EMILY
El gran día ha llegado y estoy demasiado nerviosa, no he visto a Tom desde la cena de ensayo y muero por verlo. Llegamos a la iglesia y tomo la mano de mi tío Edward tan fuerte que creo que se la romperé, aunque él no se haya quejado para nada.
La música comienza a sonar y emprendo mi camino por ese pasillo lleno de pétalos de rosas donde al final me espera el, tan guapo como siempre. Mi futuro marido, mi sonrisa era tan grande que no me cabía en el rostro.
El tomo mi mano y me dedico una sonrisa, a mi lado estaba mi prima Becca y mi mejor amiga Cristina. El padre comenzó a hablar y me era imposible retener las lágrimas que amenazaban con salir.
Recordé como nos habíamos conocido y todo lo que compartimos y construimos a lo largo de nuestra relación, no podía estar más feliz del hombre que había elegido para pasar el resto de mi vida. Cuando levanté mi mirada y lo vi todos los nervios y dudas que tenía anoche se esfumaron al saber que iba a ser muy feliz a su lado.
Después de dar el sí y decir nuestros votos finalmente nos besamos por primera vez como marido y mujer y mi corazón estallo de felicidad, no podía esperar por estar a solas con él. Todos nos felicitaron y se emocionaron junto a nosotros.
Fue la ceremonia perfecta.
Nos dirigimos al hotel donde se realizaría la recepción, el salón era demasiado hermoso, Una orquesta tocaba cuando ambos hicimos nuestra entrada. Saludamos a todos y nos sacamos miles de fotos mientras los camareros servían comida y bebidas.
-Estas realmente hermosa esposa mía- Tom besa mis labios- Muero por hacerte mía de una vez por todas.
-Tom por dios- Digo ruborizada.
-Cariño toma este es mi regalo para ustedes- Dice mi tía dándonos un abrazo a ambos.
-Gracias Tía no debiste molestarte- Le doy un beso.
-Creo que es momento de que bailemos mi amor no crees? – Mi esposo toma mi mano dirigiéndonos al centro de la pista de baile.
-Nada me encantaría más.
Después del baile comimos algo mientras compartimos unos momentos con los invitados ya sea bailando o bebiendo algo, todo iba perfecto y no podía pedir más de este día. Podía sentir la emoción y el cariño de cada persona que invitamos, ellos celebraban nuestro amor y eso a pesar de extrañar horrores a mis padres y desear tenerlos conmigo en un momento como este me llenaba de amor.
-Como está la novia más hermosa de todas? - Me abraza George el padre de Tom
-Podría llorar de la emoción- Le sonrió.
-Mi hijo es demasiado afortunado al haberse casado contigo- Lo abrazo, él es una persona muy cariñosa siempre me trato como a una hija- Por cierto, ¿lo has visto? Lo estoy buscando, quiero darle esto es un regalo para ambos.
-Gracias- Tomo el sobre y veo que hay dos pasajes de avión con todos los gastos incluidos a Grecia.
-No tienes nada que agradecer, sé que ustedes ya tienen planeada su luna de miel, pero este viaje lo pueden hacer cuando quieran, ahí fui con mi difunta esposa una vez y fue un lugar mágico por eso quiero que vivan lo mismo- Me abraza- Sé que harás a mi hijo muy feliz y espero que el haga lo mismo contigo.
-Él ya me hace feliz- Le digo- Y esto es mucho, no hay manera de agradecer tanto amor de su parte- Me da un último abrazo y se va donde mis tíos se encuentran.
Busco a Tom con la mirada y no lo encuentro asique decido subir a la suite que alquilamos donde están nuestras valijas para guardar el sobre con los pasajes. Cuando lo encuentre y le cuente estoy segura se va a emocionar como yo porque el adora viajar.
Llego a la habitación y la abro cuando la imagen que tengo frente me quita la estúpida sonrisa de la cara. Me quede estática en mi lugar sin poder creer lo que veía y sintiendo como mi mundo se partía y se desmoronaba en ese preciso instante.
Mi prima montando a mi marido
¿Acaso era esta imagen real? ¿esto estaba pasando de verdad?
Ellos se besaban y se acarician mientras gemían y yo no podía reaccionar, era como si estuviera en punto muerto viendo esa asquerosa imagen que de golpe me hiso dar cuenta por la familiaridad con la que se tocaban que esta no era probablemente la primera vez.
-Emily- La voz de Tom me saco de mi trance mientras lo veía como se sacaba a Becca de encima- MI amor escúchame.
Mi amor? ¿Tenía el descaro de decirme mi amor cuando lo acabo de ver cogiéndose a mi prima que es prácticamente mi hermana y en nuestra propia boda?
No me había dado cuanta que había estado reteniendo la respiración cuando logre dar una bocanada de aire mientras mis lágrimas comenzaban salir sin parar, no sentía mi cuerpo, estaba totalmente en estado de shock temblando.
