Liam se quedó parado con las manos en los bolsillos, bloqueando la entrada. Venía acompañado de todos. Se hizo a un lado y Alex fue el primero en pasar, seguido de Logan, Tyler, Jake, Andrew. Obviamente, persuadieron a las chicas para que nos dejaran a solas.
Se despidieron y salieron con sus respectivas parejas. Sentía la mirada de Liam taladrarme la cabeza. Sin embargo, le di la espalda. Hasta que lo sentí acercarse.
—Será mejor que te quedes donde estás —advertí— creí que estábamos de acuerdo en algo muy importante, sin embargo, veo que solo yo lo cumplí—me di vuelta para mirarlo.
—No es lo que piensas —una risa burlona se me escapó.
—¿Estás de broma, no? De verdad me quieres ver la cara de pendeja. Porque créeme, NO. LA. TENGO —ahora ya estaba fúrica —los vi desde que llegaron. Es obvio que te encontrabas muy a gusto a su lado. ¿Dime algo?, ¿desde hace cuando que la vez? Y no te atrevas a mentirme —lo señalé.
Obviamente, no contestó la pregunta, solamente se quedó parado en el mismo lugar sin abrir la puta boca, cruce mis brazos a la altura del pecho y puse los ojos en blanco.
—Tu silencio dice más que mil palabras.
Ahora más que nunca tenía que terminar… lo que sea que somos. Solamente somos… amigos con derechos. Derechos que consideré exclusivos.