Almas Gemelas IV

ANNE ¿Alguna vez han pensado en tener la familia perfecta? Ya saben, el esposo perfecto, los hijos perfectos, la casa perfecta. Bueno, pues esa jamás fue una meta en mi vida. Ni lo será. Mucho menos después de lo que sufrí a lado del jodido de… no tiene ni chiste nombrarlo. Ya fue, ya pasó y nunca volveré a meterme con algún tipo como él, o eso quise suponer. Creí que nos encontrábamos en la misma sintonía, en la misma página, pero muy tarde, me di cuenta lo equivocada que estaba. Hace algún tiempo, que sufro las consecuencias de haber llegado a ese acuerdo. Lo que más me duele es… supongo que ya no tiene ningún tipo de importancia. Sin embargo, siempre recordaré esa noche por el resto de mis días. Ahora estoy en Los Ángeles, gracias al abuelo de Jud. En realidad, yo también lo considero como mi abuelo. Mis padres viven en Chicago, y no quiero molestarlos con mis problemas. Además de que no los entenderían. Ellos son de la idea, de casarse y formar una familia. Si supieran que la única hija que tienen, ya no es la blanca e inocente paloma que ellos piensan, ya se encontrarían tres metros bajo tierra, o quizá me ahorquen primero. Hay noches que aún recuerdo la primera vez que conocí a Liam. En realidad, no tendría por qué pensar en él, pero debido a las circunstancias, me hace pensar si estoy haciendo lo correcto o no. Aunque considero que no le hace falta mi presencia. Si hubiera sabido desde un principio que todo terminaría tan mal, jamás me habría involucrado con él. Es más, habría declinado la oferta de trabajo de Alex y yo hubiera seguido felizmente con mi vida. ¡Pero no!, como siempre, la calentura gana y ahora eme aquí. Con dos terribles secretos, que solo me hacen más difícil todo. Las únicas que lo saben son las chicas y sé que ellas jamás abrirán la boca. Bueno, en realidad, solamente conocen uno, si conocieran el segundo, se irían de espaldas por mis estupideces. Las señales siempre estuvieron frente a mí, sin embargo, nunca quise ver más allá. Ahora todo tiene sentido… Dos años antes… Desde este día, todo empezó a salir mal. Liam supuestamente se encontraba en una junta demasiado importante, según él; así que, por supuesto, no esperaba encontrármelo, en el restaurante donde ahora yo mismo me encontraba. Cuando Liam y yo empezamos esto… que ya ni siquiera sé cómo llamarlo, llegamos a un simple acuerdo. Cuando alguno de los dos ya no nos encontráramos interesados en seguir a lado del otro, pues simplemente lo hablaríamos y ya. Todo terminaría. No nos considerábamos una pareja como tal, sin embargo, mientras el trato durara, seríamos exclusivos. Si llegábamos a acostarnos con alguien más, el acuerdo simplemente terminaría. Y cada quien seguiría por su lado. La verdad creí que se encontraba a gusto conmigo, que yo llenaba todas sus expectativas, no obstante; me equivoque, en todo, absolutamente, en todo. Me dirigía rumbo al trabajo cuando me encontré a un amigo de la universidad. Yo no lo había reconocido, ya que había cambiado bastante a lo largo de estos años. Antes era demasiado delgado para mi gusto. Sé que siempre le guste. Sin embargo, siempre pinté mi raya con él, pareció entenderlo y nuestra amistad fluyo a lo largo de nuestra vida universitaria. Tiempo después perdí contacto con Luke y pues me olvide de él. Supongo que él me reconoció al instante, puesto que su mirada, regresaba a mi persona constantemente. Supuse que era algún acosador o algo, hasta que se acercó y me habló. —Hola, disculpa que te lo pregunte, pero, ¿eres Anne Wilson? —me quedé con el ojo cuadrado, ¿Cómo mierda sabe mi nombre?, yo no recordaba al tipo. —Disculpa, pero… ¿Quién eres? —su sonrisa se ensanchó —además no tengo por qué responder, si no te conozco. La fila para pedir el café era bastante larga y yo no veía la hora de irme. Además, con el acosador, me estaba poniendo los pelos de punta. —Es probable que no me recuerdes —puse los ojos en blanco al ver que no se daba por vencido —sin embargo, yo siempre me acuerdo de ti —alce mi ceja y lo mire. —¿Se puede saber quien demonios eres?, si eres algún tipo con el que me acosté, lo siento por herir tu ego, pero no te recuerdo —estaba por mandarlo al diablo, cuando menciono su nombre. —Siempre has sido demasiado mala para recordar a los amigos, soy Luke. Luke Rodgers, ¿de verdad ya no me recuerdas? —parecía incrédulo —eso sí que hiere mis sentimientos —hizo un ademán, como si le estuviera partiendo el corazón. Mi cerebro comenzó a carburar rápidamente, Luke Rodgers, ¿quién mierda es?, de verdad no quería herir los sentimientos del tipo, pero realmente no lo recordaba. Entonces se me vino a la mente un hombre con ese nombre, sin embargo… si era quien yo creía, pues… había cambiado demasiado y para bien. Ya no era el hombre escuálido de aquella época. Había ganado peso, por ende también músculo, su vestimenta lucia mucho mejor y si no estuviera con Liam, me lo llevaría a la cama ahora mismo. —¿En serio eres Luke?, pero… ¿Qué te paso? Has cambiado bastante, hace años que no se nada de ti —comenzó a reír. —Lo