Capitulo 17.
-Me iré a Londres- digo de la nada en la cena y mis tíos me ven sorprendidos, como si no pudieran creer que yo haya tomado esa descicion.
-¿Estás segura? Si es por la universidad te podemos buscar un cupo de nuevo en la universidad a la que ibas- dice mi tía y niego mientras tomo un poco de jugo, tenía que planear mis palabras antes de decirlas.
-No es por la escuela, es que simplemente no puedo huir siempre, algún día tengo que hablar con Noah y Amelia- les digo y mi tío alza una ceja como si no se creyera tanta madurez de mi parte - no iré a casa de mi abuelo, me quedare con Katherine un tiempo mientras decido que hacer con los que dicen ser mis padres- les digo y mi tío niega.
-No, es mejor que te quedes aquí, no te vas a ir a vivir a una casa desconocida eso es peligroso, NO SABEMOS QUIENES SON ESAS PERSONAS- Su voz suena alterada y está medio gritando.
-No es peligroso tío, simplemente conozco a Katherine necesito estar en Londres y no quiero irme con mi tía Taylor, ya que ella de seguro se pondrá de parte de Noah y necesito estar en un ambiente sereno, en dónde nadie tome bandos- trato de que entienda, de que me deje ir porque es lo que yo necesito.
-Aun no me convences- murmura dejando de comer y saliendo del comedor, dejándome intranquila y con ganas de ir tras él.
Pero si lo convencí me tarde una semana en hacerlo pero lo hice, ya las clases habían comenzado y Adriana se iba dejándonos a Mateo y a mi solos, viajaría en una semana y quería aprovechar todo el tiempo que me quedaba con mi mejor amigo, estábamos en su cuarto viendo televisión, cada día lo veía más pálido pero me ahorraba decírselo, prefería actuar como siempre como si nada estuviera pasando, yo no quería que el notara nada diferente, quería hacer su vida un poco más cómoda y normal, amaba a mi amigo y cuando llegaba a casa me encerraba a soltar unas lágrimas porque no soportaba verlo así, como si la vida se le fuera de apoco.
-¿Sabes que necesito ahora?- me pregunta y niego separando la vista de la televisión- salir de casa sin necesidad de usar este estúpido tapaboca y que la gente me vea mal.
-Las personas son muy estúpidas Mateo, ellos ven a alguien con tapaboca y huyen porque creen que los van a contagiar de algo, pero la verdad es que la mayoría usa tapaboca para no contagiarse, como en tu caso- acaricio su espalda y el asiente.
-Si bueno, no es como si me pudiera enfermar más de lo que ya estoy- ruedo los ojos y me siento en sus piernas, sabiendo que si es posible que se enferme más y eso es lo que queremos evitar a toda costa, no queríamos perderlo por una estúpida gripe.
-Tu eres un luchador y esta batalla va hacer pan comido para ti- le digo agarrándolo de las mejillas y el asiente varias veces y me sonríe.
-Tienes razón Noe… yo saldré de esta- Dice tratando de convencerse a sí mismo.
El tiempo paso más rápido de lo que yo creía y cuando menos lo pensé estaba despidiéndome de mis tíos en el aeropuerto, Adriana estaba estudiando y no podía faltar a clases porque Noah la había llamado para que en un mes fuera a Londres para tomarle las fotos de la campaña que le había prometido, Mateo no debía salir más de lo necesario así que solo estábamos nosotros tres, mi tía me dio muchos besos y me hizo prometer que me iba a cuidar, mientras mi tío me estaba abrazando muy fuerte, como si no me quisiera dejar ir, y sé que para él es difícil que me vaya de nuevo a Londres y no con mis padres, si no con personas que él considera totalmente extrañas, Andrés era muy sobreprotector.
-Recuerda que eso que llevas en tu brazo no significa que puedes andar dándosela a todos, porque aun existe las ETS- me dice y solo puedo sonrojarme ya que aun se me es difícil de hablar este tema con ellos, más que todo con él pero Andrés es simplemente Andrés y lo agradezco mucho.
-Tío…
-Tío nada Noelia estoy hablando completamente en serio.
Cuando mi tío Andrés acepto que me fuera a Londres me llevo al hospital y me pusieron un aparato en el brazo, el cual evitara que me embarace por cinco largos años, yo me sentía realmente incomoda, pero la verdad es que era mejor esto a salir embarazada en un futuro próximo, lo que más vergüenza me causaba es que esto era algo que hacías con tu madre y en casos desesperados con alguna amiga, no con tu tío que es casi como tu padre, me daba mucha ansiedad, agradecía su gesto porque tener un hijo no estaba en mis planes.
-Lo sé no te preocupes, sin gorrito no hay fiesta- murmuro avergonzada y el asiente y besa mi frente.
