Capítulo1
Había una vez… así comienzan todas las historias, los cuentos de hadas que de niña solía leer con fascinación, que miraba por la televisión, esa magia de encontrar un príncipe azul que me llenara de amor, me pidiera matrimonio y me casara con él, viviría a su lado por toda la eternidad y seriamos muy felices.
Si, claro ¿cómo si esas cosas pasaran en la vida real?
Tener un final feliz en esta vida, es tomarte una botella entera de somníferos y ahí sí sería un final feliz, porque te irías a dormir sabiendo que jamás despertaras. Oh drogándose, así tienes unos minutos de felicidad y en algunos casos extremos tienes un “final feliz” no hablaré del masaje con final feliz, porque esos te duran menos de 10 minutos y es una puta mierda.
Un final feliz en un mundo infeliz, es imposible.
Una relación amorosa totalmente feliz y llena de amor es imposible. Si no me crees ve a tus padres y sabrás de lo que hablo.
En esta vida tus momentos de felicidad son pocos, y por desgracia, no todos los disfrutan o valoran como se debe y pasan el resto de la vida diciendo que no son felices. Si fuiste feliz, pero cuando lo fuiste ni te diste cuenta, así que vives amargado.
El amor, hay el amor, no puedo decir nada, soy la menos indicada para hablar del amor. Me enamore de un hombre que me engañó con su ex después de darme el anillo de compromiso, después de enamorarme de otro hombre que estuvo con tres mujeres al mismo tiempo, mientras estaba conmigo.
Miro atrás, a esa niña que disfruta y desea que su vida sea un cuento de hadas y siento tristeza por ella. Mi yo pequeña ¿cómo te digo que los cuentos de hadas solo pasan gracias a los escritores y directores de cine?
Pero, por desgracia, aún creía en esos cuentos de hadas y me enamoré de uno. Me enamore de un cuento de hadas, aunque me duela, me enamore de un cuento de hadas… Él era mi príncipe azul, llegó en mi peor momento, nos enamoramos por un simple libro, esa mañana que desperté no sabía que por leer Romeo y Julieta encontraría un fantástico chico. Cada día me enamoraba, me hacía muy feliz, estábamos locos por el otro y nos amábamos con pasión. Pero era todo un cuento de hadas, porque era muy bueno para ser verdad.
Esto es un cuento de hadas, de cómo me enamoré locamente de mi príncipe azul por la trágica novela de William Shakespeare.
Aquí comienza todo...
{...}
William Shakespeare escribió una trágica novela romántica, la más reconocida en todo el mundo, Romeo y Julieta. Lo que el amor puede hacerte, ellos terminan suicidándose, Romeo se mata al creer que Julieta está muerta y al despertar encuentra a Romeo muerto, se clava una daga y muere. Lo que hace el amor.
Fue amor a primera vista, realmente fue la primera vez que se miraron y su primera conversación, se enamoraron al instante del otro. ¿Saben lo que yo daría por que me pasara algo igual? Pero claro rechazo al primero que veo y cualquiera que me mira lo mandó muy lejos.
¡William Shakespeare, me jodiste el amor a primera vista!
- Buen día Carlos – sonrió Ian al entrar en la Biblioteca.
- Hola Ian – saludo con una sonrisa – Tu chica está perdida en libros de romance.
- ¿Emma está en libros de romance? – casi se ahoga con su propia saliva – No te creo ni media palabra.
- Te lo juro, llegó aquí desde en la mañana y me dijo no quiero ser molestada vengo en plan romance y se desapareció – se encogió de hombros - ¿Crees que la hayamos perdido?
- Eso sospecho – se acercó a él y le dio un beso en la mejilla – Te extrañe en la cena de ayer.
- Te lo recompensare guapo – le guiño un ojo – Por cierto, ¿sabes de la nueva familia que ha venido? – susurro como si fuera un secreto.
- ¿Cómo? Carlos, me estás diciendo demasiadas cosas que debo procesar y entre ellas sacar a mi mejor amiga de la sección romance antes de que salga llorando.
Los dos comenzaron a reírse, Carlos le dio una taza de café y lo llevó a sentarse detrás del mostrador.
