CAÍDA DIECINUEVE
“Muéstramelas”
“No”. Héctor la despidió con un gesto. Ella podía pararse y moverse alrededor, pero era prácticamente todo lo que podía hacer. El Mechdoc había dicho que debía caminar tan frecuentemente como se sintiera bien para hacerlo pero que no debía forzarse. Tan terca como era, Héctor tenía que obligarla a ir a la cama después de cada caminata.
Estaba sacando las cuentas en la mesa del comedor. Suspiraba y calculaba y Patty debió haberse dado cuenta de ello.
Ella se acercó cojeando y se ayudó con una silla. “¿Por qué no quieres mostrármelas?”
“Porque no es asunto tuyo. Yo soy el dueño y este es mi negocio”. Lo pensó sin sentirse muy seguro en ese momento. “Más la parte en que tú eres mi segundo negocio, o lo que sea”. La despidió con un gesto. “¡No te preocupes!