Esto no podía estar pasando, tenía que ser una ladita pesadilla y quería despertar ya si era así.
No sabía que sentía más, si furia o dolor, quizás las sentía a ambas en partes iguales. No podía dejar de ver a las dos personas más importantes de mi vida y en las que más confiaba como se habían estado riendo de mí y me habían traicionado.
-Hace cuánto tiempo se están riendo de mí? – Ni siquiera pensé lo que estaba preguntando, las palabras salían solas de mi boca. Pero al verlos mirarme sin decirme nada supe enseguida la respuesta, el silencio había sido demasiado largo- ¿Cuánto? - Volví a gritar.
-Un año- Hablo Becca en un susurro sin mírame a los ojos.
-Un año? ¿Me han estado engañando por un año? - Pregunto sin creer lo que está pasando.
-Por favor cariño escúchame- Tom se acercó hasta mí, pero yo retrocedí dos pasos- Esto se acabó, ahora mismo, te juro que no significo nada para mí. Yo te amo, ahora estamos casados. Tú vas a ser mía y nada de esto volverá a ocurrir jamás, seremos felices juntos.
-Acaso te estas escuchando ¿Que vamos a ser felices? ¿Se estuvieron acostando por un año y me decís que vamos a ser felices? - Grite de furia, incapaz de entender como me podía decir una cosa así, se estuvo acostando con la persona que consideraba una hermana por un año- Me dan asco los dos.
Salí corriendo de esa habitación sin mirar a ninguno de los dos, al pasar corriendo por el salón noté la mirada de todos, pero no tenía cabeza para eso tenía el corazón y la vida destrozada, ahora ya nada importaba, crucé el jardín sin dejar de llorar.
Era el hombre de mi vida y mi hermana, porque Becca siempre fue una hermana para mi ¿cómo pudieron haber hecho una cosa así y por tanto tiempo? ¿es que no sienten la mínima culpa? ¿Cómo fue capaz de pedirme casamiento mientras se acostaba con ella? ¿Cómo fue ella capaz de aceptar ser mi dama de honor y estar conmigo?
Dios esto era una pesadilla de la que no podía salir, el dolor me desagarra por dentro, me quema, me asfixia y no puedo soportarlo más cuando un grito sale de mi garganta aturdiendo el silencio, quemando mis pulmones y secando mi garganta.
Grite con toda mi alma sintiendo mi mundo derrumbarse y necesitaba irme, ya no podía estar más aquí. Como pude me levante para irme cuando una voz me alerto.
-Emily! - Grito Tom llegando hasta mí- Escúchame por favor, mi amor, hablemos tranquilos, te juro que fue nada importante.
-Ni siquiera quiero verte, entenderás que mucho menos escucharte- Le digo furiosa- ¿Que me dirás? ¿Perdón Emily por acostarme con tu prima? ¿Perdón por cogérmela en nuestra habitación y durante nuestra boda?
-Dios, yo te amo- Lo veo caminar hacia mí y por instinto me alejo- Eres la mujer de mi vida, una simple aventura no cambia eso, eres mi esposa ahora.
-Tú no sabes lo que es el amor! Te estabas acostando con otra en nuestra maldita boda! ¡Tú no me amas- Limpie las lágrimas que no dejaban de salir- No quiero verte! ¡No quiero escucharte nunca jamás! Me traicionaste y me trataste como una estúpida... ambos lo hicieron se rieron de mi durante un jodido año- Suspire buscando el aire que sentía que me faltaba- ¡Se acabó! ¡Todo se acabó!
Salí corriendo sin mirar atrás escuchando los gritos, no sé si todos en esa fiesta escucharon todo o no, ya sinceramente no me importaba.
Lo único que quería era desaparecer.
Llegue al apartamento luego que un taxista se apiadara de mí, no tenía nada, todas mis pertenecías habían quedado en el hotel. Me encerré en mi habitación y me desmoroné, me di cuenta en ese momento que aun sostenía en mis manos el sobre que mi suegro me había dado.
Visualice en la mesita al lado de mi cama un portarretrato con una foto mía y de Tom y la destroce contra el piso.
Lo odio tanto.
Jamás voy a perdonar lo que me hicieron, están muertos para mí.
Pero todo ese odia que sentía no aplacaba mi dolor, sentía que me asfixiaba cuando me di cuenta que aun llevaba el vestido de novia y más patética no me pude sentir, empecé a tener un ataque de ansiedad, tiraba y tiraba sin poder sacármelo, cuándo no pude bajar el cierre y la desesperación se apodero de mí, lo rompí con odio y lo dejé tirado en el suelo.
Busque unas tijeras y lo destroce de la misma manera que ellos destrozaron mi corazón, toda la ilusión se había esfumado al igual que el vestido en mis manos.
Me sentía igual de rota.
Llore como hacía tiempo no hacía, el dolor que sentía era un dolor que jamás iba a poder perdonar y mucho menos olvidar…
Ellos me habían traicionado...