- Dicen que llegaron hace como dos semanas, familia con dinero, parece que pondrán un hotel ya sabes que esto se hizo pueblo mágico y esa chingadera – asintió mientras bebía su café – Tienen 5 hijos, tres son hombres y dos son mujeres, solo que las mujeres no están aquí.
- No es cierto – susurró como si estuviera escandalizado - ¿Y son guapos?
- No lo sé, no han salido de su gran mansión – se cruzó de piernas y se acercó un poco más – No sé si compraron o rentaron la mansión de los Hernández, sabes que eso es enorme.
- Lo sé muy bien porque entramos a tener sexo una vez – sonrió divertido – Bien, tenemos que conocerlos, dar la bienvenida.
- Concuerdo – se sonrieron – Oye ayúdame, ya que estás aquí.
- ¿Qué quieres que haga?
- Hace unos días revolví los libros extraños ¿puedes acomodarlos?
- Está bien – suspiro – Si escuchas un llanto de agonía de Emma, me dices y vendré rápido – se levantó – Nos vemos, cielo.
Carlos suspiro y volvió a servirse otra taza de café, estaba pensando en hacerle un té a Emma para ver cómo iba su lectura, porque no ha salido desde que abrió la biblioteca. Pero en cuanto estaba por hacerlo, la puerta de la biblioteca volvió a abrirse y entraron dos chicos, bastante guapos. No los conocía, eran guapos así que supuso que eran los nuevos.
- Buenos días amigos – sonrió amable y mirándolos bien, de verdad estaban guapos.
- Que tal, buenos días – dijo un chico de ojos azules – Disculpa, somos nuevos – más que confirmado que son los nuevos – Y queremos leer un libro o incluso llevarnos uno ¿tenemos que registrarnos?
- Oh si, ahora les daré todo – saco algunos documentos – Por cierto, soy Carlos, un gusto, bienvenidos al pueblo.
- Muchas gracias.
- Aquí están los papeles para llenar, su credencial se las daré la siguiente semana, pero ya pueden llevarse libros y venir a leerlos.
Soltó un fuerte suspiro, camino lento por los pasillos llenos de libros, quería hacer largo el recorrido hasta entregar el libro. Cuando llegó a la sección de romance, volvió a suspirar y entro buscando el lugar donde tomó el libro.
- En algún momento Romeo – susurro dejando el libro.
Pero no se fue de ahí, se quedó mirando los libros buscando qué libro superará sus expectativas de Romeo y Julieta, no más amor trágico. No quiere eso. Soltó un gran suspiro que se escuchó en todo el pasillo.
- Ese suspiro lo escucharon hasta en Verona – escucho la voz de alguien, se giró y pudo ver quién lo dijo – No quise interrumpir tu frustración cariño, pero está claro que te llevaste una gran decepción.
- No fue decepción – hizo un puchero – Bueno tal vez lo fue.
El chico se acercó poco a poco, se puso junto a ella y miró al frente. Ladeo la cabeza y miró el libro que tanto había buscado y que por tanto cambio de casa no había podido leer, su tan deseado Romeo y Julieta.
- Aquí estás, cariño – dijo en voz alta, Emma lo miró extrañada, pero al ver que tomó el libro que ella hace solo un minuto puso ahí casi gritó – No sabes cuánto he deseado leer este libro.
- No es cierto – lo miro – Acabo de leer ese libro y… y…
- Wooow estas molesta – tomo su brazo - ¿Qué tan malo es?
- No, ese no es el problema, es hermoso, es grandioso – hizo un puchero y se cruzó de brazos. El chico sonrió mirándola.
- Háblame de él – sonrió de lado - ¿Qué dices?
- Pero…
- Vamos, quiero saber que te hizo William ¿sí?
Emma asintió con la cabeza y le sonrió.
- Ven, te llevaré a un lugar donde podemos leerlo – se dio vuelta y lo llevó a su sala privada donde leyó el libro.
El chico está demasiado intrigado, tenía una sonrisa juguetona, le impresionaba cómo es que el libro que tanto ha buscado lo haya leído esa chica que parecía muy afectada con la historia.
Su libro más deseado le está trayendo más de una sorpresa.
- Ian, acaban de venir los guapos vecinos – susurro mirándolo.
- ¿Están aquí? – dijo Ian mirándolo.