-Ahora vete antes de que no te deje ir a ningún sitio- me amenaza y de manera rápida me alejo de él y aunque triste me voy de nuevo a Londres y esta vez por descicion propia.
El viaje me la paso escuchando música de mi amado Luis Fonsi tratando de distraerme y no pensar en mis padres ni en mis supuestos nuevos hermanos. En este momento me tenía que concentrar en ir a la universidad sacar buenas notas y luego con el tiempo vería que haría con mi familia, al llegar a Londres bajo del avión retiro mi equipaje y luego camino en modo perezoso hacia la salida del aeropuerto.
Como lo prometió esta parada con su teléfono en la mano de manera distraída, luce perfecta como siempre con una falda verde, camisa manga larga blanca por dentro, una estúpida corbata verde, suéter de lana verde medias blancas hasta las rodillas y zapatillas altas negras, reconozco el uniforme de la universidad, cuando mi tía estudio no había tal regla pero ahora el uniforme es de uso obligatorio, y ustedes se preguntaran ¿Por qué usan uniforme en la universidad? Pero eso ni yo misma lo sé, creo que la historia iba por algo de que las chicas y los chicos iban vestidos de una forma absurda que les daba vergüenza a la directiva por su manera moderna de vestir, así que decidieron implementar los uniformes, así no tenían que vernos con nuestras ropas de diario, una estupidez.
-Katherine- digo cuando estoy cerca y ella alza la vista y me sonríe, nunca imaginé que nos llevaríamos bien o que vendría a Londres y buscaría su ayuda.
-Hola noe, que bueno que llegaras bien- menciona y se muerde el labio- mis padres no están en casa y llegan como en dos semanas, ósea tenemos la casa solo para nosotras, y el personal claro está.
-¿Le dijiste a Amid que volví?- ella niega y suelto un suspiro de tranquilidad, lo mejor es que no nos veamos por el momento, hasta que piense como resolver nuestro problema.
-No, bueno la verdad no he hablado con el mucho últimamente, anda concentrado en la universidad, es su segundo año y dice que quiere tener calificaciones perfectas, que no tiene momento para fallas, ya lo conoces.
Caminamos a la salida mientras ella me cuenta cómo es que le va en la universidad y su vida como animadora, bueno la líder de ellas, Katherine a simple vista parece una chica hueca, sin nada en la cabeza, la verdad es que siempre le había visto de esa forma, me caía muy mal porque sentía que ella trataba de ser totalmente pija, pero la verdad en este corto tiempo que la he conocido siento que estaba equivocada sus amigos no son pijos, si no que están muy locos, y ella tiene una perspectiva muy acertada sobre la sociedad, aunque rara, también es muy inteligente, no solo es belleza también cerebro, aunque en ocasiones se comporte como una diva no la puedo culpar la han criado diciéndole que es la mejor y que todos deben de besar el piso por el cual ella camina, muy amable salió, esperaba que nuestra relación creciera y llegáramos hacer buenas amigas
-Y… ¿tú amigo como va?- pregunta por mera cortesía porque sabía que no era de la clase de chicas que se preocupaba por los demás.
-Le están haciendo las quimios, ha decidido congelar la universidad por ahora, bueno eso fue lo que él quería, pero sus padres no se lo permitieron, tiene que entregar los trabajos y no asistir a clases, fue el trato que quedo con el rector.
-Espero que se mejore.
-Yo espero lo mismo, no quiero que le pase nada, no a él- nos subimos a la camioneta negra y el chofer emprende marcha hacia la casa de Katherine la cual no conocía.
Nunca antes había ido a la casa de esta chica y cabe destacar que es bellísima, parece un castillo muy grande, demasiado grande afuera hay una fuente con una estatua de lo mas presuntuosa y los jardines se ven muy verdes todo parece perfecto, la puerta es abierta por una señora de unos 70 años que luce un uniforme n***o, lo dije todo era muy pijo.
-Buenas tardes señorita Mosses- dice la señora y se me queda viendo fijamente, como si me analizara o quisiera saber que escondía.
-Déjate de formalidades Sarah que a ella no la debes de impresionar- dice con una sonrisa y la señora alza una ceja como si le hubiese molestado su comentario- Sarah ella es Noelia Gordon, Noe ella es Sarah es mi nana, solo que a veces se comporta de una manera extrañamente correcta.
-Katherine- la reprende y ella solo sonríe.
-Nana Noelia se quedara una temporada en casa, ¿esta lista la habitación?