mismo digo Anne. ¿Tú que haces aquí? Al parecer cambiaste de residencia. —Si, ahora vivo aquí. Hace un par de años me mudé a Nueva York. —Veo que te está yendo de maravilla —sonrió. —No me puedo quejar —alcé los hombros para restarle importancia, aunque la verdad, es que no me estaba yendo nada mal —¿Y tú?, ¿aquí vives? —negó con la cabeza. —Vine junto con mi prometida a visitar a sus padres y por negocios —parecía que una cafetera se acababa de descomponer y nos avisaron que se tardarían en atendernos. Por eso decidimos ir a otro lugar. —¡Felicidades!, sé que te irá muy bien en tu matrimonio —una llamada interrumpió nuestra charla. Mire mi móvil. Liam había quedado en mandarme un mensaje en cuanto se desocupara de la junta que tenía, sin embargo, supongo que no hacía mucho, acababa de empezar. En cuanto terminó de hablar, me invitó a desayunar. La verdad es que siempre fue un buen amigo y a pesar de que perdimos contacto, siempre es bueno recordar los viejos tiempos. Como no tenía ninguna cita hasta por la tarde, pues no le encontré ningún impedimento para ir con él. A pesar de que era temprano, varias mesas se hallaban ocupadas. Nos dieron una casi por el centro, desde mi posición, podía ver perfecto quien entraba y quien salía. —Entonces estás por casarte, ¿para cuándo lo tienen planeado? —pregunté. —Lo tenemos planeado a principios del próximo año —sacó su móvil y me mostró su foto, tenía que admitir que era bastante guapa. —Es muy bonita, debes de encontrarte realmente feliz —él sonrió y afirmó. —Si, mucho, supongo que no pude encontrar a una mejor mujer que ella. ¿Y tú? Aún sigues reacia a las relaciones, supongo—no conocía hasta que punto me encontraba reacia, sin embargo, estaba empezando a considerar los términos en los que me encontraba con Liam. Quería algo… más. Me encontraba a punto de contarle sobre Liam, cuando lo vi entrar con una mujer, muy bella, por cierto, era demasiado alta, rubia, tenía una sonrisa casi… angelical. Fruncí el ceño al ver como colgaba de su brazo, como lo veía, como le tocaba ligeramente la mano o el brazo y él parecía encantado. Aunque trate de aparentar mi incomodidad, no lo logre del todo; puesto que Luke se dio cuenta y miro hacia donde yo lo hacía. —¿Los conoces? —pregunto, ya que no podía quitarle los ojos de encima —creo que ella —se quedó pensativo —ella hizo una campaña para la empresa en la que trabajó. Su abogada y yo hicimos buenas migas y más tarde descubrí que Kristen es una buena persona, no una superficial como la quieren hacer ver los medios —¡vaya! Ahora entiendo la junta importante que tenía. —Solo es un… amigo—trate de sonreír y fingí que no pasaba nada; no obstante, dudo que me haya creído. Se dirigían a unas cuantas mesas detrás de nosotros, me encontraba justo en su línea de visión, por ende; fingí que se me caía la servilleta y me agache para poder levantarla y así Liam no me viera. Aunque dudo sinceramente que lo haga. Considero que su compañía lo tiene más que embobado. Trate de seguir con la plática, si a él no le importaba nuestra relación, a mí tampoco tenía porque hacerlo. Hicimos nuestro pedido, aunque ya había perdido el apetito. La charla siguió sin ningún contratiempo, hasta que la misma tipeja, reconoció a Luke y se acercó. —Hola Luke —él, como el caballero que es, se levantó de su asiento y la saludo —es un placer volver a verte, ¿Cómo estás? —Cómo fue ella quien se acercó, pude observarla mejor. Tenía el cutis perfecto, la sonrisa perfecta, el cuerpo más que perfecto. Me sentí una insignificante a su lado —¿ella es tu novia? —me sonrió —es muy bonita —Luke iba a negarlo cuando lo interrumpí. —Hola, es un placer conocerte —me levante y la salude —y respondiendo a tu pregunta; sí, soy su novia —mi sonrisa resplandeciente, la de Luke todo lo contrario —¿estás aquí sola?, si gustas puedes acompañarnos —Luke levanto su ceja a modo de interrogación. —¡Oh, no, no es necesario! Me encuentro bien acompañada —sus palabras me irritaron; sin embargo, logré disimular. —Insisto, puedes traer a tu acompañante también; si gustas, claro —sonrió en agradecimiento y se disculpó, seguramente iría a consultar a Liam. Como me encontraba de espaldas a él, no me reconocería hasta que llegara aquí. —¿Ya llegó a su mesa? —le pregunté a Luke, quien aún no entendía nada —necesito que me expliques, con detalles, los gestos de su acompañante. —Anne, se puede saber que… —Por favor, te explicaré todo en cuanto salgamos de aquí —supongo que la súplica en mi mirada lo convenció. —Ella acaba de llegar, no se sentó, así que supongo que le está explicando tú… propuesta. El hombre está mirando hacia acá, parece que quiere matarme. ¿En serio solo es un amigo? Parece más como… —cayó en cuenta —¿él es…? —Nada —replique con rabia—, únicamente dime que hacen. —De acuerdo, al parecer… vienen para acá —sonreí con malicia y le pedí que me siguiera la corriente. Ella lo trajo hasta nuestra mesa tomado de la mano, por ende, yo acerqué mi silla para estar más cerca de Luke. El que con fuego juega, tarde o temprano, se quema.