CAÍDA DIECISEIS Patty se sentía como un pedazo de mierda. No, borra eso, eso se quedaba corto. Sentía que su cabeza estaba partida, su pierna tenía mil dagas clavadas y su pecho sólo le dolía cuando respiraba. Vio a un hombre parado frente a ella con sus manos sobre su cuerpo, intentó mover sus manos para apartarlo, pero no se podía mover. “Qu-” su garganta estaba seca. Se lamió los labios. El hombre se fijó en ella. Era alto, de piel bronceada aunque no particularmente buenmozo. Una lo describiría como fuerte, tenía manos callosas, poderosas pero hábiles, tenía la barba ligeramente dibujada y el cabello corto, le faltaba una parte en su cráneo, definitivamente de alguna quemadura en el pasado. Empujó el brazo hacia arriba, soltó chispas y los servos chirriaron. Se liberó de sus atadur