- Solo eran dos, uno de ojos azules que se llama Daniel y su hermano el mayor que se llama Nicolas.
- ¿Dónde están? – susurro.
- Daniel se fue a recorrer la biblioteca y Nicolas tenía un objetivo, William Shakespeare – le sonrió – Así que los tendremos un rato aquí.
Emma debe seguir con su libro, pero en cuanto termine le diré de los vecinos guapos.
Nicolas estaba mirando con admiración a Emma, ella tomó el libro, y comenzó a explicarle página por página, diciéndole las cosas que ama y como adora a Romeo y Julieta. Emma solo hablaba del amor que le tenía a la obra, a la historia y de cómo se desarrolló su profundo amor.
- Romeo había pasado por un amor no correspondido – suspiro, eso le recordaba en algo a ella y su pasado – Pero en cuanto vio a Julieta, todo eso cambió, su corazón sano y latió con fuerza en cuanto vio a Julieta. Y no importó que familias fueran, cualquiera en esta época hubiera dejado a su amor por la familia, pero ellos no, eso los impulsó a seguir adelante. Su amor era fuerte, era seguro y nada, ni su propia sangre, los detendría de estar juntos…
El amor a primera vista de Romeo y Julieta, podía sentirlo, Nicolas podía sentirlo. Jamás se había sentido así por alguien, pero en ese momento, escucharla y verla, era amor a primera vista. Se sentía como Romeo en el momento en que vio a Julieta.
Nicolas se enamoró de Emma a través de su deseado libro, no puede evitar todo lo que siente.
Era amor a primera vista.
- En fin – suspiro – Me jodio el amor a primera vista – hizo un puchero.
- Pero ¿por qué dices eso Emma? – la miró – El amor a primera vista es real, yo de verdad lo creo.
Emma lo miró, apenas se dio cuenta que Nicolas la miraba con ternura y con mucho interés, no sabía porque, solo le dio una cariñosa sonrisa.
- Nicolas, tú debes ser de los que creen en los cuentos de hadas – lo miró con ternura.
- No creo en esa mierda – arrugó el ceño – Los cuentos de hadas son más bien maldiciones, las princesas están malditas si lees la verdadera historia.
- Yo también creo eso – sonrió en grande – Los cuentos de hadas son realmente cuentos de terror.
Nicolas volvió a mirarla con un gran brillo en sus ojos. No, era imposible que fuera el amor de su vida, pero cada palabra suya lo enamora más.
- Emma, yo creo lo mismo que tú – dijo tratando de no sonar tan emocionado – Los cuentos de hadas son de terror – los dos sonrieron divertidos – Eres una devoradora de libros ¿verdad?
- Este lugar es mi segundo hogar – se quedó callada, abrió muchos sus ojos y sacó su teléfono.
- ¿Qué pasa? – pregunto algo curioso por su repentino cambio de humor.
- Deje mi teléfono en silencio y mi madre debe de haberme estado llamando – encendió su teléfono, tenía 7 llamadas perdidas – Demonios, demonios.
Devolvió la llamada a su madre, esperando su regaño.
- ¿Por qué demonios no respondes el teléfono? – escucho el grito al otro lado de la línea, incluso Nicolas lo escucho.
- Estoy en la biblioteca mamá, sabes que me pierdo en los libros ¿Qué pasa? – dijo con cierto nerviosismo ya que no estaba sola.
- Seguramente estás con Ian – suspiro fuerte – Como sea, tu papá y yo fuimos a casa de la abuela a hacerle su despensa. Haz una sopa o arroz y deje dinero en la mesa para que compres un pollo y tortillas.
- Está bien mamá, ahora iré a hacerlo, salúdame a la abuela.
Corto la llamada y guardo su teléfono.
- Debo irme – se levantó y tomó su suéter – Pero me la he pasado muy bien Nicolas.
- Yo también Emma – se levantó y le sonrió – Oye, dame tu número para poder verte otro día aquí y conspirar en algún libro más.
- Oh si esta bie…
- ¡Emma! Tu madre me mandó muchos mensajes, respóndele las llamadas – Ian entró y la vio con Nicolas, supuso que era de los vecinos nuevos – Hola, soy Ian – dijo de inmediato presentándose.