La señora Sarah me parece de lo mas presuntuosa, veo que no confía en mí, Katherine me lleva a la planta alta mientras el chofer carga la maleta, me cuenta que la casa cuenta con tres plantas, pero que actualmente la última planta no la están usando, me muestra su cuarto el cual queda a principio del corredor y me comenta que la de sus padres queda al final del otro corredor, me lleva a la habitación del final del corredor, al entrar creo que es la habitación de una princesa, tan grande y luminosa, tiene vista al jardín con un pequeño balcón, la cama es grande de dosel, el closet el cual esta vacio es gigante del tamaño de mi habitación en la casa de mi abuelo. El baño hermoso y de verdad no creo que yo pueda vivir rodeada de tanto lujo, me sentía abrumada.
-Espero que te guste- dice Katherine nerviosa- pedí tu uniforme a la universidad debe de estar llegando más tarde, también tengo tu horario.
-Gracias por todo kathe no se cómo podría pagarte- ella se encoge de hombros y se sienta en la cama, la cual se ve realmente cómoda.
-No es nada… se que te hace falta, y no tienes que pagarme nada, lo hago porque me nace Noelia y sé que la situación con tu familia no está fácil…
-No sé si de verdad quiera hablar con mis padres- murmuro sentándome a su lado y ella me sonríe compadeciendose de mi.
-Son tus padres Noelia, los padres siempre cometen errores tratando de protegernos, ellos también son humanos y tienen el derecho de que le des una segunda oportunidad, creo que antes de tomar cualquier tipo de decisión deberías hablar con ellos primero, que te cuenten la historia- suspiro porque en el fondo se que tiene razón, ella piensa como una persona madura y yo como una niña.
-Yo había pensado ir hablar con Rebeca, quizás tu me puedas acompañar- no creo tener la fuerza suficiente para ir sola a enfrentarla a pedirle, no mejor dicho exigirle que me cuente la verdad.
-Estaría encantada de acompañarte… aquí estoy para lo que necesites, solo debes decirlo.
La mañana siguiente me paro por los golpes en la puerta, abro los ojos desorientada y buscando a Adriana en la habitación, luego recuerdo rápidamente que estoy en Londres, lejos de mi mejor amiga y mis tíos, me aclaro de garganta y vuelven a tocar la puerta.
-Pase- digo en voz alta.
Entra Sarah, tiene la cara seria y me ve con desaprobación, alzo una ceja expectante y ella mira el reloj que tiene en su muñeca no creo que sea tarde. Esta señora no me quiere y lo sé, en la cena de anoche se mostro muy distante conmigo y cuando me miraba lo hacía como si quisiera descubrir que es lo que tramo, cuando yo no tramo nada, no sé si estoy siendo paranoica pero siento que le caigo mal lo cual no debería de ser un sentimiento que ella tuviera, ya que ni nos conocemos y ella es una empleada.
-Son las 6 de la mañana, es hora de que se despierte y se arregle para ir a la universidad - sale de la habitación cerrando la puerta de una manera algo brusca, ni mis padres me levantaban para ir a estudiar y ella viene hacerlo, era señora es todo un dilema.
Me paro de manera automática ya que no deseo tener problemas en esta casa y al parecer Sarah y Katherine se llevan muy bien, Kathe la aprecia bastante. Voy al baño, en donde me doy una ducha rápida pero relajante, al salir me veo en el espejo y niego, no soy tan bonita, me consideraría una más del montón, salgo y camino al closet en donde ayer deje el estúpido uniforme, al ponérmelo noto que no me queda nada mal, no tanto como imagine, aunque odie de sobre manera el color verde, siento que no me queda bien ese color y siempre lo e correlacionado con el vómito.
Dejo mi cabello suelto y liso me pongo labial rosado rímel, corrector, base y polvo y siento que estoy lista, bajo las escaleras y camino a la cocina, antes de entrar oigo la voz de Sarah por lo que decido no hacer ruido y espiar.
-Mi niña no tengo nada en contra de esa niñita- escucho su voz y puedo jurar que está hablando de mi, de quién más podría hablar? Si la única niñita era yo.
-¿Entonces porque la miras de esa manera Sarah?- esa es Katherine y eso solo asegura mis sospechas, obvio que hablan de mi.
-Porque no quiero que nadie le haga daño señorita, tú eres muy buena con todas y las personas se aprovechan de eso, tu amiguita esa.. Laura…
-No quiero hablar de ese tema.
Dejo de escuchar y sonrió, ella cree que yo traicionare de alguna manera a Kathe pero le demostrare que no es así, que no soy como las típicas mimadas con las que se la pasa Katherine, que yo si valgo la pena, entro a la cocina con una sonrisa y una meta fija, hacer que Sarah cambie de parecer sobre mí, parece estúpido pero no me gusta caerle mal a las personas o que stas piensen mal sobre mis intenciones, también me gustaría investigar que fue lo que le hizo Laura a Katherine para que la señora está tan a la defensiva.