- ¿Dónde está? – dijo Ian al entrar en la biblioteca. - Donde siempre está, llévale esas enchiladas que no ha comido nada en dos horas. - v***a – susurro – Deséame suerte – tomó el plato y bajó las escaleras, al abrir la puerta se encontró a Emma tendida en el sillón con un libro en sus manos - ¿Qué lees preciosa? - Encontré el principito de hace años – le sonrió - ¿Qué traes ahí? - Tu delirio – la ayudó a sentarse y se lo dio - ¿Me dirás que te paso? ¿O debo rogarte? Emma suspiró y comenzó a comer en silencio, Ian esperó hasta que ella quisiera hablar. - Jack fue a la casa ayer – lo miro – Y sabes cómo lo recibió mi madre, aludiendo a su yerno perfecto. - Aun después de lo que hizo se atreve a ir. - Lo sé – suspiro – Yo regresaba de mi cita con Nicolas, incluso me siguió a mi habi