- Nicolas – dijo un poco confundido.
- Si ya lo sé – dijo Emma empujando a Ian fuera de la sala de lectura – Nicolas, perdón te veré otro día.
- Oye no me empujes.
- Ya vámonos – dijo empujándolo fuera.
Nicolas sonrió divertido al ver como Emma empujaba a ese chico, se recargo en la pared y miro el camino por donde ella se fue.
No, amor a primera vista, era imposible. Pero no podía dejar de sonreír, esa chica en verdad le fascinó. Volvió su mirada al libro, lo tomó en sus manos y salió de ahí, se lo llevaría a casa y lo leería. Básicamente Emma se lo leyó, pero fue lectura con crítica, ahora lo hará él y hablará del libro en su próxima vez que la viera.
- ¿Nuevos? – preguntó Emma – Nicolas es guapo.
- ¿Cómo pudiste hablar con él? ¿Cómo fuiste tan directa?
- No fui yo, él fue por un libro que acaba de leer y yo quedé afectada – lo miro – No sé cómo pasó toda la verdad.
- Siempre llevándote a los guapos – lo codeo – En fin, tengo que irme a casa.
- Creí que me acompañarías a comprar la comida.
- No puedo, debo ir a ver a mi padrastro – puso los ojos en blanco – Te llamo en la noche corazón – le dio un beso en la mejilla y se fue.
Emma fue a su casa e hizo lo que su madre le había pedido, aunque en su mente rondaba ese misterioso chico nuevo. Ni siquiera sabe cómo fue que empezó a hablar con él, estaba en una crisis por Romeo y Julieta, pero si se pone a pensar un poco, fue muchísima la coincidencia que él haya ido directamente por ese libro.
“Ese suspiro lo escucharon hasta Verona.” Eso dijo él justo cuando dejó el libro. Verona, el lugar donde la trágica historia de amor sucedió. Él lo sabía, iba directo por ese libro. Libro que había terminado de leer.
- ¿Por qué huele a quemado? – susurro y se dio la vuelta – Diablos, la sopa.
Solo se distrajo un minuto, como pudo quemarse tan rápido la sopa. Tal vez no solo fue un minuto. Trata de borrar eso de su mente, conecta la bocina a su teléfono para poner su música y distraerse de lo que pasó ese día.
{...}
El odio entre los Capuleto y los Montesco era ha muerte. ¿Cómo es que el amor surgiría entre tanto odio y muerte? Era realmente imposible, pero el corazón gobernó entre ellos, un amor juvenil, puro y verdadero. Su chispa fue desde la primera mirada. La primera conversación. Era amor puro. Y aun cuando supieron la verdad sobre a qué familias pertenecían, no se dejaron, se aferraron a su amor hasta el último suspiro.
Emma, querida, a ti te jodio el amor a primera vista, pero yo tengo una mejor opinión. Te la diré, el corazón escoge a quien debe escoger, al indicado y único que sea digno de ti. No importó el odio en el que vivían, su amor era fuerte y ardiente, hasta que dieron su último suspiro. Y yo, debo confesarte, en cuanto te vi, de brazos cruzados, el ceño fruncido y un brillo raro, pero especial en tus ojos, me cautivaste y aún más cuando comenzaste a hablar del libro que llevo años deseando leer y que hasta ahora tuve oportunidad.
Oh Emma, el amor a primera vista es posible, es real, porque ya me tienes a tus pies sin saber más que tu nombre y tu amor a los libros. Tú eres el amor que siempre estuve buscando en los libros. Y estoy dispuesto a todo para que veas cuanto te amo.
Inclinándose en su silla, soltó una risita, miro el techo y recordó cada detalle del rostro de Emma. Su cabello n***o, sus hermosos ojos cafés, esos lentes que la hacían ver más interesante, las pecas que adornan sus mejillas y su nariz, los ademanes que hace para expresar lo que siente por un libro. Todo en ella es fantástico.
- Pareces enamorado – dijo Daniel al entrar en su habitación.
- Y yo recuerdo que antes se tocaba al entrar – lo miro – Creí que te habías ido de la biblioteca y por eso vine a casa.
- Me perdí en los cientos de títulos, quería llevarlos todos, pero escogí irme con Mary Shelly – le mostró el libro – Leeré a mi hermosa escritora.
- Ella es fantástica – le sonrió – Te encantará cada palabra de su libro.
- Por eso mismo lo tomé – lo miro - ¿Y tú? Veo que hallaste a tu Romeo y Julieta.
- Complete mi misión imposible – sonrió divertido y miró el libro – Lo he leído.
- ¿Y qué tal? – se sentó en su cama y lo miro – Tienes esa mirada de tener tanto que decir y al mismo tiempo de satisfacción – Nicolas negó con una sonrisa y soltó un gran suspiro - ¿De quién te enamoraste esta vez? ¿Romeo o Julieta?
- Ame la historia, tengo tanto que contarte sobre ella, pero me lo reservare para alguien más que debe saber mi opinión sobre este libro – lo tomó en sus manos – Mañana volveré a la biblioteca.
- ¿Al menos me dirás como se llama?
- No – se levantó y salió de su habitación.
- Hay hermanito – susurró – Los libros te hacen más raro.
{...}
Sentada sobre su cama se mensajeaba con Ian, su mejor amigo, criticaban a una chica que había aparecido en la tienda justo cuando él estaba comprando sus cosas. Adora criticar a las personas que le caen mal con Ian.
>> Oye, hablamos cuando llegue a mi casa. Besos. <<
No hizo falta responderle, dejó su teléfono sobre sus almohadas y suspiró con una sonrisa.
Todo ese día ha sido bastante interesante y no había tenido días así desde que el innombrable había dejado el pueblo. Se levantó, tomó su computadora y volvió a la cama, tenía que escribir algo de todo eso. No será mucho, pero al menos podrá escribir algo.
Bien, aquí voy.
No quería pensar que era la primera vez que volvía a escribir desde que él se fue de su vida, la había dejado tan marcada que la inspiración y ganas de escribir se habían esfumado. Incluso el leer novelas románticas, había evitado todo ese año leer novelas románticas por ese mismo hecho. Pero no podía quedarse estancada, tenía que seguir leyendo y tratar de volver a escribir y eso haría.
Selecciona la opción de documento nuevo, el lienzo en blanco aparece, la pregunta es ¿será capaz de volver a escribir?
Lo sé, no hace falta que me lo recuerdes, ha pasado tiempo desde que mis dedos se movían por el teclado para escribir algo. Pero acepte que mi vida no debo frenarla por ti, no eres nada, no vales nada, te fuiste, rompiste mi corazón y tomaste tus maletas para irte. Si tú pudiste seguir adelante sin mí, yo haré lo mismo.
Hace semanas que quería leer algo nuevo, me había consumido en el drama, suspenso e incluso terror, Toms había estado leyéndome cosas nuevas y me gusta, adoro pasar el tiempo con mi mejor amigo. Cuando le dije que quería leer algo romántico, me miró como si le dijera que estaba embarazada, fue demasiado divertida su reacción. Le dije que debía volver a consumir algo de amor y no me criticó, pero dijo que comenzará con las clásicas, Jane Austen, William Shakespeare.
Así que hoy fue el momento de ir con algo clásico, y que mejor que Romeo y Julieta. El trágico amor de dos jóvenes que se amaron desde la primera vez que se vieron.
Si, amor a primera vista. Aun sigo creyendo que es algo ilógico amar profundamente a alguien con solo verlo. Puede que aun mi corazón no reconozca eso. O puede que ya olvidé que era el amor.
Detuvo su escritura y miró hacia frente. ¿De verdad su corazón no sabe qué es eso? Duda en el amor a primera vista, pero en cuanto pudo observar con atención a Nicolas, sintió como su corazón latía con fuerza. ¿De dónde salió ese chico misterioso? Su mirada volvió a su computadora, se acomodó y volvió a escribir.
¿Quién eres misterioso Ángel?
Llegaste sin decir una sola palabra, me dejaste criticar a viva voz una obra clásica y tú no dijiste una sola palabra, es más te dije cómo terminaba la trágica historia y no criticaste el porque te conté todo cuando tú no lo has leído. Me escuchaste con atención, con interés y tenías una mirada, no sé cómo explicarlo con palabras porque jamás me habían mirado de esa manera.
¿Esto es amor a primera vista?
…